¿Verdad? La última cena de Leonardo da Vinci #Codigos #Religiones #Arte #Pinturas

Publicado el 18 abril 2019 por Laregaderaweb @RegaderaWeb

La última cena ( Il cenacolo) es una pintura mural pintada entre los años 1495 y 1498 por el multifacético Leonardo da Vinci (Italia 1452-Francia, 1519) por encargo de Ludovico Sforza. Leonardo no cobró por ella. Recrea la última cena de Pascua entre Jesús y sus apóstoles, a partir del relato descrito en el evangelio de Juan, capítulo 13.

Leonardo da Vinci: . 1498 . Témpera y óleo en yeso, brea y masilla. 4,6 x 8,8 mts. Refectorio del Convento Santa Maria delle Grazie, Milán, Italia.

Análisis del fresco La última cena de Leonardo da Vinci

En el contexto de la última cena descrita en los evangelios, Leonardo quiso mostrar el momento exacto de la reacción de cada uno de los discípulos cuando Jesús predice o anuncia la traición de uno de los presentes (Jn 13, 21-31). La conmoción se hace notar en la pintura gracias al dinamismo de los personajes que, en lugar de permanecer inertes, reaccionan ante el anuncio.

La escena sorprende porque Leonardo introduce por primera vez en el arte de este tipo un gran dramatismo y tensión entre los personajes. Al mismo tiempo logra que la composición goce de gran armonía, serenidad y equilibrio, con lo que logra mantener los valores estéticos del Renacimiento. Dice Ernst Gombrich que, en esta obra, Leonardo no temió hacer la correcciones de dibujo necesarias para dotarla de total naturalismo y verosimilitud, cosa poco vista en la pintura precedente, que muchas veces sacrificaba deliberadamente la corrección del dibujo para privilegiar otros elementos.

Los personajes de La última cena

Los personajes de la obra La última cena han sido identificados en Los cuadernos de Leonardo da Vinci y agrupados de la siguiente manera, de izquierda a derecha:

  • Primer grupo: Bartolomeo, Santiago el Menor y Andrés sorprendidos.
  • Segundo grupo: Judas Iscariote con su cuerpo inclinado hacia atrás, Pedro atormentado y con un supuesto cuchillo en la mano derecha y Juan, llamado 'el imberbe', representado con gran femineidad debido a su juventud.
  • Personaje central: Jesús aparece en el centro.
  • Tercer grupo: Tomás con el dedo índice hacia arriba exigiendo una explicación o un simbolismo secreto de Da Vinci, Santiago el Mayor indignado y Felipe también exigiendo un consuelo.
  • Cuarto grupo: Mateo, Judas Tadeo y Simón el Celote discutiendo entre ellos.

Destaca el hecho de que Judas, a diferencia de la tradición iconográfica, no es separado del grupo, sino que está integrado entre los comensales, en el mismo grupo que Pedro y Juan. Con ello, Leonardo introduce una innovación en el fresco que lo pone en el centro de las referencias artísticas de su tiempo.

Además, Leonardo logra dar un tratamiento realmente diferenciado a cada uno de los personajes en escena. Así, no generaliza la representación de ellos en un solo tipo, sino que cada uno está dotado de rasgos físicos y psicológicos propios.

Sorprende también el hecho de que Leonardo pone en manos de Pedro un cuchillo, en alusión a lo que ocurrirá poco después en el prendimiento de Cristo. Con esto, Leonardo logra ahondar en la psicología del personaje de Pedro, sin duda uno de los apóstoles más radicales.

Perspectiva de La última cena

Leonardo usa la perspectiva en punto de fuga o perspectiva lineal, característica propia del arte del Renacimiento. El foco principal de su perspectiva será Jesús, centro de referencia de la composición. A pesar de que todos los puntos convergen en Jesús, su posición abierta y expansiva con los brazos extendidos y mirada tranquila contrasta y equilibra la obra.

El particular uso de la perspectiva en punto de fuga que hace Leonardo, combinado con la representación de un espacio arquitectónico de tipo clásico, crean la ilusión de que el espacio del refectorio se amplía para incluir a tan importantes comensales. Es parte del efecto ilusionista logrado gracias al principio de verosimilitud.

La iluminación

Uno de los elementos propios del Renacimiento fue el uso de sistema de ventanas, al que Leonardo recurrió mucho. Estas permitían introducir, por un lado, una fuente de luz natural, y por el otro, profundidad espacial. Pierre Francastel se refería a estas ventanas como una anticipación de lo que será en los siglos venideros la "veduta", es decir, la vista del paisaje.

La iluminación del fresco La Última Cena proviene de las tres ventanas que se encuentran al fondo. Detrás de Jesús, una ventana más amplia abre el espacio, demarcando también la importancia del personaje protagónico de la escena. De esa manera, Leonardo evita también el uso del halo de santidad que normalmente se disponía en torno a la cabeza de Jesús o de los santos.

El enfoque filosófico

Leonardo da Vinci entendía a la pintura como una ciencia, pues que implicaba la construcción de conocimiento: filosofía, geometría, anatomía y más eran disciplinas que Leonardo aplicaba en la pintura. El artista no se limitaba apenas a imitar la realidad o a construir un principio de verosimilitud por puro formalismo. Por el contrario, detrás de cada obra de Leonardo había un planteamiento más riguroso.

De acuerdo con algunos investigadores, Leonardo habría reflejado en el fresco de La Última Cena su concepción filosófica sobre la llamada triada platónica, muy valorada en aquellos años. La triada platónica estaría conformada por los valores de la Verdad, la Bondad y la Belleza, siguiendo la línea de la Academia Platónica Florentina, de Ficino y Mirandola. Dicha escuela de pensamiento defendía el neoplatonismo en oposición al aristotelismo, y pretendía hallar una conciliación de la doctrina cristiana con la filosofía de Platón.

La triada platónica está representada de algún modo en tres de los cuatro grupos de personajes, ya que el grupo donde está Judas sería una ruptura. Se presume, por lo tanto, que el grupo situado al extremo derecho del fresco podría ser la representación de Platón, Ficino y el mismo Leonardo autorretratado, quienes mantienen una discusión sobre la verdad de Cristo.

El tercer grupo, en cambio, sería interpretado por algunos estudiosos como una evocación del amor platónico que busca la belleza. Este grupo podría representar a la vez a la Santísima Trinidad debido a los gestos de los apóstoles. Tomás señala al Altísimo, Santiago el Mayor extiende sus brazos como evocando el cuerpo de Cristo en la cruz y, finalmente, Felipe lleva las manos al pecho, como señal de la presencia interior del Espíritu Santo.

Estado de conservación

La obra La Última Cena se ha ido deteriorando a lo largo de los años. De hecho, el deterioro comenzó pocos meses después de haber sido terminada. Esto es consecuencia de los materiales utilizados por Leonardo. El artista se tomaba su tiempo para trabajar, y la técnica del fresco no le convenía pues requería rapidez y no admitía repintes, ya que la superficie de yeso se secaba muy pronto. Por ello, a fin de no sacrificar la maestría de la ejecución, Leonardo ideó mezclar óleo con temple.

Sin embargo, debido a que el yeso no absorbe adecuadamente la pintura al óleo, muy pronto comenzó el proceso de deterioro del fresco, lo que ha dado pie a numerosos intentos de restauración. A la fecha, gran parte de la superficie se ha perdido.

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