VERSUS VI: LA SEDUCCIÓN (2017) vs EL SEDUCTOR (1971)

Publicado el 25 agosto 2017 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
Hoy vamos a hacer un versus diferente. Aprovechando el reciente estreno de La Seducción de Sofía Coppola, la enfrentamos con la película original de 1971 El Seductor de Don Siegel. Ambas películas adaptan la misma novela (The Beguiled, de Thomas P. Cullinan), y aunque el resultado es similar en muchos puntos, hay otros donde difieren diametralmente. Espero que os guste este invento de "original vs remake".
LA SEDUCCIÓN (THE BEGUILED, Sofía Coppola, 2017)

En los estertores de la guerra de secesión, un soldado queda herido cerca de una escuela femenina. Una de las alumnas le encontrará de casualidad y le llevará hasta la escuela, donde el reducido grupo de mujeres que allí permanecen le dará cobijo mientras se recupera.
Dados los tiempos que corren, se me antoja que La Seducción tiene bastantes elementos para causar polémica, ya que está dirigida por una mujer, y en su desarrollo alterna tramos misóginos con momentos que bien pueden pasar por feministas. Yo creo que la película es ambas cosas y ninguna al mismo tiempo, y desde luego, no creo que la intención de Sofía Coppola sea crear controversia. Al fin y al cabo, el meollo está en la peculiar relación que se establece entre el cabo John McBurney y las meretrices y alumnas de la residencia, y en general las resoluciones que se dan resultan creíbles y adecuadas sin tener que herir sensibilidades de ningún tipo. Aunque la trama puede pecar de telefílmica, el mimo que pone la directora en la ambientación consigue que permanezcamos atentos a todo lo que sucede. El ritmo es bastante pausado y la historia avanza a base de detalles y sutilezas, ya que realmente tiene poco que contar.
El gran problema que encuentro en «La Seducción» es la tibieza de su propuesta. La novela de Thomas P. Cullinan que sirve de base a la película contaba con elementos a los que Don Siegel supo sacar mucho más provecho en su adaptación de 1971. Sofía Coppola se refugia en el preciosismo estético con el fin de eliminar crudeza y naturalidad, dando a su película un aire un tanto artificioso. En muchos momentos se echa en falta un puntito más de intensidad y de riesgo, quedando algunos aspectos sugeridos de una manera demasiado velada. Por poner un ejemplo, se le podía haber sacado mucho más partido al personaje de Elle Fanning, con el que podría haber presentado la carta de la perversión en todo su esplendor. En cambio, la cosa queda un poco taimada.
Aún así, «La Seducción» no me resulta desdeñable gracias, en buena medida, a su impecable dirección artística. Tanto el trabajo de vestuario como la fotografía sobresalen para ofrecer un aspecto visual intachable. El aprovechamiento de la iluminación natural (casi toda la película está iluminada por velas y la propia luz diurna) le da a la película un toque especial, cercano a veces al cine de terror. Me hubiera gustado que este acercamiento al género hubiera sido completo y no solo estilístico, eso sí.
El otro punto fuerte es el reparto, sabiamente escogido en todos los papeles femeninos. Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning tienen los papeles más importantes, pero el resto de compañeras menores de edad resultan igualmente solventes. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de un Colin Farrell al que encuentro fuera de lugar y un tanto perdido.
Se nota que estamos ante una película pequeña, con algunas virtudes y algunos problemas basados en el distinto aprovechamiento del material original. En algunas cosas se parece mucho a la versión de 1971, pero en otras palidece en la comparación. Pese a todo, creo que es una cinta interesante que tiene buenos momentos pese a resultar previsible en general.
Mi nota: 6

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EL SEDUCTOR (THE BEGUILED, Don Siegel, 1971)
No me avergüenza reconocer que no conocía esta versión de Don Siegel hasta que conocí que la película de Sofía Coppola era un remake. El hecho de encontrar a un mito como Clint Eastwood protagonizando la película me animó definitivamente a verla y comparar con la versión moderna.
Desde el mismo inicio de El Seductor nos damos cuenta de que la película de Don Siegel es mucho menos melindrosa. En la primera escena, en la que el soldado es auxiliado por una niña, vemos que el personaje no tiene remilgos en plantarle un beso en la boca a la joven. Toda una declaración de intenciones.  Esa visceralidad expuesta a las claras le permite alcanzar cotas de perversión que Sofía Coppola solo sugiere lejanamente, haciendo que esta primera versión de  «The Beguiled» sea la más recomendable de las dos. Aún compartiendo trama y teniendo muchas escenas casi calcadas, la película de Siegel desprende mala leche de manera descarada, convirtiéndose casi en todo un tratado sobre la tentación.
«El Seductor» no escatima a la hora de mostrar la dudosa cata moral de todos los personajes, dejando la ambigüedad para otra ocasión. Tal vez ello plantea un problema en cuanto a la nula empatía que nos brindan dichos personajes, salvando únicamente a la esclava negra.
Podría decirse que el flirteo con el terror es aquí un noviazgo de pleno derecho, sobre todo en el tramo final. La sensación de claustrofobia es mayor que en la versión moderna, gracias a una ambientación turbia y enrarecida y a una mayor intensidad de la violencia, ya sea física o puramente psicológica. Contribuye decididamente a ello el personaje interpretado por una gran Geraldine Page, que se muestra como la raíz del mal que corroe la escuela y en cuyo pasado encontramos aspectos muy turbios ejemplificados en la relación que mantenía con su hermano.
La explicitud también es mayor en el aspecto sexual, mostrando la película una desinhibición que llega a alcanzar un tono incómodo en las ensoñaciones de la meretriz Martha. A nivel estético de nuevo encontramos una mayor tosquedad, muy de los setenta, que funciona muy bien vista hoy día, ya que aporta ese toque sucio y realista tan de la época.
El elenco actoral también sobresale, aunque aquí el papel de algunas de las actrices más jóvenes queda relegado a un plano muy secundario. Como decía, Geraldine Page está enorme, bien secundada por Elizabeth Hartman y Mae Mercer. El desaprovechado papel de Elle Fanning en la cinta de Coppola está aquí bordado por Jo Ann Harris, quien ofrece una cara mucho más incisiva y tentadora. El último punto ganador para «El Seductor» lo otorga un sobrio Clint Eastwood, en una interpretación bastante alejada de lo habitual pero igualmente convincente.
Creo que queda claro que «El Seductor» expone con acierto los temas que su historia propone. Es retorcida, incómoda, seca y sensual. A menudo recurrimos a ese típico eslógan de "esta película sería imposible hacerla hoy". Pues bien, aquí podemos comprobar que para hacerla hoy han tenido que pulir sus múltiples aristas puntiagudas. Benditos setenta.
Mi nota: 8