Bien, llegó el sábado y el partido contra el Sporting en el Molinón. No pasamos del empate a cero. Volví a hablar conmigo y me dije: “Bueno, un punto fuera de casa no es tan malo, a ver qué hace mañana el Barça contra los maños". Les metieron 6.
Ayer martes dudaba qué ver en televisión por la noche. La cosa estaba entre Flashforward (Serie de Cuatro) o el partido del Real Madrid ante el Alcorcón en Copa del Rey. La serie empezaba a las 22.30 y el partido media hora, antes así que empecé a ver el fútbol pensando en que en esos treinta minutos el partido estaría encarrilado y solo tendría que interrumpir el visionado de la serie para ver los goles que fueran cayendo.
La cosa empezaba regular, el Alcorcón apretaba y yo pensaba: “Claro, estos equipos siempre empiezan fuerte pero luego se empiezan a replegar y se cansan”. ¡Qué gran error! Empezaron a caer los goles de los del sur de Madrid: Uno, dos, tres y al descanso con tres chicharritos en la saca de Dudek (ayer Casillas descansó) y eso que era el mejor del partido por parte de los visitantes. Guti no estaba, la defensa menos, Raúl y Benzema missing y el gran Royston Ricky Drenthe ni estuvo ni se le esperaba como es habitual en el tulipán.
Comentaba con mi hermano y mi padre en el descanso que igual remontaban, así que nos pusimos a ver la segunda parte esperando que cambiara la cosa. A los 7 minutos de la reanudación, pum, el cuarto. Ya ni siquiera tenía ganas de comentar la jugada conmigo mismo, así que me dediqué a ver como un Segunda B “chorreaba” a los supuestos galácticos jugando por las bandas, moviéndose, ofreciéndose y haciendo lo que se le presupone al Madrid del “Ingeniero”.
Si tuviera que resumir el partido de los blancos en una palabra la más apropiada sería: vergonzoso. Y el sábado visita el Bernabéu un Getafe que siempre hace buenos partidos cuando visita feudo madridista. Tiembla Pellegrini…