Un sonido que marca el paso de estos grupos es el reclamo continuo de los juveniles, que no cesan de pedir comida a las aves adultas, como es el caso de estos pequeñajos que localicé en un pequeño bosque de ribera por la zona de Iboya.
Estos grupos de verdecillo se pasarán una parte del otoño entre nosotros, y luego la mayoría se irán a invernar a zonas del sur de la Península Ibérica o del Norte de África. Son muy pocos los que pasarán el invierno aquí.