Las cárceles en España se han convertido poco a poco y sin ningún político que lo denuncie, pida explicaciones o se sienta cuando menos un títere curioso al que se le ocultan decisiones impropias, cómo la de indagar la razón de construir "refugios" de lujo para los convictos sentenciados o los muchos recién llegados en una migración interminable, que serán agraciados con la sorpresa de sus múltiples servicios, mucho más abiertos que los disfrutados por pensionistas, que en detrimento de sus percepciones de jubilaciones bien merecidas, tienen que ver cómo viven quienes en algún momento ellos como ciudadanos han sido víctimas de esos delincuentes y desaprensivos, que se regodean de comodidades que ellos nunca tuvieron a su alcance.
Y poco se hace para quienes admitiendo todas esas canalladas de dar mejor trato al delincuente que al honrado, con el escarnio inmerecido y la hiel congelada por seguir demostrando el hábito de una democracia de cuadro de un arte falsificado, se tolera que se contribuya a subvencionar a la chita callando, el despropósito de 33 penales idénticos para que muchos de esos reos se acostumbren a pedir más derechos que los demás no tienen, y no tengan el valor de manifestarse en contra de esos privilegios adquiridos por los "fichados" de por siempre, que les hace más fácil delinquir o cuando llegan ilegalmente a las costas españolas, que siendo apresados ya tienen reserva obligada para detenerse gratuitamente en esos "paradores" sin rejas y sin pago añadido de pernoctación, alimentación y espacios deportivos donde distraerse, considerándose son clientes de importancia en unos hoteles de lujo para ellos, menospreciando a los demás impositores que con rentas a declarar los mantienen con una comodidad envidiada, quejándose sin mucho entusiasmo de los elevados impuestos con los que satisfacer los gastos ajenos con unos presupuestos de unos ministerios de interior que son un escándalo, para mantener el despropósito de recompensar y sin contraprestación alguna, unos edificios de internamiento que parecen palacios, que lo único que hacen es crear con resignación agravios y restar retribuciones a los funcionarios de prisiones, que sirven de mayordomía y muchos se juegan la vida cuando se producen algarabías, por llegar a los comedores el caldo frío o existe alguna avería en los calefactores de unas celdas lo más cercanas a habitaciones de 4 estrellas.
Probablemente esas macro y hospitalarias edificaciones se hayan aprobado por aquellos que a lo mejor en un momento dado van a depender de la justicia y sin remisión tengan que entrar por peteneras en ellas, por estafas y corruptelas, asesinatos, extorsiones, robos y todo lo que significa violencia, incluyendo a los que huyendo de la miseria podrán tener la suerte de hacer vida nueva en ellas, haciendo constatación palpable que ya son muchos que se ríen del sistema y se complacen alegremente de nuestra tontuna absurda, para después a sus anchas y con la pericia de trajinar con sus constantes vitales, los abogado de oficio y las muchas influencias de los tunantes, empezar por conseguir salir los fines de semana para compartir con las familias, o tener la ocasión de perpetrar un nuevo delito para no perder el hilo de sus "profesiones" o de un efecto llamada convertido en premio de lotería, para entrar mojado en la península ibérica y recibir calor y comprensión en los centros de retención para pasar unas vacaciones de cuarentena, que se confirma son la recepción de una Europa administrada por políticos y burócratas de inteligencia escasa, que aspiran a dar muestras de benevolencia aun cuando les roban la cartera, lo que evidencia que con estos predicamentos está más ciega la tan cacareada "unión" que un murciélago sin ojos en una noche de luna llena.
No únicamente la Ley es demasiado blanda en España, es que al reo se le premia con la mordida impositiva y a escote de unas familias que bien merecerían que el programa Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) reuniese parecidas condiciones de unas prisiones como las presentadas, convertidas en reclamos de uso, abuso y disfrute de los pandilleros y similares, no entendiendo la razón de unas leyes blandas y condescendientes que hacen que los desvergonzados que las autorizan causen vergüenza entre una ciudadanía que se lamenta, pero poco o nada se queja de tal villanía que sonrojaría a cualquiera, incluso al recluso más rebelde y "escapista" que a buen seguro se queda con la amabilidad recibida antes de emprender la huida, gracias al equipamiento y las oportunidades de vivir una existencia mejor después de cometer sus fechorías en penales que no dan ninguna pena, como el ejemplo gráfico que les presentamos que corresponde al "palacio-cárcel" de Archidona en Málaga, en el que además de morar en espaciosas habitaciones se desarrollan variadas actividades, con escuelas de aprendizaje informático, cine-teatro, asistencia hospitalaria interna de primer orden, gimnasios, pabellones deportivos y piscina climatizada para que ningún interno proteste de recibir un mal trato, mientras los vecinos del pueblo más cercano no entienden nada de lo que está pasando, en un país que suena a pandereta y huele que apesta, por una política "moralista" que atenta al país con ejemplos que claman mayor respeto y más pena.
Muchas residencias para ancian@s, los mismos que ayer fueron jóvenes trabajadores y sin manchas penalizadas por la Ley, que cotizaron a la Seguridad Social y que hoy en la plenitud de sus últimas días tienen que esperar muchísimo tiempo para ocupar una plaza en alguna caritativa fundación o municipalidad, se sienten desamparados, máxime cuando tienen que abonar importantes sumas de dinero que van más allá de los 2.000 € mensuales para ocupar habitaciones compartidas en centros privados, y cuando son ingresados en algún complejo hospitalario de la sanidad pública tienen que pagar una cuota por ver la televisión. Y eso señores políticos que tanto piensan en los más vulnerables y en socorrer a los más desfavorecidos que nada contribuyeron y que tienen todo el derecho de buscar ganarse la vida, es compatible con no hacer elementos de juicio disparatados elogiando una labor que se asume con nuestros comprometidos impuestos, que al igual sirven para hacerles reflexionar, aislando los argumentos pueriles y equivocaciones que deberían sancionarse por cometer prevaricación haciendo que las comparaciones sean tan odiosas y abundantes, que lo único que hacen es aumentar ese desafecto que tenemos por ustedes, lo que redunda en una insatisfacción y coraje que se manifiesta con una abstención en las urnas, algo que al parecer a ustedes "bellacos" de las contradicciones, les conviene y con astucia gremial callan, unidos desde la izquierda, el centro y la derecha más perversa si cabe, cuando en asuntos como el presente se les llama a subsanar lo indecible.