Correteando en la playa de Somo, Cantabria.
Realmente no hay nada en este mundo como la sensación de libertad que supone viajar en furgoneta, mucho más si en ella estamos todo el rato acompañados de nuestras mascotas preferidas. Viajar con tu perro en furgoneta es sin duda alguna, una experiencia que vale la pena y que debemos saber aprovechar. Claro está que todo depende de nuestras preferencias en cuanto a destinos a la hora de viajar ya que lastimosamente no en todos los destinos pueden tener acceso nuestras queridas mascotas… Eso sí, si viajas en furgoneta o autocaravana llevándote a tu perro (como parte de tu familia que es) tendrás muchísimas alegrías e incluso puede llevarte a conocer sitios que de otra forma no habrías conocido. Por no decir que puede resultar ser la mejor alarma analógica para evitar a los amigos de lo ajeno. Te aseguras de que te vas a despertar al mínimo ruido en los alrededores de la furgo, y en el caso de nuestra pequeña, su timbre y volumen de ladrido espantarían a cualquiera! Dicho ésto, pedimos disculpas desde aquí a todo el vecindario a kilómetros a la redonda.
Conga, la alarma perruna
En esta entrada os plantearemos por qué viajar con tu mascota, o más bien, ¿por qué no hacerlo?
Antes de tener furgoneta tuvimos que renunciar a viajar con ellas por muchos motivos, principalmente la escasez de alojamientos que permitieran su estancia y más aún a un precio asequible para nosotros. No todos los alojamientos hosteleros permiten su estancia y son más bien escasos los que de alguna manera cumplen los requisitos para que nuestra estadía fuera de la manera que la imaginábamos. Cada hogar y cada familia es un mundo y nosotros queríamos hacerlo nuestro en todas las maneras posibles.
Escultura en la entrada de un templo, Bali, Indonesia.
En nuestros viajes anteriores en avión, los vuelos han sido muy largos (a Sudamérica y al Sudeste Asiático) y nunca las hemos llevado porque nos daba miedo que estuvieran tantas horas metidas en la cabina con las maletas a bajas temperaturas. De hecho ni siquiera nos gustaba la idea de meterlas en un avión aunque el viaje durará tan solo 1 minuto. De acuerdo, puedes sedar a tu perro, pero no durante tantas horas sin que sea un riesgo para su salud. Y en nuestro caso, tanto Miga (11 kg.) como Conga (5 kg.) exceden el peso permitido para poder ir en cabina con nosotros. Tampoco sabíamos con qué nos íbamos a encontrar a la llegada a estos lugares, pre-requisitos de vacunas, cuarentena o si habría muchos lugares que permitieran la entrada de perros.
Y es verdad lo que dicen, lo que cuenta no es el lugar, es la compañía. Y no digo que no disfrutáramos de aquellos viajes (que lo hicimos, y a tope!) pero si los hubiéramos podido compartir con toda la familia perruna, los habríamos disfrutado mucho más! Les echamos mucho de menos! Y eso se nota en las tropecientas fotos de perros que acabamos haciendo en todos los viajes.
En los demás viajes, con recorridos relativamente más cercanos, nos hemos movido siempre en coche y solo las llevábamos con nosotros cuando hemos ido a casa de un familiar o amigo de confianza… Pero si no, no. Precisamente por la incertidumbre de no encontrar alojamiento en el que puedan entrar ellas y quedarnos tirados sin sitio donde dormir y sin furgoneta!
Brindis en nuestra boda
Incluso estuvieron en nuestra boda! Y eso es porque hicimos de ello una prioridad, necesitábamos que ellas fueran una parte muy importante del evento y que disfrutaran tanto como nosotros y por eso alquilamos una casa rural en Artiñano Etxea (en Orozko, Bizkaia) en la que pudieran estar a sus anchas. No podían faltar en el día más importante! Pasaron el día correteando por el jardín y entre las piernas (e incluso encima) de los invitados durante la comida, y todos encantados!
Afortunadamente ya no tenemos el problema de no tener dónde quedarnos a dormir (yuhu!). Tras años de búsqueda, por fin encontramos una furgoneta para poder viajar con las perras, así que ya ni siquiera nos planteamos ir de viaje sin ellas. Nos dan muchísimas alegrías y esa energía que tienen nos llena de vida. Los perros no sufren por algo pasado ni tienen preocupaciones por el futuro, viven el momento y lo disfrutan a tope, y nos encanta que nos contagien ese buen rollo cada día!
Perro callejero, Parque Tayrona, Colombia.
Viajar con tu perro en furgoneta es una experiencia que solo los que tenemos mascota sabemos valorar, esa sensación de amor incondicional las 24 horas del día, cómo valoran cada rincón de cada sitio nuevo en los que aparcamos mientras olisquean milímetro a milímetro el terreno, ese afán por continuar todo el día de marcha sin agotar sus energías, el dormir todas las noches , incluso las siestas, abrazados a nuestras perritas, el levantarte con un lametón en la cara y un achuchón perruno, el abrir el portón de la furgo y que salten de felicidad al campo a disfrutar de un poco de libertad y que experimenten la sensación de ser lo que son: perritos libres y no simples animales de compañía encerrados entre las cuatro paredes de una gran ciudad.
En definitiva, viajamos con nuestras perras porque nos hace felices… y a ellas también. Y porque no hay una sola razón para no hacerlo. Tanto ellas como nosotros nos lo merecemos.
Eso sí, para poder viajar con tu perro en furgoneta o autocaravana de manera segura y sin alterar la convivencia de los lugares que visitamos hay que tener algunas cosas en cuenta, para no llevarse sorpresas desagradables y estar todos lo más cómodos posible. De ello os hablaremos en la próxima entrada!
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