Ventajas de jugar en la calle

Por Pasa La Risa Pasa La Risa C.b. @PasaLaRisa

Los niños necesitan al mismo tiempo seguridad y riesgo, movimiento y reposo, observación y reflexión. Y eso no siempre es posible en casa.

La calle, el parque o las zonas comunes de la comunidad de vecinos −según los espacios en los que los papis puedan y quieran permitir a sus hijos el juego libre− son un territorio de crecimiento personal para ellos.

El juego es la acción más importante para que los más pequeños conozcan el mundo, aprendan a interpretarlo y a encontrar su lugar en él.

Mejor fuera: 6 razones para jugar en la calle

En Pasa La Risa creemos que sus mayores ventajas son:

  1. Favorecer y estimular el desarrollo motor.
  2. Disminuye las rabietas y negaciones (en lugares cerrados no descargan su energía como al aire libre)
  3. Se relajará y dormirá mejor.
  4. Aprenderá nuevos conceptos relacionados con la naturaleza.
  5. Mejorarán sus estrategias de socialización.
  6. Hacen ejercicio, desarrolla su creatividad, sensación de libertad, forma activa de entretenerse.

Y nos ponemos filosóficos porque el asunto tiene su miga.

Temas infinitos

Juegos de todo tipo ofrecen a los niños estas posibilidades: viajar, cazar, iniciarse, animar (en el sentido de dar vida), luchar, hacer teatro... Todos ellos (y más que nos dejamos en el tintero) son temas esenciales en los juegos tradicionales.

Aprender a relacionarse

La dinámica de grupo, la interacción, el placer de la convivencia... Los juegos buscan la alegría de compartir, los pequeños desafíos de las relaciones bajo el prisma del entretenimiento y la diversión.

Los juegos exigen complicidad, acción, compromiso, y un magnífico estado de ánimo. Implican capacidad de decisión, análisis y cooperación. Los juegos son el método perfecto de pasar momentos distendidos entre amigos, compañeros y familiares.

Atención, personitas en desarrollo

Todos reconocemos la importancia del juego en el desarrollo psicológico, afectivo y relacional de los niños. El juego permite acercar el enfrentamiento (la lucha), la desorientación (en el teatro o en la iniciación), la imitación (en los juegos de expresión) y los riesgos (los imprevistos del viaje, por ejemplo). Estos otros temas son constantes, suscitando emociones buscadas por los niños. La expresión por el movimiento, reutilizando, transformando a veces estos juegos tradicionales, es una nueva ocasión para experimentar estas emociones.

Hay juegos que favorecen el intercambio de roles, el aprendizaje de ponerse en el lugar del otro, de ver la misma situación bajo diferentes ángulos. Se juega a decidir, a elegir, a dirigir, a trabajar en equipo, a perder y ganar. Y todo ello promueve el desarrollo emocional y social, de una forma agradable y dinámica. En los juegos siempre hay un desafío interesante e inmediato que hace que el aprendizaje resulte natural y rápido. No obstante, se debe insistir en que lo importante es participar, no ganar, con lo que se crea una actitud más flexible ante los desafíos de la vida cotidiana.

Llegados a este punto, yo me pregunto... ¿jugando en la calle se aprende a vivir? ¿Tú qué opinas?
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