¡Ea!.
Lo cierto es que no pudo hablar por todos, así que me limitaré a comentar lo que Pendiente de Diagnosticar y yo mismo hemos hecho, puesto que el resto se ha dedicado a disfrutar a pierna suelta del sol y las playas malagueñas y supongo que tendrían mucho que contar, pero ahora mismo la nostalgia empaña sus ojos y creo que no, que no pueden y que sus psiquiatras no se lo aconsejan.
Nosotros dispusimos de una semana de vacaciones en pleno Julio, momento en que Madrid se hace francamente inhabitable, al menos para mí, así que es la época en la que solemos migrar a climas más agradables (ya sabéis lo que yo digo: “compatibles con la vida humana”) y en esta ocasión dirigimos nuestros pasos a nuestro amado rincón de Babia y desde allí realizamos incursiones a lugares tan fantásticos como las cuevas de Valporquero, así como a las hermosas tierras asturianas, donde hermosos paisajes y magníficas viandas recompensaron nuestros cuerpos.
También hablaremos de lo que nos hemos encontrado en la ciudad alicantina, de los magníficos restaurantes con algunas de las mejores cartas de vino que he visto en mucho tiempo y, en fin, ¡de la buena vida!.