Por Adrían Menéndez (colaborador de la Santamambisa)
Este título bien pudiera ser el eslogan de cualquier evento o magna cita donde, los que se reúnen, elevan las voces de sus pueblos y la verdadera pasión por el dolor ajeno.
Cuba llega a la VI Cumbre con CARICOM, representada por su Presidente con argumentos para defender derechos y extender manos.
Los compromisos que nos unen, no solo se llevan a mesas de concertación, se ejecutan con humildad sin recibir nada a cambio.
Los hermanos del CARICOM no necesitan de evaluación financieras o listas de colores. Necesitan atención, para con sus desgracias climatológicas y manos que estén dispuestas a luchar por sus derechos primarios; la vida y una buena salud y educación.
Aplastar a los humildes con enfoques imperiales; dibujarlos con prepotencia para exigirles clasificaciones de “transparencia”; en vez de ayudar a limpiar, literalmente hablando, los desastres dejados por las fuerzas de los huracanes que los azotaron, no garantiza “derechos“, cuando hay que extender las “manos“.
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