El alemán, indestructible, acaba tercero tras partir desde el pit lane por detrás del asturiano, que se le acerca a 10 puntos, en la primera carrera que gana Raikkonen tras su retorno a la Fórmula 1
Alonso, Raikkonen y Vettel en el podio de Yas Marina - AFP.
Es posible que a Kimi Raikkonen (Espoo, Finlandia, 1979) le gustase tener las comodidades que ciertos grupos de música, que casi después de acabar su concierto ya marchan custodiados en un coche, ajenos al éxtasis de los seguidores, al grito de algunos inconformistas que no tienen suficiente con las canciones de más que sus ídolos han tocado después de hacer el tradicional amago de irse. A Raikkonen seguro que le gustaría desaparecer después de la carrera y quedarse, si es el caso, a recibir su trofeo en el podio. Le atrae la competición, la rivalidad con el resto y superarse a sí mismo. El resto le trae sin cuidado: “Me gusta competir. Toda la mierda que hay alrededor de la Fórmula no me interesa en absoluto”. En parte por eso aparcó el Gran Circo para probar suerte y encontrar nuevos estímulos en el Mundial de rallies, después de salir por la puerta de detrás de Ferrari, que acabó sustituyéndole por Fernando Alonso, y después de negociar hasta el último momento su regreso a McLaren, tajante para no aceptar las condiciones económicas de Raikkonen y buscar acomodo al campeón de aquel curso, Jenson Button. Dos temporadas después Ice Man volvió a ganar en Abu Dabi tras su lejana victoria en Spa en 2009. El piloto de Renault se puso segundo en la vuelta inicial avanzando a Mark Webber y a Pastor Maldonado y se colocó primero tras el enésimo problema de fiabilidad del McLaren de Lewis Hamilton, que tuvo que abandonar. Alonso, segundo, persiguió hasta el final a Raikkonen, a quien tenía a un segundo en la última vuelta; por detrás iba Sebastian Vettel, indestructible pese a partir desde el pit lane –por no tener el combustible mínimo tras la calificación, el equipo prefiero salir desde ahí que último para poder introducir mejoras– aparcar y tener que hacer una parada más para cambiar el alerón. Al bicampeón alemán, que acabó tercero, le benefició especialmente la salida del coche de seguridad por segunda vez en una carrera con siete abandonos y repleta de emoción que deja a Alonso a 10 puntos de Vettel. El asturiano le recortó tres puntos en el circuito de Yas Marina. Paula, la madre de Raikkonen, cuenta que sólo ha visto perder los nervios una vez a su hijo. Sucedió cuando éste tenía seis años y se impacientó en la zona de juegos de la consulta mientras esperaba que el médico atendiese a su madre. Al pequeño Kimi le dieron un puzzle de su edad para que lo completara y refunfuñó hasta que no le proporcionaron otro, para niños de 10 a 15 años, que también resolvió. Cuenta su entorno que no se puede competir con él ni al juego más intrascendente, pues Ice Man quiere ganar siempre: “Las últimas carreras no han sido fáciles. Me hubiera gustado ganar antes, pero la victoria ha llegado ahora”. Raikkonen es el octavo piloto en ganar una carrera este curso, en el que hasta seis escuderías diferentes han vencido en una prueba. Pero el finlandés ya sabe que sus opciones de ser campeón son imposibles, pues a falta de dos carreras y con 50 puntos como máximo le separan 57 de Vettel, fantástico para ir sorteando rivales, hasta 21 posiciones: en la primera vuelta rodava 20º, en la séptima, 14º, y en la 15ª, después de la primera aparición del coche de seguridad –tras el vuelo de Rosberg por encima de Karthikeyan– ya iba décimo, instalado en la zona de puntos.
Stop and go para Pérez
Vencedor de las cuatro carreras de la gira asiática, Vettel adelantó a su compañero Webber cuando éste pasó por boxes, aunque antes le habían instado desde la radio al australiano que “no molestes”. Webber acabó abandonando después de estar implicado en varias acciones investigadas por la organización. En la última acabó fuera de pista, tras el lió que organizó Pérez y que acabó con Webber y Grosjean retirándose. El mexicano fue sancionado con un stop and go por su infracción. Ningún castigo recibió Webber por tratar de hacer un hueco por donde no cabía y tocar a Felipe Massa, vulnerable por primera vez en las últimas carreras. Felipinho incluso hizo un trompo y ya había sido incapaz de contener al propio Pérez. Séptimo, Massa se aprovechó de las retiradas de Rosberg y de Grosjean para escalar también hasta el séptimo puesto en la general.
El tercer puesto final era y continúa siendo, por más que lo tenga muy difícil, el objetivo de Hamilton, triste por tener que aparcar su McLaren cuando gobernaba la carrera por romper el motor y agradecido por lo que pudo ver después: “Me lo he pasado muy bien, ha sido un gran premio muy, muy interesante”. El británico anunció novedades en su coche para Austin, circuito desconocido por todos los equipos y donde se vivirá un nuevo capítulo en la lucha por la corona mundial de 2012. “Intentamos adelantar a Raikkonen en las dos últimas vueltas ya que iba más lento, pero estar segundos ha sido lo máximo que hemos podido hacer. Ha sido un domingo perfecto, luchamos hasta el final”, prometió Alonso, brillante en la salida y en una carrera en la que no cometió fallos y pudo tener en Button a su perfecto aliado. “Button se ha dormido y Vettel le ha adelantado”, le avisaron desde la radio al asturiano, que sabía que tenía por detrás al alemán a tres giros. Vettel exprimió su talento para adelantar en una acción de centímetros al piloto de McLaren y ganó tres puntos más: “¿Si me esperaba estar en el podio? Si te doy sincero [le dijo a David Coulthard] pensaba que podría estar aquí”.