Hace unas semanas, un buen cocinista nos preguntaba sobre los deshidratadores. Como no es la primera vez que surge esta duda en las redes, nos hemos lanzado a preparar esta entrada para explicar las ventajas de tener un deshidratador en la cocina.
Deshidratador
" data-orig-size="800,533" sizes="(max-width: 400px) 100vw, 400px" aperture="aperture" />1. Permite conservar mucho tiempo productos frescos que en otras condiciones se estropearían en días. Es decir alarga la vida de los alimentos. Si habéis comprado o habéis cosechado una cantidad de algo que no podéis consumir por volumen y tampoco es recomendable congelar, una opción es deshidratarlo para usarlo en el futuro.
2. Cambia el sabor de los alimentos. Un producto fresco y otro deshidratado saben complemente diferente. Un ejemplo muy claro se observa en el tomate. Aunque eso sí tanto deshidratado como fresco, está riquísimo.
3. Hace que la fruta se convierta en un snack saludable. A media mañana o a media tarde es fácil y muchas veces frecuente que nos entre hambre, así que mejor que unas patatas fritas llenas de aceite o de cualquier otra tentación con azúcar a tope y grasa, ¿qué tal un poco de fruta en forma de snack? Es fácil de comer, sencilla de llevar y encima está riquísima.
4. Los deshidratadores suelen tener varias bandejas por lo que se pueden deshidratar varios tipos de fruta o verdura a la vez. Ahorrando de esta manera tiempo y dinero.
5. Por último es un utensilio que nos abre a un nuevo mundo de sabores y texturas, ya que es posible deshidratar una gran variedad de productos. Si hablamos de frutas, podéis probar con plátanos, peras, manzanas, kiwis, melocotones, mangos… En general, con cualquiera que se pueda cortar en lonchas. También os recomendamos probarlo con tomate, champiñón, setas, pimiento, cebolla… ¡Con todo lo que se os ocurra!
Si queréis saber más sobre este utensilio, no dejéis de visitar nuestra Enciclopedia Cocinista