No obstante, como dije antes, el potencial de cruzar la costa azul francesa, los Alpes, el norte de Italia, la selva negra alemana, o ciudades como Niza, Milán, Venecia, Viena, entre otras, hacen de viajar a Hungría en coche algo muy interesante. El tema económico (gasolina, peajes y alojamiento), hacen del coche una opción más cara que el avión (desde que están las aerolíneas low-cost, claro), aunque si viajan varias personas con maletas, no hay tanta diferencia de precio. Y así uno no depende de cancelaciones, retrasos, pérdidas de maletas y demás fastidios con las que las compañías aéreas nos tienen acostumbrados a los que no nos queda más remedio que subirnos a un avión.
En estos viajes puede comprobarse que para millones de europeos, recorrerse medio continente es algo relativamente convencional. Podemos ver como miles de coches con matricula española se dirigen a Rumanía (la enorme colonia rumana afincada en España suele viajar en verano de vacaciones a su país de origen en coche), o las decenas de miles de alemanes o escandinavos que veranean en España y viajan en sus coches o caravanas. Asuntos de trabajo, familiares o parejas Erasmus han llenado las autopistas europeas, en ese fenómeno bautizado como globalización.
El único país que tenemos que cruzar obligatoriamente es nuestra vecina Francia. Desde la frontera gala se nos abren múltiples opciones: el norte de Italia y Eslovenia, Suiza y Austria o Alemania. Para simplificar las cosas, en las rutas que voy a plantear en esta serie de entradas utilizaré un hipotético viaje desde Irún hasta Budapest. El viaje en España hasta la frontera dependerá de la ciudad de origen, igualmente el que no vaya a la capital húngara tendrá que añadir el camino hasta su destino, dentro de tierras húngaras. Y si uno cruza por La Jonquera, también será diferente.
Opción 1: Variante por la costa azul francesa, el norte de Italia y Eslovenia (2.144 kilómetros, 19:36 horas de viaje).
La principal ventaja de este viaje es que es la opción más corta en kilómetros, ya que físicamente es el viaje más "recto" posible, además de poder parar en ciudades como Marsella, Niza, Mónaco, Génova, Milán, Turín, Venecia o Lubiana. La costa azul francesa, o el norte de Italia son regiones de gran belleza que podremos disfrutar por el camino. Igualmente la belleza de Lubiana y Eslovenia puede sorprender a quienes no conozcan este hermoso y pequeño país.
Las contras de este viaje son: por un lado, el elevado precio de los peajes de las autopistas de la costa azul y el norte de Italia, además de la gran saturación de tráfico que tienen dichas carreteras, especialmente es la época estival, que puede ser que coincida con nuestro viaje. Además, los alojamientos también tiene precios elevados en verano, aprovechando el tirón turístico.
Opción 2: Variante por el sur de Alemania y Austria (2.203 kilómetros, 21:22 horas de viaje).
Es probablemente la ruta más práctica. Aunque es un poco más larga que la previa, las autopistas alemanas gratuitas hacen que el presupuesto de este viaje sea más asequible. Además de no estar tan masificado como la primera opción, igualmente, por este motivo, los precios de los alojamientos son más económicos. A lo largo de este viaje podemos visitar la selva negra o la Baviera alemanas, así como la capital austríaca.
La única contra es que la belleza del mediterráneo francés, los Alpes o las ciudades del norte de Italia nos quedarán bastante lejos. Y que en kilómetros y tiempo es un poco más larga que la opción previa.
En la próxima entrada escribiré acerca de las opciones de viajar a Hungría desde España atravesando los Alpes por varios lugares, también muy atractivas, además de varios consejos e información sobre precios, peajes o viñetas, entre otros.