Tres cosas acerca del largo que acaba de publicar la barcelonesa Eva Valero bajo el alias de Cabiria: se titula “Ciudad De Las Dos Lunas“, lo saca la gente de El Volcán Música (¿de verdad no va a existir versión en CD para los que no necesitamos la portada en todo su esplendor, ni la calidez y la profundidad etc. del surco sobre la aguja?), y me gusta una bar-ba-ri-dad. Difícil va a ser que se publique este año en nuestro país un disco que despierte en mi el entusiasmo que me han suscitado en mi estas primeras (se publicó el viernes pasado) escuchas ¡pero qué disco más bien producido, qué bien suena todo!
Por lo que leo ahora, esta chica no es en absoluto una desconocida en el panorama underground y llevaba ya algunos años adelantando pistas (algunas de ellas han sido remozadas con acierto para este álbum) que auguraban un futuro brillante para la barcelonesa. A mi el primer aviso me lo dio -ninguna sorpresa- Jaime Cristóbal, con la inclusión de “Fantasma” en la edición nª 380 de su Popcasting, pero la reciente publicación en Jenesaispop a propósito de esta deliciosa “Via Torino” es la que me ha acabado por lanzar de cabeza a un trabajo llamado a convertirse en uno de los fenómenos del año: sintetizadores robados al mejor italo-disco (aunque no solo, “Lejos Un Rato” también se asoma al shibuya-kei), melodías de lagrimilla, y saxos colocados exactamente en el lugar donde deben estar.
¡Menudo paso de gigante! Eva se ubica de golpe y porrazo con su segundo disco en la pole position del pop sintético facturado en nuestro país, entregando por el camino una ristra de sencillos incontestables que pueden gustar tanto a los que no pueden evitar ciertos momentos de debilidad con Mecano (yo mismo) como a los que quemaron el “Otra Era” de Javiera Mena a base de reproducciones (otra vez yo) como los que se derriten con la cadencia de dulce soft-disco de Linda Mirada (¡hey! ¡ahí estoy yo de nuevo!) Ni siquiera lo críptico de alguna de las letras -lo de las lentejas pasadas en “Fantasma” es una cosa que aún me tiene muy perplejo- consigue distanciarme de estas canciones que parecen nacidas en un lugar, entre la nostalgia y una muy particular melancolía, muy cercano al corazón del que esto escribe.