LA BRUJA (por Gabriel Santiago)
Comienzo con esta definición porque no logro conseguir una mejor para expresar lo que creo que pasa con los amantes (y no tanto) del cine y su relación con la película La Bruja (The Witch). Cuando termino de ver una película o leer un libro siempre me hago la misma pregunta ¿Pára que se hizo? La mayoría de las veces consigo respuestas como: para hacer dinero, para ganar un Oscar, para entretener, para divertir, para aterrorizar… después de ver esta película no se aún para que se hizo; solo me queda el mal sabor de boca de pensar que solo es un ejemplo de auto complacencia del director nobel Roberts Eggers (que para colmo es el guionista).
La película transcurre en esta nada en medio del bosque de Nueva Inglaterra del siglo XVII, con una familia exiliada por sus creencias religiosas y como viven en medio de una histeria colectiva (colectiva de ellos) en donde el diablo, una bruja, los arboles, un conejo y un carnero se mezclan con niños y mucha mugre….una mezcla entre El Exorcista, el cuento de Hansel y Gretel y mucho fango. ¿Qué tiene de terror? Nada, salvo que de vez en cuando una bruja desinhibida intenta asustarnos. Muy mal tiene que estar el ámbito del terror en la industria cinematográfica para que una película como está reciba grandes críticas y sea considerada una de las mejores películas de terror del siglo (madre mía...madre mía).
Es el típico film en que tu esperas algo de él hasta el final, y sólo llega eso...el final. La historia va transcurriendo, pero cuando analizas lo visto, te des cuenta que no ocurre mucho y lo que ocurre no tiene sentido. Es aburrida hasta la muerte y muy incoherente, además que tiene ese deje de rozar la pornografía infantil que a mi me desagrada un poco; es totalmente innecesario mostrar como un niño besa a una mujer voluptuosa y muy adulta o como su hermana huye desnuda hacia el bosque (la actriz tiene 20 años pero el personaje no).
Son muy fan de los cortos o películas indie o de bajo presupuesto, con las uñas se pueden hacer trabajos maravillosos, originales y muy creativos (hasta aquí en España se llegan a ver cosas interesantes) pero lo que no podemos es alabar algo sólo por el esfuerzo realizado; sería casi como decir “lo importante es participar”. En algunas de las opiniones que he leído llenas de hype he llegado a notar que recompensan mucho más que la película se hizo en 26 días o que tenía un bajo presupuesto que en sí el resultado final.
La información que nos da al final el director-guionista, en donde nos informa que la historia está basada en varios cuentos de la zona y que algunos diálogos son extraídos de dichos cuentos; para mi más que información suena más a disculpa (yo no fui, esto ya era así).
Lo único que puedo sacar en positivo del film es que tiene una realización estupenda y una fotografía impecable de Jarin Blaschke, planos bien logrados y escenas interiores difíciles de lograr hechas la mayoría con las velas de la familia como única fuente de luz (si Kubrick hubiera tenido los lentes actuales, igual no “llegábamos” a la Luna) que lograban muy bien ese efecto de claustrofobia que requería la película; pero no se engañen, la excelencia artística no puede ser excusa para que se ponga a una película por los aires.
Si me piden consejo, ahórrensela.
Mi nota: 3
LA BRUJA (por Juan Carlos Pascual)
El comienzo ya pinta mal cuando a los dos o tres minutos descubrimos que la que será gran protagonista (la hija mayor de la familia) se llama Tomasín (Thomasin)...
El comienzo nos pone rápidamente en situación. Una familia de creencias ultracristianas y cinco críos es expulsada de la comunidad en la que convive y se ve obligada a mudarse a una caseta al lado de un oscuro bosque. Todo esto hace 400 años.
***SPOILER***
El plano del cierre de las puertas de la ciudad a sus espaldas es antológico, con miradas despectivas de los indios Arapahoes y alguno que otro vestido de Hernán Cortés.
Al poco empiezan a pasar cosas malas, como que el bebé de la familia desaparezca o hagan su aparición un conejillo o una cabra montesa a la que llaman “El negro Felipe”..
La madre desconfía de Tomasín porque la ve un poco más suelta de lo normal, y claro, se piensa que es una bruja.
Unos días después otro de los hermanos se pierde en el bosque y es seducido por una bruja buenorra que en realidad es una vieja pelleja, cosas de los espejismos. Luego aparece enfermizo, y cuando parece que ya se va a poner bien porque ha vomitado y se ha quedado a gusto, se viene arriba enfervorecido y la casca después de recitar un salmo.
Al final todos enloquecen por culpa de la vieja pelleja y terminan confundiendo sus creencias cristianas con el poder de la vara, y claro, eso no tiene un buen final.
