Viajar a Rusia: costumbres y curiosidades

Por Pili_hb @albergue

Viajar a países lejanos o con una cultura significativamente diversa a la propia puede dar lugar a diversas anécdotas, malentendidos, situaciones embarazosas o incluso divertidas. Hoy te presentamos una entrada diferente y queremos hablarte sobre costumbres y curiosidades de Rusia, un país exótico y fascinante. Tanto si vas a Rusia para hacer turismo, en viaje de negocios o para visitar a alguien seguro que más de alguno de los puntos que mencionamos te puede resultar útil, sobre todo para tratar con los locales.

Добро пожаловать в Россию! (¡Bienvenido a Rusia!)

1. Saludos y presentaciones: Ah, pero… ¿no hay besos?

Los rusos suelen saludar de forma distinta a los extranjeros que a los rusos. En situaciones formales, como reuniones de negocios, saludan de la forma habitual dando la mano. Sin embargo, si te presentan a alguien fuera de este contexto lo más normal es simplemente hacer un gesto afirmativo mirando a la persona a los ojos y decir “encantado” o, como mucho, sonreír de forma discreta.  Vamos, que eso de dar besos… como que no. Si ya hay mucha confianza con la persona se pueden dar besos o abrazos, pero no te lances a dar besos en una primera presentación si no quieres quedar como un “atrevido” (por decirlo de forma suave) o recibir miradas asesinas. Una curiosidad con respecto a los saludos es que dos personas no pueden saludarse ni despedirse si están bajo el marco de una puerta, estando uno dentro y otro fuera. Es una superstición muy común.

2. Fórmulas de tratamiento: ¿Tú/usted?

Una pregunta que te puede surgir en tu viaje a Rusia es cómo dirigirse a una persona: de tú, de usted… Bien, pues antes de responder la pregunta, es preciso explicar (o recordar, si ya lo sabes) el significado y el uso del patronímico en Rusia.

Los nombres rusos se componen de tres elementos: nombre, patronímico y apellido. El patronímico se forma a partir del nombre del padre. Por ejemplo, si alguien se llama Vladímir Popov y su hijo se llama Mijaíl, el nombre completo del hijo será Mijaíl Vladímirovich Popov y, si tiene una hija llama Olga, ésta se llamará Olga Vladímirovna Popova.

Dicho esto y, a menos que la persona se te presente directamente sin hacerte saber su patronímico (por ejemplo, en contextos muy informales con gente joven), la forma correcta de dirigirse al ficticio Mijaíl que hemos nombrado arriba en horario matutino sería “Buenos días, Mijaíl Vladímirovich”. Algo así como “Buenos días, Miguel hijo de Vladimiro”.

3. Número de los pisos: ¿En la segunda planta? Pues aquí no veo yo ningún hostal…

En Rusia (y también en otras antiguas repúblicas soviéticas) la numeración de los pisos varía. Lo que llamamos “planta baja” allí se corresponde con la primera planta, la primera con la segunda… y así sucesivamente. Es decir, que si buscas el quinto piso ¡solo tendrás que subir hasta el cuarto!

4. Visitas: Aquí con zapatos no entras

Resulta curioso y puede parecer algo chocante que lo primero que vea uno al entrar en una casa rusa sean… zapatos. A veces en un zapatero y otras muchas simplemente formando una hilera por todo el pasillo. Y es que en las casas rusas uno debe siempre quitarse los zapatos de calle. Normalmente el dueño tiene una (a veces infinita) colección de zapatillas de estar en casa que ofrece a los invitados.

5. Regalos: Flores, flores y más flores…

Las flores son un elemento omnipresente en la vida rusa. En cualquier ciudad, por pequeña que sea, encontrarás muchísimos puestos permanentes tipo quioscos, que venden flores. Cualquier ocasión es buena para regalarlas; no es solo un regalo para mujeres, sino que regalarlas a hombres es una práctica muy común, así que si eres chico, que no te sorprenda que quien vaya a recogerte al aeropuerto se presente con un ramo…

Cuando te invitan a una casa por primera vez es muy recomendable llevar un regalo y las flores son lo más habitual. Pero recuerda siempre comprar un número impar, ya que los números pares están reservados tan solo a los difuntos. Un inocente ramo de media docena de flores a la dueña de la casa puede acarrearte más de un disgusto; sin embargo, no menos sorprendente es el hecho de que los rusos se regalan crisantemos (normalmente asociados a los difuntos, al menos en España) sin ningún problema.

6. Supersticiones: ¡A silbar fuera!

Aunque en menor grado que antiguamente, los rusos son todavía bastante supersticiosos. Se suele silbar cuando uno está alegre por algún motivo, pero en Rusia silbar en un sitio cerrado es sinónimo de tener mala suerte en los temas financieros. Es decir, según la tradición, si silbas en un lugar cerrado todos aquellos que estén a tu alrededor pasarán dificultades económicas. Las malas caras de cuatro personas en una casa pueden multiplicarse por mil en el metro, así que es mejor evitarlo en la medida de lo posible.

7. Costumbres: Saca tus mejores galas

A los rusos les encanta arreglarse y son muy coquetos, sobre todo las chicas. A veces pueden parecer incluso demasiado extravagantes, ya que gustan de camisas con estampados imposibles y transparencias, además de accesorios brillantes y metálicos, pero lo que está claro es que cuidan su vestimenta al detalle. Por eso, es bastante probable que un occidental parezca demasiado informal o incluso descuidado en encuentros con rusos. Así que ya lo sabes, mete en tu maleta ropa de vestir y, si eres chica, no olvides llevar esos taconazos que tienes reservados para ocasiones especiales.

¿Has estado alguna vez en Rusia? ¿Tienes alguna anécdota o curiosidad de tu viaje? ¡Deja un comentario y cuéntanosla!