Ventilando la Navidad

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

¿Habeis sobrevivido a la cena de anoche y la comida de hoy?.
A lo tonto, a lo tonto, ya nos hemos ventilado la mitad de los actos navideños, ¡para alivio de muchos!. Decía un cardiólogo en la radio que había que tener tanta o más precaución con los disgustos y riñas familiares que se producen en estas fechas que con los excesos de comida y alcohol. No puedo estar más de acuerdo con él: no hay nada más perturbador que tener que entregarse al jolgorio y buenrollismo con quien el resto del año no puedes ver ni en pintura. Así que a estas horas de la tarde creo que podemos felicitarnos ya por haber superado Nochebuena y Navidad de una manera airosa, ¿a qué no ha llegado la sangre al río?.
En nuestro caso, ha pasado sin pena ni gloria. Mi hijo se lo ha pasado pipa, como es habitual cuando hay casas nuevas, gente poco conocida y mucha atención puesta en él. Obviamente de la Navidad en sí ni se ha enterado y nosotros estamos bastante pasotas, entre el bajón que tengo yo por no tener vacaciones y el que tiene mi marido por estar, encima, acatarrado.
Papá Noel ha sido generoso con todos, no nos podemos quejar. A mi hijo le ha traido unos cuantos juguetes muy bonitos a los que ha hecho más bien poco caso así que hemos decidido dejar para Reyes lo que le habíamos comprado nosotros.
Tengo que reconocer que estoy algo disgustada conmigo misma por no haber sabido sacar de mi ese espíritu navideño con el que tanto he disfrutado otros años. En una de estas noches de insomnio (¡cada vez estoy peor!) puede que de con el motivo, a día de hoy lo desconozco, no ha sucedido nada en particular para estar tan bajita de ánimo.
Mañana ya 26 de diciembre, es decir, vamos enfilando los últimos días del año. A lo mejor estoy melancólica porque estoy repasando el año: intenso, emocionante y agotador. Un gran año, sin duda.
Me encantaría saber qué tal os ha ido, ¡me he acordado un montón de vosotr@s!.