Nuestro tren que salía de Moscú, nos llevaría a la capital de Tatarstan. La estación de tren de Kazanski, de la cual partía, nos anticipaba parte de lo que nos esperaría en Kazan, ya que dicha estación se construyó siguiendo la forma de la torre que está en su Kremlin. El transporte por tren nos llevaría una noche entera, saliendo de Moscú a las 7 de la tarde y llegando a Kazan a las 6 de la mañana.
Era nuestro primer tren en Rusia y en Platskart (tercera clase). Esta clase como ya explicaba en esta entrada, son vagones abiertos los cuales están llenos de camas y sólo hay un pequeño corredor para que la gente pase. Nuestras compañeras de “compartimento” eran dos “babushka” (abula) que se encargaron de los dos únicos “extranjeros” en el compartimento.
Lo primero que se ve al salir de la estación es la explanada que ha sido renovada para la Universiada del 2013. Gracias a este evento internacional, la universiada, Kazan se ha beneficiado de una fuerte inversión para renovar toda la ciudad y la verdad se notó que la ciudad había sido preparada para albergar dichas actividades.
Una de las primeras cosas que nos dimos cuenta es de la amabilidad de la gente, cuando queríamos ir al baño, nos encontramos con que teníamos que pagar entrada, pero se acercó la encargada de seguridad y nos dijo que si teníamos billetes de tren de llegada o de salida no hacía falta pagar. Así que dicho y hecho, les enseñamos todos los billetes de ida y de salida. Al salir de la estación nos decimos ir a ver el Kremlin de Kazan, el cual es interesante de ver ya que alberga una mezquita y una catedral en el mismo recinto amurallado. Siendo un domingo por la noche no había mucho movimiento, así que estábamos solos admirando el casco histórico de la ciudad.
Para entrar en la catedral o mezquita necesitas respetar el carácter religioso del mismo, lo cual requiere pantalones largo para los hombres y evitar sandalias, y para las mujeres cubrirse la cabeza y en caso de llevar pantalones, ponerse una “falda” por encima, todo esto lo tienen a disposición para las mujeres, de forma gratuita. Para entrar a la mezquita además necesitas poner un cubre “zapatos” que tienes que comprar de forma obligatoria (son 5 rublos), en la entrada. La verdad es que en la mezquita merece la pena.
Desde la parte Oeste de la fortaleza (al fondo de la fortaleza ;)) se puede tener una vista del río Volga, y de la parte nueva de la ciudad. Con edificios singulares como el de la oficina de registro de boda el cual parece un gran cáliz.
Al acabar nuestra visita por Kazan fuimos a dar un paseo por la parte vieja de la ciudad, y a buscar algo para comer. No sé si fue porque era domingo, o porque tuvimos mala suerte pero no conseguimos encontrar ningún restaurante abierto de comida tártara, la cual nos habían recomendado en el hostal Russian Dream, en Moscú, que probáramos. Al final entre tanto caminar acabamos en un centro comercial, comiendo “comida tártara fast food” La cual estuvo muy rica, ya que era un “kebab” de cordero, la cual decidimos acompañar con nuestro nuevo descubrimiento, Kvas. Kvas es una bebida fermentada que se realiza del pan, casi no contiene alcohol y hay muchas variedades, cada cual más sabrosa. La mejor es la que sirven en los tanques que hay por las calles.
Después de nuestra deliciosa comida nos fuimos a ver el teatro Kamal, que está dominando uno de los parques de la ciudad al lado de la laguna y situado cerca de dos edificios de la universidad. Seguimos nuestro camino siguiendo el rio Bulak, dirección al circo de Kazan y del centro comercial de la pirámide. La vista desde esta parte de la ciudad del Kremlin es una de las mejores que tuvimos. Además que el tiempo soleado nos ayudaba a disfrutar del ambiente y de la brisa que venía del gigantesco río Volga. Cuando estuvimos por allí aún estaban acabando de construir un paseo al lado del río, el cual en un futuro hará de esta zona un lugar para relajarse y pasear. Detrás del Kremlin pudimos encontrar un edificio curioso, no por la forma si no por la decoración. Es el edificio de medioambiente y agricultura, el cual en su centro a modo de decoración tenía una estatua de un árbol gigante.
Nuestro día en Kazan se estaba acabando y comenzamos a ir a la estación de tren para proseguir nuestro viaje. Esta vez Ekaterimburgo, o antiguamente conocida como Sverdlovsk. Teníamos curiosidad de ver el tren, ya que esta vez probaríamos los compartimentos de segunda clase, ya que los de plastkart estaban vendidos, que si no iríamos a por ellos
En nuestro caso no fuimos porque andábamos un poco cansados, pero si vais por Kazan y estáis llenos de energía no dudéis en ir a ver el templo de todas las religiones. Hay un autobús enfrente de la estación de tren que os dejará delante del templo.
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