Vergüenza, vergüenza, vergüenza

Publicado el 06 marzo 2011 por Juanmajurado
En algunas ocasiones me avergüenza pertenecer a eso que han dado en llamar "la clase política" o, aún con mayor carga peyorativa, "los políticos". En algunas ocasiones me abochorna, me irrita y me da rabia saber que los ciudadanos (a veces, con razón, pero habitualmente de manera injusta) nos meten a todos en el mismo saco: "Son todos iguales". En algunas ocasiones, la llamativa ausencia en el debate político de la palabra inteligente, del razonamiento lógico y, sobre todo, de la educación y el respeto, son tan patentes que uno se pregunta si la ciudadanía se merece este triunfo del espectáculo de lo chabacano, de la vulgaridad y de la indecencia.  El viernes de esta semana ha sido una de esas ocasiones.
Los que hayan escuchado la emisión de Radio Almansa en la mañana de ese día saben a lo que me refiero. Para los que tuvieron la fortuna de estar en otras labores y, por ello, no poder oír la larga colección de insultos, ofensas, injurias y destilación de odio del que aún es representante de todos los almanseños, el Sr. Antonio López, aquí os presento la secuencia de los lamentables hechos que inspiran esta entrada e, insisto, me avergüenzan como ciudadano, como almanseño y, por último, como político y representante público. Unos hechos que comenzaron el día antes, cuando Paco Pardo, el candidato del PSOE, mi candidato y el de otros muchos miles de almanseños, en estos mismos micrófonos de Radio Almansa puntualizó nuestra postura sobre varias cuestiones y, en particular, sobre dos temas: el futuro de la recreación de la Batalla de Almansa y la iniciativa denominada "Embajada".
Sobre la primera cuestión, Paco expuso con claridad nuestro posicionamiento: con las actuales condiciones económicas que se viven en nuestro Ayuntamiento (agravadas día a día por la ineficacia de populares e independientes), la inversión financiera bienal que este equipo de gobierno hace en la recreación de la Batalla debe ser revisada. A finales de abril, al igual que hace dos años, el Ayuntamiento de Almansa se gastará más de 120.000 euros, más de 20.000.000 de pesetas en dos días para poner en escena la recreación. A este dinero, deberá añadirse lo que se gaste en horas extras de la Policía Local, actuaciones de Obras y Servicios, movilización de Protección Civil y otros servicios municipales que no están cuantificados. ¿Es lícito preguntarse si, en las actuales circunstancias, este gasto forma parte de lo prioritario? Nosotros creemos que sí es lícito (y así lo entienden, también, muchos ciudadanos). ¿Es lógico poner sobre la mesa la discusión de si la repercusión turística y comercial lograda merece la inversión de diez millones de pesetas diarios? Nosotros creemos que sí ha de discutirse (y así lo creen, también, muchos de los comerciantes, especialmente restauradores, que nos han hecho llegar sus dudas sobre esta cuestión). ¿Es obligación de quienes gobiernan exigir que los dineros públicos entregados a las asociaciones sean transparentes y se cumplan y justifiquen los requisitos para los que deben estar destinados? Sin duda. ¿Significa esto que el PSOE quiere eliminar del calendario la conmemoración y la recreación de la Batalla? En absoluto. Nosotros fuimos quienes la pusimos en marcha y creemos que debe continuar, lo que no nos impide afirmar que, como hemos dicho, deban revisarse muchos de sus actuales planteamientos.
En referencia a la segunda cuestión, "Embajada", las palabras de Paco Pardo estuvieron referidas a la absoluta falta de información pública existente alrededor de esta iniciativa. Así, Paco hacía suyas preguntas que están en la calle: ¿Cuánto de privado y cuánto de público tiene "Embajada"? ¿"Embajada" es una asociación legalizada dirigida por alguien? ¿Quién marca su "estrategia" publicitaria y comercial? ¿Quién financia "Embajada"? ¿Cuánto dinero le cuesta al Ayuntamiento la promoción de esta iniciativa en ferias y publicaciones? ¿Qué frutos ha dado "Embajada"? ¿Quién controla "Embajada", las personas que salen en los medios de comunicación en su nombre, el Ayuntamiento, el Partido Independiente...? ¿Exige el Ayuntamiento a "Embajada" que rinda cuentas por las ayudas que recibe? ¿A qué concejalía y a qué partida de los presupuestos municipales se cargan los gastos producidos por "Embajada"? Estas, y algunas más, son preguntas que, desde hace tiempo, forman parte de las conversaciones de café de los almanseños. Y al mismo tiempo, y de forma clara y explícita, Paco dijo no querer ni comentar ni valorar ninguno de los rumores que están en la calle sobre esta cuestión y que afectan a las personas que, públicamente, se presentan como "gestores" de "Embajada", algo que desde aquí, desde luego, tampoco voy a hacer.
Bien, pues a todas estas preguntas que, desde el punto de vista del interés público parecen estrictamente pertinentes y adecuadas, exigibles incluso desde la perspectiva del control del gobierno municipal y en las que, a la postre, lo que viene a solicitarse es coherencia y transparencia; unos interrogantes que a cualquier ciudadano medianamente atento a la realidad de nuestra ciudad sin duda le interesan; a todas estas cuestiones y apreciaciones lo que se ha obtenido en el mismo medio de comunicación, por parte del Sr. López y sus acompañantes, es una sarta de insultos impropios de cualquier ciudadano educado, más aún si exhibe una representación pública, una colección de injurias difíciles de oír fuera de contextos tabernarios, un derroche de veneno verbal que enrojece a cualquiera con un mínimo de respeto a sus conciudadanos. Me siento incapaz, por pura vergüenza, de reproducir los graves improperios emitidos por el Sr. López. Me avergüenzo, más allá de la discrepancia ideológica, de estar representado por el Sr. López. Me siento, además, insultado por el Sr. López pues entiendo que las difamaciones contra Paco Pardo son extensibles a todos los que opinamos como él, a todos los que exigimos transparencia e información. Estoy convencido de que los almanseños son gentes que no se merecen este trato y este desprecio a sus inteligencias. Se puede, y se debe, pensar, opinar, discrepar... No se puede, y es absolutamente condenable, convertir el insulto, la prepotencia y el amedrentamiento en la única forma en la que un representante público es capaz de "comunicarse".
Al Sr. Antonio López le gusta decir que él es la "máxima autoridad de su pueblo" para, a renglón seguido, añadir que, bajo esa premisa, dice y hace lo que quiere. Y así lo demuestra. Visto lo visto, sufrido lo sufrido, me pregunto sobre la vigencia en nuestra política municipal de la definición que la Academia nos ofrece del término dictador: "Persona que abusa de su autoridad o trata con dureza a los demás".