Vengo a llorar

Por Siempreenmedio @Siempreblog

El otro día, en un arranque de (vayaustedasaberelqué), conté en un hilo de tuiter algunas cosas relacionadas con mi historia laboral. La traslado aquí con algunos retoques, porque yo lo valgo:

No suelo venir aquí a llorar por cuestiones personales, así que permitidme hacerlo hoy. Voy a contaros una historia de miedo con final agridulce.

Un día fui a comprar un sillón. Decidí comprarlo a plazos, pero al enseñarles mi contrato por obras y servicios, que se renovaba anualmente, la financiera me dijo que no les ofrecía suficientes garantías y no pude comprarlo. Ahí me di cuenta de que, aunque el trabajo era "bueno", las condiciones no lo eran tanto. Antes de eso, mis padres me avalaron para la hipoteca porque, de nuevo, aunque tenía trabajo, me renovaban cada poco y eso no ofrecía garantías. Y suerte que pudieran hacerlo (ahora no podrían). Jamás he tenido estabilidad laboral. Nunca.

No le deseo a nadie esa incertidumbre porque, seas consciente o no, condiciona todas las decisiones importantes de tu vida. En qué ciudad vivirás, pareja, hijos... ¿Y sabéis qué? Este año cumplo 50. No he tenido un contrato indefinido en mi puta vida. Y esto ha sido así porque la ley lo permitía, porque tenernos así era legal [Inciso: parece que lo de "legal" se entiende regulinchi, pero no soy abogada laboralista y no puedo explicarlo mejor].

En los últimos años el miedo empezó a apretar. Me hago mayor y hay muchísima gente con currículos impresionantes, poco trabajo de lo mío y mucha gente buscando. Muchísima y muy buena. Excelente.

Tengo más de 20 años de experiencia en comunicación institucional y divulgación. He trabajado en proyectos impresionantes. Me he ido adaptando a los cambios generados por las redes sociales, me he formado (sigo haciéndolo), me he empapado y disfruto con lo que hago. Mucho.

Pero no importa lo que hagas. Para el sistema nunca es suficiente. Lo veo en compañeros/as del sector. Veo sus situaciones y me pregunto cómo es posible que estemos tan poco valorados. Sin saber si en unos meses renovarán o no. O si saldrá algún proyecto. O si dan la subvención. O si darán los fondos... No os cuento nada nuevo, ¿verdad? No le pasa solo a nuestro sector. La comunicación y divulgación de la ciencia no son una excepción. Hemos sufrido lo que sufre todo el mundo. En todos los sectores. Y hoy puedo decir que, con todos los "peros" que queráis añadir a este hilo, VIVA LA REFORMA LABORAL, COPÓN. Porque para trabajar necesitamos CONDICIONES LABORALES DIGNAS, JODER. Y me alegro infinito porque ojalá toda esa gente de las Unidades de Cultura Científica que llevan AÑOS currándose la cultura científica en sus respectivas ciudades, haciendo una labor titánica, con inseguridad e incertidumbre, puedan ahora respirar un poco. Va por vosotros/as/es. Hoy brindo por la gente que va a poder dormir algo más tranquila. El resto, ya lo iremos peleando. En cuanto a mí... lo dejo para un epílogo. Al final, yo no soy lo importante en esta historia.

EPÍLOGO: No, no hice este hilo para anunciar que me hacen fija. No es el caso. Lo hice a raíz de leer esta noticia y me alegró muchísimo ver sus caras (y sentir su alivio): "Jóvenes que pasan a indefinidos tras la reforma laboral: "Se acabó la ansiedad continua para ver si me renuevan"", https://www.eldiario.es/economia/jovenes-pasan-indefinidos-reforma-laboral-acabo-ansiedad-continua-ver-si-renuevan_1_8970837.html

OTRO EPÍLOGO: Me dicen las voces expertas que el problema va a seguir existiendo, que seguirán disfrazando puestos estructurales de forma que se financien solo si se consiguen proyectos (fondos externos), y eso me entristece, porque significa que no hemos entendido nada. Nada de nada. Pero, hoy, ahora, tal vez haya unas cuantas personas por ahí que no tengan que pedir favores para firmar las letras de un sillón.