Presentado en Guadalajara 2010 en donde ganó el FIPRESCI a la Mejor Opera Prima y rescatado por Canana hace unas semanas para su exhibición comercial, Rompecabezas (Argentina- Francia, 2009), el notable debut de la exasistente de dirección de Lucrecia Martel, Natalia Smirnoff, ha sido programado por la Cineteca Nacional dentro del ciclo "Verano Latino: Distintas Miradas, un solo Corazón", que inicia hoy y que terminará el 17 de julio.Es inevitable: hay algo de influencia de Lucrecia Martel en la primera película de Smirnoff. No sólo porque su actriz protagónica es María Onetto –inolvidable en la obra maestra La Mujer sin Cabeza (Martel, 2008)-, sino por el impresionante control que demuestra tener Smirnoff sobre su puesta en imágenes, similar al que tiene Martel en su cine.Desde el inicio, queda muy claro el estilo que ha elegido la cineasta debutante: como el rompecabezas del título, la cinta está construida en retazos pequeños –en el encuadre domina los planos medios y los primeros planos-, con la cámara muy cerca de los personajes, ajustando y perdiendo el foco de manera continua, como si se estuviera creando sobre la marcha el rompecabezas visual del filme.La trama gira alrededor de María del Carmen (Onetto), una cuarentona ama de casa siempre pasiva que adquiere la pasión por resolver enormes rompecabezas con la ayuda del sofisticado Roberto (Arturo Goetz) y a espaldas de su marido Juan (Gabriel Goity).Habla bien de Smirnoff, la cineasta, el control que ya hemos mencionado sobre su filme. Pero habla mejor aún de la Smirnoff guionista que la resolución de este singular woman’s film no es exactamente el que uno habría esperado. La imagen final que tenemos de María es, sin duda, bellísima; equilibrada, también. Pero lo mejor de todo es que esa imagen la ha construido ella misma, pieza por pieza y con todo cuidado.
Rompecabezas se exhibe hoy martes en la Cineteca Nacional a las 16, 18 y a las 20 horas.