Patrimonio cultural: el poblado íbero de Orpesa la Vella, torre de la Corda y torre Colomera. Los tres están declarados como Bien de Interés Cultural (BIC).
Un viejo trazado ferroviario que unía Oropesa y Benicàssim permite pasear por la vía verde entre retazos de historia, densa vegetación y el mar Mediterráneo. La Vía Verde del Mar nace entre dos playas urbanas de Castellón y atraviesa la sierra de Bovalar que separa estas poblaciones cercanas entre bosques de pinos que, en ocasiones, llegan hasta el borde de los acantilados. Vamos a seguir el recorrido de este tren que realizó durante casi un siglo atravesando rincones tan bellos como la Renegà, las dos torres vigías, los túneles y una larga línea costera repleta de pequeños acantilados, calas y playas de piedra y arena gruesa. Una ruta bastante equipada con zonas de descanso y aparcamiento para bicicletas, papeleras, zonas de sombra natural, postes kilométricos y algunos carteles que nos informan sobre la vegetación que nos vamos encontrando y algunos datos históricos y técnicos.
Llevamos pocos metros andados y ya podemos contemplar esta playa con forma de bahía natural y de aguas tranquilas que está protegida del viento y de las corrientes marinas. Una playa urbana con poca profundidad y con un bonito paseo marítimo. Según vamos andando vemos una pequeña cala que está muy protegida por un saliente rocoso y un cerro. Aquí se encuentra el yacimiento íbero de Orpesa la Vella. Al lado, y rebosando color y movimiento, el puerto deportivo. Nuestro camino nos lleva hacia el túnel más largo de esta vía verde, Bovalar, con 600 metros de longitud.
Un túnel que nos va a impedir seguir disfrutando de la intensa luz del Mediterráneo y nos va a sumergir en una penumbra alumbrada por luz artificial. Cuando salimos de él, el paisaje ya ha cambiado. Nos encontramos en plena naturaleza con un sendero a la derecha que nos ofrece ascender hacia un mirador y con vistas intermitentes hacia el mar. Recorremos un pasillo, o lo que llaman trinchera. Unas paredes muy altas, rectas, rocosas y paralelas. Una brecha en la montaña que se realizó para que el tren pudiera circular. Y vemos la primera torre vigía, la Corda. Un torreón que fue baluarte defensivo contra el ataque de los piratas berberiscos. A la altura de esta torre hay una zona de descanso y un sendero que en pocos metros nos lleva hacia ella. Fotografiamos. Desde la misma vía verde podemos desviarnos por un sendero que nos interna en un pinar con romero, tomillo, lavanda y palmitos.
Este es el inicio de otra ruta alternativa que nos permite conocer la costa de la Renegà. Un litoral de un kilómetro por el que podemos pasear, disfrutar de la brisa marina, de las piedras esculpidas a base de agua y viento, de pequeñas calas y playas de arena muy gruesa.
Si elegimos este sendero podemos regresar a la vía verde saliendo por un edificio abandonado que, antaño, se hallaba al lado de las vías del tren. Retomamos el camino hacia la siguiente torre que se va perfilando en un cerro, Colomera. Las dos que existen en esta ruta formaban parte de una red de vigilancia marítima con el castillo de Oropesa. Ya podemos presentir que nos estamos acercando a Benicàssim por el paisaje urbanizado. Estos últimos tramos nos van acercando a otras calas abrigadas por vegetación mediterránea.
Pasamos por dos túneles muy cortos y vemos ya las playas de Benicàssim. El final de la Vía Verde del Mar está ambientada por un puente de hierro en lo alto y la playa de Voramar.
Patrimonio cultural: el poblado íbero de Orpesa la Vella, torre de la Corda y torre Colomera. Los tres están declarados como Bien de Interés Cultural (BIC).
Patrimonio cultural: el poblado íbero de Orpesa la Vella, torre de la Corda y torre Colomera. Los tres están declarados como Bien de Interés Cultural (BIC).