Y esta segunda jornada resultó todo un éxito con lleno hasta arriba, literalmente, media hora antes del inicio musical que traía a Andreas Prittwitz de nuevo a esta su "otra casa" precisamente con un ensemble que "mira atrás" como un viaje al pasado desde el tiempo actual, esta vez el barroco de la flauta de pico que trajo a este alemán de Munich a nuestro país, ortodoxo como él mismo apuntó en esta primera parte, también vital, y el imaginario viaje al futuro de aquellos barrocos tan actuales desde los saxofones o clarinete de nuestro querido Andreas, los que le abrieron otras puertas para seguir haciendo Música con mayúsculas allí donde era requerido (también en la acepción de "querido doblemente") sin olvidar la faceta docente que en Gijón conocen muy bien desde hace 15 años por lo menos...
El Concierto para flauta en sol menor "La Notte" (Vivaldi) en versión de saxo alto nos trajo al "jazzman" formado en la historia, conocedor de la forma y técnica barroca para revitalizarla desde un saxo para el que seguramente hubiese compuesto "el cura pelirrojillo", con un continuo de lujo capaz de tocarlo todo sin olvidar que estamos en el siglo XXI.