El vermut, conocido como vermú o vermouth, era un clásico de los domingos antes de la hora de la comida. Se tomaba tradicionalmente con el aperitivo para abrir boca y su sabor a caballo entre el dulce y el amargo, se convirtió en tal protagonista que se llegó a conocer el hábito de salir a tomar algo antes de ir a comer como la hora del vermú, seguro que lo has escuchado más de una vez. Últimamente, las nuevas generaciones lo habían reservado al mundo culinario, pero el vermut ha vuelto a nuestras mentes cuando estamos en actos sociales.
El vermut es una bebida elaborada con vino, alcohol, plantas y especias, entre otros componentes, donde cada fabricante aporta su propio toque en base a la mezcla de plantas y fórmulas utilizadas, llegando, incluso, a que la eceta sea un secreto tradicional de cada marca.
En cuanto a las variedades más allá de cada marca o si es un vermut industrial o artesanal, existen dos tipos principalmente: el vermut blanco (más fuerte) y el vermut rojo o negro (más dulce). Además, como en el caso del vino, puedes encontrarlo embotellado o a granel.
Todo esto permite abrir un amplio campo de posibilidades para aquellos a los que le gusta variar el aroma de su bebida habitual y creo que, en gran parte, ha sido clave para su éxito.
De hecho, en la misma página de la que os hablaba antes, La Llar del Vi, ya se han sumado también a la moda del vermut, incluyendo una sección especializada en vermuts, cervezas y acompañamientos con distintos tipos de vermouth, cervezas artesanales, conservas y aperitivos.