Se le conoce como “Teoría de la apertura” al conjunto de conocimientos relativos a los primeros movimientos de una partida de ajedrez. La creación de un sistema de notación algebraica –basado en una nomenclatura fácil de aprender– hizo posible la documentación de partidas magistrales para su estudio posterior. Con el paso del tiempo y la llegada del Campeonato Mundial, la teoría de apertura sólo podía seguir enriqueciéndose hasta el punto de convertirse en parte fundamental de la formación de todo ajedrecista serio. A continuación, mencionaré sólo algunas razones por las cuales estudiar aperturas es bueno para ti.
Juego posicional
La dinámica de la oposición está determinada por la estructura de peones. Existen sistemas abiertos, semiabiertos y cerrados. Los sistemas abiertos se caracterizan por la lucha del centro, sacrificando y capturando peones, con el propósito de despejar las columnas para atacar en el medio juego; los sistemas semiabiertos, en cambio, buscan un desarrollo más táctico; finalmente, los sistemas cerrados conservan los peones mientras desarrollan las demás piezas y buscan algún punto de ruptura. Conocer la secuencia correcta de movimientos que te lleve a una posición ventajosa someterá a tu rival.
Visión táctica
La estrategia es “que voy a hacer” y la táctica es “cómo voy a lograrlo”. La visión táctica –relativa a identificar las debilidades y amenazas del rival– puede ampliarse gracias a la comprensión posicional que brinda la teoría de aperturas. De ese modo, es posible plantear correctamente un poderoso ataque contra El Rey enemigo.
Profilaxis
Las jugadas profilácticas hacen referencia a cierta “anticipación” por anular el posible siguiente movimiento del rival. Funciona para evitar capturas y, por supuesto, evitar el Jaque mate. El conocimiento de aperturas facilita la tarea de saber que era el rival en un escenario determinado.
Estilo
El estilo es un reflejo de la personalidad. La personalidad del ajedrecista puede apreciarse con el transcurso de la partida; si prefiere posiciones abiertas (para un ataque agresivo), si es profiláctico, si realiza sacrificios ingeniosos, si busca ventajas posicionales, sí suele tender
trampas a su rival… en resumen, este conocimiento contribuye la definición del estilo de juego.
Memoria
No será un proceso pasivo de memorización sino activo. La sola idea de esperar que el rival realice la secuencia de movimientos que imaginamos nos pone en cierta desventaja cuando este hace una jugada distinta, ya que esto nos obliga a pensar en algo nuevo. Por lo tanto, resulta mucho más útil saber cómo responder de varias maneras a un mismo movimiento.
Creatividad
Es emocionante la tarea de sumar ideas nuevas a nuestro repertorio. De hecho, podemos comparar distintas aperturas para saber cuál elegir para cada partida. Personalmente, estoy mucho más acostumbrado a jugar con piezas blancas porque así había sucedido con mis amigos y esto, de algún modo, afectó mi desempeño con piezas negras. Sin embargo, jugar en línea me ofreció la oportunidad de aprender defensas para negras como la defensa francesa, Caro-Kann y, efectivamente, la defensa siciliana (próximamente, aprenderé a jugar la variante del dragón hiperacelerado de la siciliana).
Historia del ajedrez
Como mencionaba al principio, el análisis y divulgación de las partidas documentadas originó la teoría de aperturas. Podemos apreciar este hecho en la apertura española –también llamada Ruy López en honor a un clérigo español, considerado el jugador más fuerte durante el siglo XVI– que comienza así: 1.-PR-E4_PR-E5//2.-CR-f3_CD-c6//3.-AR-B5! (esta apertura es la más popular actualmente). Otro ejemplo es la defensa Alekhine –en honor al cuarto campeón mundial, Alexander Alekhine, que murió en posesión del título–, introducida en el torneo de Budapest del año 1921; la cual consiste en responder con un CR-f6 al movimiento PR-E4. Sin duda, emprender un viaje por la historia del ajedrez es una experiencia muy apasionante.
Comprensión profunda
Finalmente, todos los puntos convergen aquí. Lograr cierta comprensión del ajedrez depende de varios factores tales como experiencia, dedicación, estudio, visión táctica, estrategia, cálculo y, por supuesto, análisis posicional. Conocer la teoría funciona no sólo para visualizar las ideas principales que hay detrás de una jugada determinada sino también para integrar esas ideas a nuestro pensamiento más fácilmente. Incluso, considero que la principal riqueza de este juego reside en su naturaleza íntima… nos estimula a contemplar filosóficamente el tablero… ¡y la realidad misma! Es por ello que me encanta jugar.
Si consideras que mi artículo te gustó lo suficiente, te invito a compartirlo en tus redes sociales y a escribirme un mensaje privado sobre tus opiniones; o publicarlo en la sección de los comentarios. Si disfrutas mucho del ajedrez como yo, te encantará leer mis artículos anteriores Educación Emocional Del Ajedrecista y Jaque mate al Inconsciente ¡Sígueme para que puedas leer mi contenido lo antes posible!