La sonda europea Venus Express explora el misterioso pasado de nuestro planeta vecino
"Sigue el agua" ha sido el mantra de los científicos que buscan lugares hospitalarios para la vida más allá de la Tierra. Este ha sido ciertamente el lema para las últimas misiones a Marte. Ahora en cambio, la pista del agua está revelando misterios en Venus, un lugar a todas luces muy seco. Venus es un planeta muy parecido a la Tierra en muchas cosas, pero debido a su espesa atmósfera, nuestro vecino planetario es el lugar más seco imaginable. Si lloviese en Venus y toda el agua que contiene su atmósfera se precipitase en su superficie, se acumularía una capa de líquido de apenas un par de centímetros, una cantidad ridícula comparada a la profundidad media de los océanos de la Tierra: unos 3000 metros.
Venus y la Tierra podrían no ser mundos gemelos pero tal vez sean hermanos. Venus posee el 95% del diámetro de la Tierra y el 81% de su masa. Es un mundo geológicamente activo, y su estructura profunda parece similar a la Tierra. Puesto que los dos mundos nacieron a la vez, en zonas cercanas del sistema solar, ¿no debería haber tenido Venus una infancia similar a la de la Tierra? ¿no debería haber comenzado como un mundo con océanos y tal vez vida?
La Tierra y Venus difieren en que Venus está dominado por vastas llanuras y tierras bajas, con pocas masas de "tierra" en comparación con los continentes terrestres.
Venus posee una gran abundancia de volcanes que salpican la superficie. Aunque hay pocas evidencias de una tectónica de placas similar a la que la Tierra utiliza para eliminar su calor interno. ¿Entonces qué evita que Venus se funda?
Los registros de cráteres sugieren que algún tipo de proceso provocó a un extenso vulcanismo que ha cambiado la cara al planeta hace unos 500 millones de años. Si eso hubiera ocurrido en la Tierra, probablemente no estaríamos aquí.
Además la rotación retrógrada de Venus es única en el sistema solar. Esta característica es difícil de explicar sin recurrir a un impacto gigante que volteó el eje de rotación del planeta en sus inicios. Si esta hipótesis fuera correcta no dejó ninguna luna como resto, algo que parece que sucedió en el caso de la Tierra.
Ambos planetas probablemente tuvieron en sus inicios una gran cantidad de agua y dióxido de carbono. Pero desde entonces y como sucede a veces con los hermanos crecieron separados.
Hoy la mayor parte del dióxido de carbono de la Tierra está encerrado. Se encuentra bajo los océanos, en las gruesas capas de carbonatos que son empujados hacia el interior profundo de la Tierra por la tectónica de placas. En consecuencia tenemos una atmósfera más ténue y relativamente fría.
En cambio, en Venus el dióxido de carbono se encuentra libre, lo que produce una atmósfera muy densa con 250.000 veces el dióxido de carbono que existe en la atmósfera de la Tierra, y casi nada de oxígeno o nitrógeno libre. La gran cantidad de CO2, un gas de efecto invernadero, se combina con cantidades de brumas y nubes de ácido sulfúrico, creando un ambiente auténticamente infernal, con una temperatura suficiente para fundir el plomo.
Pero ¿qué ha provocado que los dos hermanos, probablemente muy parecidos en el pasado, tuvieran dos destinos tan radicalmente distintos?
La sonda europea Venus Express está intentando responder a esta pregunta. Venus Express orbita nuestro planeta vecino y tiene capacidad penetrar sus gruesas capas de nubes a través de dos ventanas infrarrojas.
Continuará...