Tomasín es la más lista de todos y después de hablar con el negro Felipe se va a una fiestuqui y acaba en pelotas flotando por los aires. Se ve que le pusieron droja en el colacao.
***FIN DEL SPOILER***
Sé que así contada apetece verla, pero la película tiene un ritmo lento de dormirse y aburre hasta a las ovejas (salvo a la cabra montesa). En mi opinión este film naufraga porque el director no sabe hacia dónde nadar. Ha querido mezclar demasiadas cosas y todo termina siendo confuso y extravagante. Demasiada religión, demasiados personajes anti-empáticos, demasiado bosque poco aprovechado.
Los actores están bastante correctos en general, sobre todo “Tomasín”, que en momentos logra descolocarnos un poco, pero el tono lúgubre y aburrido de la película termina comiéndoselos a todos.
La fotografía es tal vez lo más destacado de The Witch, con algunos planos de composición muy cuidada y con el uso de una gradación de colores apagados y fríos para conseguir la sensación de tenebrosidad correspondiente. Lástima que la historia no esté a la altura.
Otro aspecto que chirría bastante es el uso de la música, con momentos de volúmen excesivamente alto cuando suenan coros que nos quieren provocar esa sensación angustiosa.
Una pena y una nueva demostración de que el cine “de miedo” está en unas horas bajas preocupantes.
Mi nota: 0,99
LA BRUJA (por Dentro del Monolito)
Tras muchos meses de espera, por fin se estrenó en cines una de las películas más esperadas por un servidor. Prácticamente todo lo que había podido leer sobre La Bruja (The Witch) han sido alabanzas, así que las expectativas eran bastante altas con este título. Tal vez por ello mi opinión será algo más tibia, y me explico a continuación.
"La Bruja" triunfa especialmente en dos aspectos: una magnífica dirección y una ambientación muy lograda. Robert Eggers nos ofrece una extraordinaria puesta en escena desde el inicio, y en una fascinante sucesión de planos nos pone rápidamente en situación. Una vez que todo queda establecido, emerge esa ambientación opresiva que se va enraizando en torno a dos elementos principales. Uno es el obsesivo fervor religioso que demuestran los cabezas de familia, y cuyas consecuencias pronto intuímos en todos los hijos. Y el otro es el bosque, convertido aquí en una amenazante presencia enfatizada casi siempre por los enervantes tonos agudos de unos violines que componen una inquietante banda sonora. El tratamiento que se hace del bosque hace que cobre una vital importancia y que directamente pase a ser un personaje más.
El director consigue además dotar a la película de una identidad visual propia, que queda definida con un bucólico tono grisáceo que va en concordancia con los oscuros acontecimientos que se suceden en la trama. Para seguir sumando virtudes, el guión acierta casi siempre, otorgando a cada uno de los miembros de la unidad familiar una ambigüedad latente que los hace especialmente interesantes. Además, el desenlace no sólo está a la altura sino que nos regala un par de poderosas imágenes que a buen seguro quedarán grabadas en nuestras retinas.
Hasta aquí todo perfecto, pero hay un par de puntos que empañan el conjunto. La lenta cadencia con que se desarrolla la trama resulta muy adecuada en un principio, pero según avanza la película lo cierto es que la excesiva atención a detalles poco trascendentes llega a darnos algún tramo que puede hacerse aburrido. Como decía, todo el desenlace me parece sublime, pero llegar hasta él con toda nuestra atención no resulta fácil ya que antes hemos de atravesar unos cuantos valles en la propia narración que pueden desconectarnos de la película. En mi opinión, recortar un poco el metraje hubiera ayudado a aliviar este problema.
Todo el elenco actoral raya a buen nivel, pero hemos de destacar especialmente a la joven Anya Taylor-Joy, que en su papel protagónico compone un personaje tan inocente como turbador. Cierto es que hay algún momento en que la interpretación de algún actor parece salirse de tono, aunque mucho me temo que el doblaje de los personajes masculinos tiene algo que ver con ello. Recomiendo por ello verla en versión original siempre que sea posible.
Concluyendo, creo que estamos ante una película muy bien dirigida y que esconde mucho más de lo que parece ya que bajo su apariencia de cinta de terror subyace una feroz crítica a los extremismos religiosos y una cruel visión del traumático paso de la infancia a la edad adulta. Eso sí, hay que avisar que la película nos exige estar muy conectados a su historia, cosa que no resulta del todo sencilla debido a su lento desarrollo. De otra manera, la recompensa que nos ofrezca será poco valiosa.
Mi nota: 6,5