Durante los últimos años, una serie de macroeventos de carácter anual (en su mayoría crossovers de varias series) han sacudido los cimientos del Universo Marvel. Uno de los más recientes es Invasión Secreta, y entre sus consecuencias encontramos la formación del grupo conocido como Vengadores Oscuros, compuesto por antiguos villanos que ya desfilaron por los Thunderbolts desde la más que recomendable etapa de Warren Ellis y Mike Deodato y por otros héroes renegados, además de contar con uno de los personajes más interesantes de la Casa de las Ideas actual como líder: Norman Osborn.
Quien fuera la principal némesis de Spider-man desde sus orígenes se convirtió en un villano insulso tras su absurda resurrección, y desde entonces su papel se ha visto reducido a periódicas apariciones de similar trascendencia como villano de turno. No fue hasta terminar el conflicto Civil War cuando Norman adquirió su nuevo status como personalidad pública oscura y manipuladora que guarda más secretos de los que aparenta, llegando a resultar mucho más llamativo que su álter ego, el Duende Verde. Después de la mencionada etapa de los Thunderbolts, un nuevo enfrentamiento contra Spider-man y la Invasión Secreta, Norman se encuentra en la cresta de la ola de Marvel y al frente de la colección que hoy nos ocupa.
En su primer arco argumental, el guión de Brian Michael Bendis (una de las piezas claves de la editorial hoy en día) tiene ocasión de presentarnos al nuevo grupo de Vengadores y la situación a la que se enfrentan, cómo se unieron sus componentes y las disfuncionalidades que presentan en su primera misión. Una historia bien dosificada que sienta las bases de la colección, con recurrentes flashbacks que nos alejan de la trama principal para aclararnos ciertos detalles de los personajes y los habituales prolongados diálogos de Bendis.
Los Vengadores Oscuros pueden presumir de un espectacular arranque, por lo que esperamos ansiosos las siguientes entregas de una serie con un grupo de héroes tan dudosos y sus conflictos, tanto externos como internos.