Sí, soy un enamorado de la tecnología. Sí, soy un enamorado del formato digital en la literatura. Y sí, me encanta también este formato al cual le veo unas ventajas, unas sensaciones, que nunca se podrán transmitir con un formato digitalizado.
Lo primero que se me viene a la cabeza cuando hablo del formato físico es el momento de ir a la tienda a comprarlo. Ese momento para un lector es mágico. Entras a la tienda que sea y empiezas a pasear por al lado de las estanterías. Sabes que no vas a ser tú el que elijas el libro, sino que va a ser él quien va a escogerte a ti. Irás caminando y de pronto esa portada, ese título, o esos colores captarán tu atención. No te va a hacer falta ni si quiera leer la contraportada del mismo, sabes que te va a gustar.
Este momento se pierde utilizando el formato digital. Por lo menos nunca he sentido la misma atracción paseando por la web de Amazon y observando las fotos de las portadas que pudiendo ver, tocar u oler un libro en una tienda tradicional.
Otro ritual místico que tenemos todos los lectores empedernidos, los que estamos enamorados de este mundo, es esa sensación, esa paz, esa tranquilidad que sentimos cuando miramos hacia nuestra estantería y vemos todos los libros colocados. Pueden estar ordenados o no, pero están ahí, nos están mirando, y cuando les devolvemos la mirada recordamos todos esos sentimientos que nos han hecho sentir. Se nos puede olvidar la trama, se nos pueden olvidar los personajes, pero las sensaciones que nos hicieron aflorar volverán con una simple mirada.
Continuando por el mundo de los sentimientos. ¿Qué hay mejor que poder tocar y oler un libro? Sentir el papel, acariciarlo, poder olerlo. Huele a historias.
¿Y qué me decís de ir viendo como los libros envejecen contigo? Comprar un libro impoluto, leerlo, tenerlo en la estantería, releerlo para revivir esas experiencias, ver como sus páginas van perdiendo firmeza, van amarilleándose… Yo soy un amante de los libros antiguos, de los libros gastados. Las tiendas de segunda mano para mí son un tesoro. Poder entrar, coger un libro, tocarlo, verlo, olerlo y sentir que una o más personas lo han tenido en sus manos, lo han disfrutado y que ahora han decidido que otra persona pueda hacer lo mismo. Cuando compro un libro de segunda mano me imagino a esa persona que lo tenía antes que yo. ¿Cómo sería? ¿Joven, anciana? ¿Le habrá gustado? ¿Dónde lo habrá leído? Todo eso se está perdiendo. Es una pena.
No tienen baterías. El papel no hay que recargarlo. Puedes llevártelo a un viaje de 3 meses y va a funcionar igual. ¿Funcionar? ¿Desde cuando hablamos de que un libro “funciona”? Lo que nos ha hecho el formato electrónico… No vas a tener ningún problema para utilizarlo. Ya acampes en medio de la montaña que te vayas a Tokio, cumbre de la tecnología, vas a poder disfrutar de él sin preocuparte de nada más.
Espero que os haya gustado la entrada. Para acabar esta serie de entradas sobre los distintos formatos para leer falta una cuarta sobre las desventajas del libro de papel. Muy pronto la tendréis.
@CarBel1994