Veredicto del nuevo Caiga Quien Caiga de Cuatro

Publicado el 25 abril 2010 por Lapalomitamecanica
¿Merece una oportunidad la versión del CQC con Ana Milán?
 El programa. 
En su avalancha de estrenos de este año que comenzaba hace un par de semanas con el ya retirado Justo a tiempo y seguía con Uau!, Soy adicto y varios espacios más nos llega esta revisión del programa que hizo grande al Gran Wyoming hace más de una década. Como no se han cansado de recordarnos, la novedad en este caso es que será el primer CQC presentado exclusivamente por mujeres. Una cuestión que yo veo totalmente irrelevante más allá de si los presentadores tienen carisma y sentido del humor. Afortunadamente ese es el caso pero ¿Es suficiente para levantar una formato más que gastado? No. Para eso hay que innovar, y sin ser un mal programa este CQC no aporta nada nuevo por ningún lado.
 La razón del éxito del original era que ellos fueron los primeros que se atrevieron a meter el dedo en la llaga en sus reportajes políticos sin perder la picaresca ni el sentido del humor. Un esquema que decenas de programas no tardaron el copiar agotando una fórmula de reportajes cachondos que han convertido a la profesión de reportero en la peor tratada desde los dependientes/as de telefonía móvil. El CQC de Manel Fuentes pensó que intentando hacer lo mismo con un poco de dignidad iba a ser suficiente y fracasó en el intento. Un camino que parece seguir esta nueva andadura a menos que la presencia de sus imponenetes presentadoras  atraiga a un número fijo de fieles.

Las presentadoras.
El propio Fuentes junto a los exCQC Arturo Valls y Juanra Bonet han inaugurado este primer programa en una coña bastante graciosa criticando la supremacía femenina en elenco, pero Ana Milán no ha tardado en hacerse con el programa ni un segundo más de lo que le ha llevado hacerse la reina de Password. Aunque puede que la presentadora resulte algo prepotente y amenazadora, son todo secuelas del papel de Camera café que le dio la fama y que le ayudan a construir en poco tiempo una atmosfera distendida en el plató.
También ha sido todo un acierto fichar a la actriz Silvia Abril (Buenafuente, Spanish Movie), una tia que viene demostrando su talento y gracia desde Hommozapping y que pedía a gritos una gran oportunidad como esta. Su personaje vendría a ser la versión femenina del gamberro que interpretaba Arturo Valls y el resultado no podría ser mejor si atendemos a la nula experiencia como presentadora de la actriz. Cuando se suelte del todo va a ser la auténtica bomba del programa.
Por su parte la desconocida Tania Sarriáses es la que más complicado lo tiene para destacar. Lo mejor que podemos decir de ella es que parece ser consciente de su papel de segundona y se amolda bastante bien a sus compañeras mientras intenta construirse una presencia en pantalla. De momento aguanta.

Los reporteros.
Un formato tan gastado como el que ya hemos comentado no podría haber caído en manos de unos reporteros más representativos del panorama actual. Y es que sin ser ninguno de ellos realmente malos, son la expresión de los diferentes tipos de reporterismo de los que podemos disfrutar a lo largo de la parrilla desde España Directo hasta Sé lo que hicisteis pasando por Tal cual lo contamos. 
Nacho representa al comunicador un poco pasota y vacilón marca de la casa del CQC, que como siempre termina dependiendo de como respondan a sus coñas los personajes y de efectos informáticos introducidos en el momento oportuno para robar una sonrisa. Irene Moreno por su parte nos ha traído los peores resultados como reportera intentando cubrir la falta de información con recursos  que no terminan de hacer gracia.
El más brillante de todos es el humorista Miguel Martín, cuyas coñas realmente han funcionado y que depende menos del evento al que le manden. Aún así está muy lejos de poder conseguir los grandes momentos que nos regalaron reporteros como Tonino o Pablo Carbonell. El que merece comer aparte es Raúl Gómez, que se ha paseado por todos los programas de reportajes de la parrilla actual cultivando un instinto innato para que constantemente estén pasando cosas delante de la cámara. Un recurso muy excesivo que puede resultar irritante o funcionar con la misma facilidad con la que el reportero cambia de tercio. En el caso del reportaje con Florentino Fernández ha funcionado.

Veredicto.
Sin ser un mal programa el nuevo CQC no deja de ser un deja vu de los gordos. Reportajes anodinos y coñas gastadas se mezclan con unas buenas intenciones de dar caña a la clase política  y unas presentadoras con personalidad. Con estos pilares tan sólidos ya establecidos todo es cosa de arriesgar un poco más tanto eligiendo los temas de los reportajes como generando la polémica que dio la fama al formato. Porque meterse con los de siempre de la misma forma de siempre llega un punto en el que deja de ser gracioso.