Revista América Latina

Verónica Lynn, Profesora de Mérito de la Universidad de las Artes: “La enseñanza es un acto de creación.”

Por Isa @ISA_Universidad

Verónica Lynn, Profesora de Mérito de la Universidad de las Artes: “La enseñanza es un acto de creación.”

Publicado el abril 30, 2015 de

Verónica Lynn, esa primerísima actriz de Cuba que ha dedicado gran parte de su vida a la docencia, recibió este 29 de abril en la Universidad de las Artes la condición de Profesora de Mérito de manos del rector Dr. C Rolando González Patricio y la Viceministra de Cultura Kenelma Karvajal Pérez.

Verónica Lynn, Profesora de Mérito de la Universidad de las Artes: “La enseñanza es un acto de creación.”

La Premio Nacional de Teatro, Premio Nacional de Televisión y protagonista de decenas de obras memorables del cine y el teatro cubanos es, a sus 83 años de edad, uno de los principales referentes de la actuación en el país y una activa colaboradora de proyectos juveniles.

Al distinguirla, la institución reconoce su labor pedagógica e indiscutible relevancia como actriz dentro del panorama cultural cubano.
Así lo refirió el actor Roberto Gacio, quien pronunció las palabras de elogio en el acto de entrega de la condición de Profesora de Mérito: “Verónica es una excepcional actriz, heredera de aquella pléyade de grandes intérpretes, muy diferenciadas entre sí, que existió en Cuba antes de 1959”.
“Ella –añadió el actor- continúa en plenitud de facultades, es asequible y muy moderna… reviste sus personajes de una luz que solo las grandes actrices tienen.”
Gacio recordó cómo desde los inicios de su carrera la actriz encarnó papeles de mujeres, construidos sobre la base de profundos cambios psicológicos y de demandantes acciones físicas.
“Su Camila en la obra de José R. Brene integró de manera magistral el sainete cubano, las claves del género popular, y constituyó a su vez una lección de cubanía”, señaló además el actor en las palabras de elogio.

La actriz, quien caló en el imaginario popular de la Isla con su personaje de villana en la telenovela Sol de Batey, agradeció el agasajo y lo consideró “un milagro”, un gesto noble que no esperó nunca merecer, pues su vocación primera no fue el magisterio, sino la actuación. “Este instante jamás estuvo en mis proyectos”, añadió.
Verónica, quien se graduó de Teatrología en la Universidad de las Artes cuando ya había ganado sobrada experiencia en las tablas, los sets de televisión y los platós cinematográficos, ha impartido clases en sus aulas, así como en las Escuelas de Formación de Actores del Instituto Cubano de Radio y Televisión y de Superación de Instructores de Arte.
“Uno de los mayores privilegios de mi profesión es haberme permitido contribuir a la formación de artistas”, expresó en su discurso de agradecimiento, en el cual recalcó el valor de la institución como “fragua de artistas, cuyo desempeño en tantas manifestaciones ha enaltecido la cultura cubana”.
Para ella, la actuación es un oficio que se perfecciona trabajando todos los días, y el hecho de impartir clases hace que esa preparación profesional e individual se enriquezca mucho más.

“La enseñanza es otro acto de creación”, dijo Verónica antes de recibir también el homenaje de los estudiantes de música Beatriz Pagés y Yoibel Montes de Oca, quienes interpretaron para ella las obras “Sarabanda y Giga Suite No. 5 para cello” de Johan Sebastian Bach, el “Ave María” de Bach y Gounot y el “Andante Spianato”, de Frederich Chopin.

Sobre su constante interacción con los jóvenes la actriz había expresado el año pasado en un espacio coordinado por la Asociación Hermanos Saíz: “La juventud revoluciona la vida, todo está en manos de la juventud , ellos siempre tienen una mirada desprejuiciada de todo, una mirada fresca”.
Ese vínculo con las nuevas generaciones se expresa frecuentemente en colaboraciones suyas con los alumnos de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y la Facultad de Arte de los Medios de la Universidad de las Artes, de las cuales han emanado obras como el cortometraje de ficción “Unidas”, proyectado durante la entrega de la condición de Profesor de Mérito.

Verónica Lynn inició su carrera profesional en la televisión, pero rápidamente comenzó a alternar sus apariciones en este medio con el teatro, dentro del cual alcanzó notoriedad al protagonizar en 1954 Lluvia o La ramera de las islas, de Somerset Maughman.
Sobre las tablas puso el sello definitivo a uno de los personajes más trascendentales de la historia teatral cubana: la protagonista de Santa Camila de La Habana Vieja, de José R. Brene.

Se dice que el rol de Camila en esa pieza no ha vuelto a ser interpretado con tanta brillantez como lo hiciera Verónica y que además, su actuación como Luz Marina en Aire frío bajo la dirección de Humberto Arenal, ha sido una de las más respetables que se hayan hecho.
En el cine, la actriz ha participado en filmes como Una pelea cubana contra los demonios (1971), Lejanía (1985), La bella del Alhambra (1989), Las noches de Constantinopla (2001) y La Anunciación (2009).


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