Viajar libros (13): Bogotá y sus librerías

Publicado el 28 septiembre 2015 por Pollo @0enliteratura
En Bogotá, muchas de las calles tienen algún libro que las recuerde o rememore, como se puede ver en la guía literaria de la ciudad. 

Aquí, las avenidas (o carreras) y las calles en su mayoría solo están denominadas por números. Aunque existen algunas excepciones como la avenida Jiménez en las que se encuentra una estatua de Ricardo Palma y, a unos cinco cuadras, una de las mejores librerías de la ciudad: Lerner.Sin embargo, la cadena de librerías más conocida debe ser Panamericana, que también tiene varios locales por el centro y por toda la ciudad:Pero a mi no me interesan mucho las predecibles y estandarizadas cadenas de librerías  Pregunto y me dicen que es un poco más allá, en la carrera octava, donde se encuentran la mayoría de librerías de viejo y tiendas de libros usados. Una de ellas es La Torre de Babel, amplia, de techos altos y escaleras corredizas para subir hasta lo más alto de sus estantes.
Cerca de la carrera octava en el pasaje de la Carrera 8 A, lo prometido se cumpliría en exceso. No solo hay varias librerías, sino también galerías enteras con múltiples stands que ofrecen variedad en serio (hasta libros de medicina), por ejemplo en el Centro Cultural del Libro, una especie de Quilca mezclado con Wilson.



Y es en la siguiente calle, la calle 16, donde la oferta es aún mayor, no solo hay galerías, sino que la parte de la calle que es un pasaje peatonal está repleta de librerías pequeñas y de ambulantes que venden desde ejemplares usados y piratas hasta películas y discos.


Pero la tienda más alucinante es sin duda Merlín, una auténtica casa tomada de libros, es increíble, me voló el cerebro creo que ni en Buenos Aires o México DF hay algo así (o al menos no lo visité), probablemente la única librería de viejo donde uno se puede perder entre sus innumerables pasadizos, cuartos, habitaciones y escaleras, donde los libros están en los estantes, en vitrinas, en las gradas y hasta en pequeñas torrecitas en el suelo. A pesar de ello, los múltiples carteles, flechas y señalizaciones no solo guían perfectamente sino que te dan una idea de que prácticamente ninguna rama de del arte y el conocimiento humano está ausente en ese monumento a la bibliomanía. Toda una urbanización de libros.   




Después de todo esto ¿A alguien le queda la duda de que Bogotá es una justa capital mundial del libro? A mi no.Más fotos: