Llega el verano y con él ese cambio de ritmo tan esperado por jóvenes y familias. Después de un curso escolar intenso, en los meses de descanso de los adolescentes, pueden por fin relajarse, detenerse y tomarse las cosas con más calma. Sin embargo, esta pausa no siempre encaja con lo que esperan las familias: más tiempo en las pantallas, menos horarios estrictos, poca motivación para “aprovechar el tiempo” y una necesidad constante de refugiarse en su mundo privado.
Es habitual que surjan dudas: ¿Está realmente descansando o está desmotivándose? ¿Debo dejarle más libertad o marcar límites más firmes? ¿Dónde está el equilibrio para no caer ni en la sobreprotección ni en el abandono?
El verano puede ser, en realidad, una oportunidad educativa muy valiosa. Un espacio para aprender a convivir sin la presión constante del curso, para practicar la escucha activa más que la dirección, y para confiar en que no hacer nada, a veces, también es hacer mucho.
Durante la adolescencia, el cerebro está en pleno proceso de reorganización. Necesitan descansar, disponer de espacios propios, contar con menos estructura y más libertad. Esto no es una “manía” ni una simple rebeldía, sino una necesidad evolutiva. Permitirse un ritmo distinto no significa desconectarse del mundo, sino reorganizar prioridades internas y favorecer su madurez emocional.
Además, permitir momentos de aburrimiento puede ser muy saludable. El aburrimiento abre paso a la creatividad, la reflexión y el autoconocimiento. Evitar llenarles la agenda con planes constantes o convertir el verano en una repetición del curso escolar puede ser un auténtico regalo para su bienestar.
Recomendaciones para el descanso de los adolescentes en verano con propósito y equilibrio
Para aprovechar este tiempo de manera positiva, es importante encontrar un equilibrio entre la libertad que necesitan los adolescentes y los límites que les ofrecen seguridad. No se trata de imponer reglas estrictas, sino de establecer acuerdos claros y flexibles que favorezcan su autonomía y responsabilidad. Así, el verano puede convertirse en un espacio para el crecimiento personal, el fortalecimiento emocional y la construcción de vínculos sanos con la familia.
- Establecer límites razonables de uso de pantallas, pero negociados y comprendidos, no impuestos arbitrariamente. Ayudarles a organizar el día con franjas horarias flexibles que incluyan tiempo digital, pausas de descanso real y actividades físicas o creativas puede ser un buen equilibrio.
- Incentivar momentos sin tecnología: paseos al aire libre, deporte, lectura libre sin obligaciones, escritura personal o manualidades se convierten en espacios de autocuidado necesarios para el bienestar emocional.
- Favorecer encuentros reales y relaciones cara a cara. Pasar tiempo en familia sin sermones, hacer salidas improvisadas o incluso ver juntos una serie para luego comentarla son formas sencillas y efectivas de fortalecer los vínculos.
- Escuchar más que dirigir. Preguntar qué necesitan, cómo se sienten o qué les apetece hacer y validar sus emociones sin juicio crea un espacio de confianza donde se sienten acompañados y respetados.
- Fomentar la autonomía a través de pequeñas decisiones. Animarles a organizar un plan, preparar una comida, gestionar su propio dinero o administrar sus horarios de sueño con seguimiento y diálogo, no con imposiciones.
El verano es también un momento ideal para reforzar la confianza mutua. Estar presentes sin agobiar, proponer sin imponer y cuidar sin controlar no siempre es tarea sencilla, pero cuando se logra, mejora significativamente la relación y el crecimiento personal de los jóvenes.
Acompañar desde el respeto, comprender sus ritmos y recordar que el descanso forma parte del aprendizaje puede transformar el verano en algo más que unas vacaciones: en una oportunidad real de conexión, aprendizaje y desarrollo para toda la familia.
Marta Lli
Directora del Dpto. de Psicología y Orientación Escolar
La entrada (Verano: acompañar el descanso de los adolescentes para fomentar su crecimiento), se publicó originalmente en Orientablog