Verónica

Publicado el 07 septiembre 2017 por Elaltramuz @ElAltramuz
Verónica

Ocho años después de la maravillosa Rec 3, Paco Plaza vuelve con Verónica, una película de terror costumbrista que está revolucionando las salas.

Verónica (Sandra Escacena), una adolescente con demasiadas responsabilidades familiares, hace una ouija con sus amigas, pero algo sale mal y, desde entonces, una presencia paranormal amenaza a su familia.


Tras hacer películas sobre hombres lobo y zombies, Paco Plazadice que esta película tiene como protagonista al monstruo más terrorífico: ¿un espíritu maligno?, no; una adolescente. Aunque fue un encargo, considera que es su película más personal. Suena a tópico, pero es así, el director se siente muy identificado con la protagonista, Verónica, porque era diferente al resto de compañeros de su edad y se sentía solo, entre otras cosas.Al principio, el guión de Fernando Navarro y Paco Plazase iba a llamar El expediente y basarse únicamente en el famoso Caso Vallecas, pero no pudo ser y acabó siendo una historia un poco diferente que toma elementos de otros como el Caso Embajadores. Verónica mantiene la esencia del caso vallecano modificando algunos elementos para conseguir una película más potente.

Hay quién afirma que aún no se puede hacer cine o series ambientados en los años noventa porque está demasiado cerca y no tiene nada destacable. Pues esta película ha demostrado que sí se puede, y que se puede hacer muy bien. Cada elemento nos transporta a 1991, los coches, el walkman, Héroes del silencio, jugar a la ouija en el instituto, las calcamonías, los teléfonos de cable eterno, ¿Quién puede matar a un niño? del maestro Chicho Ibánez Serrador en la tele, el limpiador Centella, los yonkis de mi barrio, etc.


Aunque no se diga explícitamente en ningún momento (y es raro, porque los vallecanos aprovechamos cualquier oportunidad para hablar de nuestro barrio), se ambienta en Vallecas. Las pistas que nos da son las calles, esos pisos de Luis Marín con corredores larguísimos, conectados todos entre sí, el cartel de la habitación de Verónica con “las fiestas de Vallecas”, los transeúntes con la camiseta del Rayo Vallecano, que después vuelven a aparecer en el bar. Hasta los casting de actores se hicieron en Vallecas, porque les hacía especial ilusión que fueran encontrados en el mismo barrio. Al final no todos salieron de aquí, pero no creo que les doliera mucho, porque la interpretación de los menores es tan impecable y natural que parece que ni actúan. En cosas como esta se nota cuando hay un buen director detrás de la cámara.


Aunque el tono de la película es de un terror cercano al drama, tiene varios toques de comedia que no rompen la atmósfera (como ocurría, a veces, en Déjame salir), están perfectamente encajados. Lo vemos en personajes como la Hermana Muerte con las torrijas, las niñas debatiendo sobre el significado de “blind” o Antoñín cantando en la bañera.El broche a esta maravilla lo pone la banda sonora está compuesta por Chucky Namanera, o lo que es lo mismo, Eugenio Mira(director de la magnífica Grand piano).

Verónica es mucho más que una historia de ouija que sale mal y fantasmas asesinos, es la historia de una niña que acaba de perder a su padre, que tiene que cuidar de sus hermanos pequeños como si fueran sus hijos, que no tiene tiempo para salir con sus amigas, que está sola, en definitiva, que se ve obligada a crecer antes de tiempo.


Caso VallecasEstefanía, una joven aficionada a la parapsicología, era la tercera de 6 hermanos de una familia de clase media vallecana. Un día consigue convencer a dos amigas para hacer la ouija, ya que el novio de una había muerto en un accidente de moto y le echaba de menos. Jugaron en el baño del Colegio Aragón, pero una profesora las sorprendió, el vaso se rompió y cuentan que un humo negro salió de él y entró en la boca de Estefanía. Durante los meses siguientes, Estefanía sufrió ataques con convulsiones y visiones de seres sombríos que la llamaban. Su madre, que tenía epilepsia, la llevó al médico pensando que podría tener su misma enfermedad, pero dijeron que estaba muy sana.En uno de los ataques, se abalanzó sobre su una de sus hermanas violentamente y se desmayó. Al recuperar el sentido no recordaba nada. Esa misma noche entró en coma súbitamente y, poco después, murió en el hospital por asfixia pulmonar.Tras su muerte, los fenómenos cesaron un tiempo, pero acabaron volviendo, vasos que se rompen, cosas que se mueven, la fotografía de Estefanía que se quema dentro de su marco, etc. El 27 de noviembre de 1992, año y medio después de aquella ouija, la familia se vio tan sobrepasada por los fenómenos que llamaron a la policía y esperaron en la calle. Cuando llegó el inspector José Negri y los cinco agentes de policía, la familia les explicó la incidencia, “hay una sombra negra alta que va vueltas por la casa”. Al entrar en la casa, las puertas del mueble del salón se abrieron y cerraron con fuerza, tras lo cual, cuatro de los policías salió corriendo. El inspector y el policía pudieron ver cómo la habitación de Estefanía tenía los posters arañados y escucharon un ruido en la terraza cuyo origen no encontraron. En el baño, clausurado por ser el lugar de máxima actividad según la familia, el inspector sintió “el frío más intenso que nunca había tenido”.Debido a que estos datos están incluidos en el expediente que hizo el inspector, el único de España en el que se habla de fenómenos paranormales, se ha convertido en uno de los casos más famosos.



Caso EmbajadoresEn Embajadores vivía una familia numerosa con bebé y perro incluidos. Todo comenzó cuando algunos miembros hicieron una ouija en una casa vieja que tenían en Villaverde. En mitad de la sesión un tablón salió volando hacia ellos, pudieron esquivarlo, pero la ouija quedó sin terminarse.Javier, uno de los hijos, se despertó una noche sintiendo una presión enorme en el pecho, no podía mover más que los ojos y vio una sombra negra con tres dedos. Esto le hizo acordarse de un suceso traumático de su niñez. Un día en el río, uno de sus amigos, que había nacido con solo tres dedos, se tropezó cayendo sobre una piedra y muriendo en el instante. Durante los siguientes días siguió apareciéndose esta sombra y le decía que iría a por él primero y luego a por su familia. En una ocasión le dio un golpe en el pecho causándole dolor durante varios días.No fue el único que sufrió fenómenos inexplicables. En ocasiones, el perro se quedaba mirando a un punto fijamente durante un tiempo y el bebé empezaba a llorar, y, justo después, sucedía todo. Sus padres y su mujer explicaron cómo un frío intenso aparecía de la nada e invadía toda la casa, golpes, la lavadora se ponía en marcha incluso desenchufada, había cosas que se movían, el gas se abría por la noche, el agua del grifo salía hirviendo, etc. Pidieron ayuda a una vidente, que les dijo que pusieran claveles blancos en todas las habitaciones, pero no sirvió de nada, los fenómenos se incrementaron. Tenían tanto miedo que acabaron durmiendo, durante mes y medio, todos juntos en el salón con los colchones tirados en el suelo. En una ocasión vieron a la sombra caminar por el pasillo.
Pero no solo les ocurrieron cosas extrañas a los habitantes de esta casa, los demás participantes de esa ouija sufrían situaciones parecidas cada uno en su casa.
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