La tradición política del Estado venezolano, ha reflejado que, las elecciones presidenciales siempre se han realizado en diciembre del año correspondiente (salvo ciertas excepciones, durante los periodos presidenciales de Hugo Chávez), para luego, en el mes de enero, llevar a cabo la toma de posesión del Presidente electo mediante la juramentación (tal como lo indica el art. 231 de la Constitución Nacional). Sin embargo, el panorama político venezolano, en el año 2018, ha dado un giro transcendental para el futuro de los ciudadanos.
El 23 de enero del 2018, en sesión de la Asamblea Nacional Constituyente, con objeto de la conmemoración del 60° aniversario del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; se ordenan por Diosdado Cabello, las elecciones presidenciales para ser realizadas antes del 30 de abril del presente año. Al unísono, la ANC emitió un decreto en el cual aprobó la realización de elecciones presidenciales en el primer cuatrimestre del año 2018, y del mismo modo, instó al Consejo Nacional Electoral a llevar a cabo la correspondiente convocatoria.
En primer lugar, debemos puntualizar la forma en la cual fueron “convocadas” las elecciones presidenciales; siendo, en primer momento, ordenadas por Diosdado Cabello y luego decretadas por la ANC, sin embargo, el CNE (encargado de convocar las elecciones) no se ha pronunciado al respecto. En segundo lugar, el contexto político en el cual fueron “convocadas”, es decir, como “venganza” o “represalia” ante las sanciones dictadas por la Unión Europea; además, diversos diarios nacionales afirman que, el adelanto de las elecciones se encuentra sustentado en la encuesta realizada por Hinterlaces, en la cual se contempla que, aparentemente, el 72% de los venezolanos están de acuerdo con las elecciones presidenciales de forma anticipada.
Ahora bien, un dilema que posee cada venezolano que habita en la República ¿votar o no votar? Tomando en consideración el ambiente socioeconómico venezolano, es conveniente considerar que, para el gobierno es una “jugada estratégica” adelantar las elecciones, por diversos motivos, y son cada uno de ellos, los que convencen al venezolano de no acudir a los comicios electorales y ejercer su derecho al voto.
El principal motivo es la oposición débil, acéfala, repleta de propuestas poco contundentes y fragmentada, que irónicamente se denomina, Mesa de la Unidad Democrática. Los venezolanos están cansados de tener que lidiar con acciones, por parte de la MUD, que no conllevan soluciones, sino que, por el contrario, agudizan aún más la crisis en Venezuela. Además, la MUD, no posee un diálogo coherente, es decir, algunos de los políticos que la integran llaman a participar masivamente en elecciones, pero otros, convocan la abstinencia, recalcando que con los votos no van a lograr derrocar a un gobierno dictatorial y por lo tanto, acudir a los comicios electorales es una pérdida de tiempo; lo cual ocasiona confusión y desánimo en la población.
Pese a las negativas aseveraciones, debemos comprender las ventajas que proporciona el voto. De entrada determinar que, un régimen dictatorial no abandona el poder por su propio interés, la presión (tanto interna, como externa) debe arrinconarlo y llevarlo hasta un límite donde no exista otra salida, esto se logra con el apoyo de las Fuerzas Armadas y de la comunidad internacional, en simultáneo con la implementación de un conjunto de acciones contundentes en la esfera nacional, una de ellas es el voto. El voto masivo en las próximas elecciones, podría logar el apoyo de la FAN y de los Estados que aún mantienen posiciones neutras o débiles ante la crisis en Venezuela.
Sin importar si las condiciones están o no dadas para realizar la elección presidencial, debe llevarse a cabo una campaña tajante y con objetivos claros, promoviendo a un líder opositor; y en el caso de que, el actual Presidente venezolano resulte reelecto, demostrar, a través de ese acontecimiento, la falla institucional y democrática del CNE, así como también, las elecciones fraudulentas a las que están constantemente sometidos los venezolanos.
Debemos volvernos eco del llamado a ejercer nuestro derecho al voto.