Vamos a lo que íbamos. Siempre me ha parecido mal que se piten los himnos de los países en cualquier competición deportiva. Lo han hecho en multitud de ocasiones cuando vienen selecciones de fútbol extranjeras a jugar aquí. Pero lo de hoy en Bilbao no tiene nombre.
Pitar el himno de tu país cuando la máxima autoridad nacional está en el palco es el colmo de la falta de respeto. Esta tarde salían a presenciar la final de la Copa del Rey los reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía y los aficionados, mayoritariamente, les dedicaron una sonora pitada cuando pusieron el himno nacional. Y menos mal que les pusieron la versión corta que sino puede que les mearan encima como el cafre de San Mamés del otro día.
Si no quieres que suene el himno español, ¿Por qué cojones organizas una Copa del Rey, una competición nacional? Organiza una Copa del Lehendakari, que jueguen el Caja Laboral y el Bilbao Basket y todos tan felices. Quieran o no, se sientan o no españoles, pertenecen a España y al menos, deberían mostrar respeto.
Tampoco quisiera pasar por alto el comportamiento vergonzoso de un aficionado del Real Madrid que tras concurso de tiros libres contra hinchas del Barcelona se puso a provocar a la afición levantando sendos dedos a lo Aznar y agarrándose los huevos cual troglodita. Me duele además porque este personaje pertenece a Berserkers, un grupo de aficionados al que pertenece una persona a la que aprecio mucho y al que el comportamiento de este tipo deja en mal lugar.
Por el comportamiento de unos y de otros hoy he sentido verdadera vergüenza ajena.