Verbos Populares

Publicado el 08 abril 2015 por Icastico

El alcalde de Valladolid y candidato del PP a renovar su cargo, el lenguaraz León de la Riva, no acudió este martes a la Junta Directiva que el partido celebraba en Madrid porque “se me ha pasado ya la edad de ir de palmero”, ha dicho. Solo por este detalle aplaudo al viejo “ex palmero” al tiempo que aclaro que los palmeros principales y verdaderos son los de la Cofradía del Exterior, los que importan (por lo menos cuando votan). No nos confundamos.

Llegaron al poder a lomos de la mentira. Llevaron la mentira al poder y el poder a la mentira. Sus rebaños de palmeros no necesitan fusta sino embuste, látigo indoloro. Su argumento es el engaño edulcorado, que deja sabor a verdad por un instante, el necesario. Su verbo favorito: prometer. El segundo olvidar. Le siguen gobernar (un eufemismo), recortar, reprimir, insultar, robar, corromper, manipular, chantajear, expulsar, desfalcar, privatizar, cerrar, desmantelar, endeudar, chulear, penalizar, endurecer, desahuciar, empobrecer. Un par de meses antes de las elecciones incluyen inaugurar, que mola. Lo que sea: un humilde mojón, el recuerdo de otra inauguración que, esta vez sí, parece, solo parece, que arranca o un nuevo Alzheimer colectivo, que bien pudiera ser la enfermedad más común de sus votantes y la que más es susceptible de gustar al partido. Es que no entiendo cómo conjugar el verbo votar (a los mismos) después de haber conjugado en nuestras pieles todos los anteriores y los que me olvido. Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia y uno de los más finos e ilustres palmeros del PP (cegado por la sucesión), lleva 30 inauguraciones en mes y medio – cuatro en un solo día – superando al mismísimo Franco (alias Paco Pantanos).

Las promesas, en definitiva, consisten, básicamente, en deshacer muchas de las cosas que hicieron (a traición). Es decir, vivir del cuento, descaradamente. A ver cuántos en sus trabajos, con los tiempos que corren, pueden permitirse ese lujo sin ser despedidos. Es que la marca blanca de Partido Popular bien pudiera ser Partido Populista, si añadimos a las inauguraciones de Feijóo el abrazo de Esperanza de España (Aguirre) a uno de esos negros que sobran en sus programas liberales. Partido Patético, también.

Si me preguntaran ahora de qué partido soy respondería que, de entrada y de urgencia, pues de cualquiera que desaloje a esta patulea de nuestras instituciones, de todas. Del partido que los entierre en cualquier fosa olvidada de la memoria histórica. Del que haga de meteorito que cae sobre “Génova” extinguiendo a los Pepesaurios, incluido el Gaviodáctilus y los huevos que haya podido dejar en el nido de Corruplandia. Del que practique la amnesia con los temibles verbos una temporada antes de recuperarlos (es inevitable). Que lo hagan ahora, ya, que están en uno de esos momentos de cierre de filas, en un congreso de Super Yo, encantados de conocerse, juntitos a pesar de sus odios fraternales, escuchando a su dios de las mentiras sin decir ni pío y del que reniegan a escondidas estos valientes. Crash.

Inaugurando mojón y palmeando (foto eldiario.es)

Negro electoral (foto eldiario.es)