Tú, que escondes tantos sueños bajo tu vestido de novia, que inicias una nueva vida con el hombre al que amas, que deseas que tu cuento de hadas no se termine jamás, explícame cómo te sientes hoy, con tu mirada de niña y tus experiencias de mujer, con ese halo especial que se desprende de tu piel, con esa sonrisa adulta que oculta sus miedos, que disfraza sus pasiones. Tú, que crees en el amor hoy más que nunca, enséñame a vivir enamorada, a ver un corazón entrelazado en un paisaje yermo y desgastado, a distinguir una pareja de golondrinas buscándose en la niebla, a creer en los finales felices, a no dudar de una promesa de fidelidad, a jugar con el desengaño, a coser con mis dedos ese sentimiento tan grande que te da las alas para emprender el vuelo. Hoy es tu día, vestida de blanco, entrelazando tus pupilas con unos labios que te están reclamando. Yo me quedaré observando tu cara y tus gestos, como una pálida dama de honor que, perdida entre la multitud, tratará de rozar tu vestido blanco para poder ver de cerca la mágica y escurridiza llama de eso que llaman amor.