Obviamente las hojas de las plantas son las responsables de ese color verde y las encargadas de recibir la luz solar necesaria para que puedan realizar la fotosíntesis.
Donde recoge el CO2 del aire y lo transforma en glucosa para luego gastar esta glucosa en sus procesos biológicos. Y liberando en tan ansiado y necesario para nuestra vida, oxígeno.
Pero esto es debido a la clorofila presente en las hojas. La clorofila presenta la misma estructura que la hemoglobina, aquí alguno se habrá sorprendido. Acordaros que la hemoglobina no es más que una porfirina que en el centro tiene un átomo de hierro. Más conocido como el grupo hemo. Que cuando esta coordinado al oxigeno presenta un color rojo intenso, claro nuestra sangre es roja no verde... En cambio si simplemente sustituimos ese átomo de hierro por uno de magnesio, lo que tendremos será la clorofila y de color verde.
Ya que estamos voy a ir un poco más allá. La fotosíntesis consta de dos etapas, la fase lumínica y la fase oscura. En la fase lumínica se produce la fotólisis del agua gracias al fotón que proviene de la luz solar generando el oxigeno liberado a la atmósfera y una serie de transporte de electrones, aparte de protones (H+) .
Estos transportes de electrones y protones sirven para generar ATP y NADPH que son los productos utilizados en la fase oscura, o más conocido ciclo de Calvin. Estos entran en el ciclo como vemos a continuación para obtener la tan ansiada glucosa a partir del Dióxido de carbono ambiental.