Viajar con nuestros hijos, un placer que da miedo.

Por Elisabet Cordeiro @eldesvandehugo
Esta semana he estado algo alejada de las redes sociales y de este mundo tan exigente pero que tantas alegrías da.

Que sepáis que tengo excusa, estoy con los preparativos de una escapada a mi mediterráneo, dentro de poco volveré a sentir la tramuntana,  las aguas tranquilas y cálidas del azul que a tantos inspiro  y a regalar abrazos que solo puedo dar en ocasiones especiales como esta, pues la distancia los hace imposible.

Como siempre voy llena de ilusión y felicidad, pero una pregunta no deja de repetirse una y otra vez en mi cabeza..............

¿Que me deparará esta vez mi espada?

Viajar con niños siempre es complicado, mi padre viajaba con cuatro pequeños en un seat toledo cada verano, trayecto Barcelona-Galicia y viceversa, sin más entretenimiento que nuestra propia imaginación, ni tablets, ni moviles ni dvd portatiles ni nada que pudiese calmar a cuatro fieras encerradas en un coche 10 o 11 horas.

La verdad es que es para preguntarse............

Como lo hacían????

No lo sé, la cuestión es que no se si es porque era pequeña pero oye, que yo lo veía fácil, metías mil cosas en poco espacio, íbamos unos encima de otros, que ahora uno tenía pis, que al otro se le daba por  marearse, así que parada para la vomitona pertinente y ala para la próxima supositorio de biodramina para todos, aunque no te hayas mareada en tu vida, putada de las grandes, que recuerdo yo a mi abuela cual enfermera sádica metiendo eso para dentro y una servidora aquí apretando con todas las fuerzas para fuera, que ahí no entraba nada.

Las sillas de seguridad de los peques eras cuatro hierros y una correa mal puesta, que una de dos o ahora nos pasamos con eso de la seguridad o antes vaya por dios!!!!, mejor que no tuvieras un accidente.

Las paradas para comer eran sencillas, ley de padres, la ley de las leyes sobre la carretera y el buen comer de todo buen padre que se precie era sencilla.

Era acercarse la hora de la comida, y tu padre ya iba mirando como loco hacia los lados de la carretera, ese restaurante, bar, antro, (llamemoslo como queráis), ese que tuviese más camiones aparcados fuera, ese era el mas barato y donde mejor se comía, comprobado, y pobre de ti que se te ocurriese abrir la boca o ir al baño.

La cuestión es que era fácil, los niños no necesitabas tantos artilugios y las vacaciones en el pueblo, pues eran vacaciones de pueblo!!!, vacaciones de las de verdad, de esas de ensuciarse, andar medio desnudo, pasarte el día en la calle, merendar bocatas de nocilla  o chorizo que sin saber porqué también le salían a la abuela y tan bien y diferente sabían en el pueblo, eran vacaciones de río o de playa, de primeros beso, del primer pitillo, eran vacaciones de jugar al fútbol y de hacer la tonta delante de un chico.

Todo era más natural, más familiar, menos complicado

Eran vacaciones para el recuerdo, esos viajes eran imposibles de olvidar, daba igual lo incómodo que fueses, que si la abuela pellizcando mejillas media hora, que si los pies y las patadas de tu herman@ ablandandote el abdomen toda la noche, que si tenías que esperar tres horas para utilizar el baño, pues sin problema!!!!, salías a la calle y lo plantabas el el primer sitio que te fuese bien, ahora prueba hacer eso y tendrás a tres policías detrás empapelandote a multas.

Vaya, que los tiempos han cambiado, y vaya si han cambiado!!

Estaba la mesa de los adultos y la mesa de los pequeños, que estabas tu deseando sentarte en la de los adulto y ahora, ahora quien pillará la mesa de los pequeños!!!!

Aaaaaaiiiiiiii!!!!!, como pasa la vida y como se añora la infancia.

Bueno que me lió como siempre la cuestión es que me encuentro sumergida en el torbellino de esto que supongo preparar un viaje con un niño pequeño en la era moderna, y me lo temo, se que va a ser un horror, pero ya lo tengo asumido.

Mi primer viaje con Hugo fue en avión,  un consejo para los que estéis pensando coger un avión con un bebe, el sitio es escaso, y aunque la silla la podéis llevar hasta la misma puerta del avión , luego ellos se hacen cargo sin facturarla, pues eso, que se hacen cargo pero muy a su manera, es decir meterla en una bolsa de viaje si no queréis que os la devuelvan destrozada, rallada o sobretodo que es lo que me pasó a mi sin todas las piezas, no pode utilizar la silla en todo el viaje y me tocó cargar con él peque y las maletas en brazos por todo el aero puerto, una maravilla, el viaje de vuelta fue aún pero así que mejor no recordarlo, encerrada en el baño tooooodo el trayecto!!!!.

Decidí no volver a viajar en avión mientras no fuera más grande, en coche no fue mucho mejor, salimos de noche pensando que se quedaría dormido, pues sabéis lo que son 1100 kilómetros con un bebe detrás que no para de quejarse, de dar patadas y de protestar, yo si!!!!, empezó a dormir cuando nos faltaban 50 kilómetros para llegar, yo personalmente creo, bueno no, estoy segura de que lo hizo a posta, como siempre el camino de vuelta siempre es peor así que una vez mas, una pesadilla.

Queja personal, se puede saber porque cierran las estaciones de servicio por la noche?????, no son estaciones de servicio 24 horas???? y porque no tienen ni un solo espacio dedicado a los bebés, ni un cambiador, ni un lugar donde tirar un pañal ni donde calentar leche.

Y luego van y te cobran 30 euros por 5 kilómetros de autopista que manda huevos!!!.

La cuestión es que voy esperanzada, sabiendo que no será fácil, que habrá que ser valientes, correr, ir a las prisas, que me olvidaré algo, (espero que no sea de Hugo), pero valdrá la pena si puedo dar uno de esos abrazos escasos y pasar unos días con los míos, solo espero que esta vez la silla del coche que hemos alquilado no se rompa al segundo día.

Hasta el jueves que viene!!!!

Tus comentarios me hacen feliz!!!