Cuando me mudé a Italia me sorprendí con la diferencia de precios con respecto a España. Mientras que no es un destino caro como el norte de Europa, viajar por Italia es más caro que por otros países del sur. Cuando nos surgió la posibilidad de pasear por una semana, surgió otro problema:
cómo viajar por Italia y que sea barato.
Aprovechando que teníamos unos días antes de que Leila partiera para Budapest, decidimos hacernos una escapada. El plan era recorrer Nápoles, Pompeya, Capri y la Costa Amalfitana. El tema es que estamos en economía de guerra. Después de los primeros destinos, nos adentrábamos en una zona a la que muchos consideran “destino de ricos”. ¿Se puede recorrerla con poca plata? ¡Sí! Con un poco de ingenio y de ganas de caminar pasamos unos días increíbles
Arrancamos con este post sobre viajar por Italia por poco dinero con los primeros 3 días de nuestro viaje. La semana que viene estén atentos que llega la segunda parte con todo sobre la Costa Amalfitana.
Día 1 – Nápoles
Decidimos ir en colectivo con FlixBus desde Roma Tiburtina porque nos convenía por horario y precio. Salimos a las 8.30 am y el pasaje nos salió €16 (un tren en ese mismo horario sale unos €33). Había trenes más baratos que salían más tarde, pero perdíamos mucho tiempo.
El viaje es corto y se pasa volando. El colectivo era súper cómodo y tenía Wi-Fi. Una vez
en la estación central de Nápoles, nos tomamos el metro hasta nuestro hostel. El pasaje para el metro sale €1.50 y es válido por 90 minutos.
El hostel se llama La Controra. Queda lejos de Napoli Centrale para ir caminando, pero está bien ubicado para recorrer el resto de la ciudad a pie. Pagamos €20 la noche en una pieza compartida de 10 personas, con el desayuno y el city tax incluídos. El hostel es excelente, limpio, con buenas camas, y aire acondicionado. El desayuno es súper abundante y a la noche si compran algo para tomar, les dan la cena gratis.
Arrancamos el recorrido yendo para el lado del Museo Arqueológico de Nápoles. No entramos, pero es una visita que recomiendan mucho ya que es uno de los museos más antiguos e importantes del mundo, con una gran colección de arte romano. Hay tres secciones principales: la colección Farnese, la de Pompeya y la egipcia. Si quieren ir la entrada sale €12, pero también es gratis el primer domingo de cada mes (pero se llena). El museo está abierto todos los días de las 9:00 a las 19:00, excepto los martes. Cerca del museo también se encuentran la Puerta de San Gennaro y la Galería Príncipe de Nápoles.
Caminamos por una de las calles principales hasta la Plaza del Dante, donde también está el Foro Carolino. A la izquierda está la Puerta del Alba, que los va a llevar hasta la Plaza Bellini por una callecita llena de negocios con libros de segunda mano y antigüedades. Por esa zona se pueden observar las murallas griegas y si siguen avanzando, ya se adentran en el casco antiguo donde están todas las pizzerías famosas. Estuvimos por esta zona un buen rato, caminando sin plan, sacando fotos y mirando los negocios.
De ahí bajamos al puerto a comprar los pasajes para Capri para el día siguiente. Se lo puede comprar el mismo día, pero como queríamos ir temprano preferimos ya sacarnos eso de encima. Hay ferries cada media hora y solamente te venden el pasaje de ida, el de vuelta se compra en Capri.
Cerca del puerto está el Castel Nuovo, el Palacio Real de Nápoles y la Galería Umberto I. Desde el Castillo se ve el Vesuvio, pero hay que pagar €6 para entrar, y hay lugares que son gratuitos con una vista muy similar. A la Galería Umberto I entramos sin saber qué era y nos encantó, es arquitectónicamente impresionante. A la salida nos compramos unos mini baba, un postre tradicional de la zona, normalmente embebidos en ron.
Continuamos el recorrido por el lado de la costa, hasta que llegamos al Castel dell’Ovo. La entrada es gratuita y se ve perfectamente el Vesuvio y el mar del otro lado. Es realmente hermoso, más si van cerca del atardecer como nosotros.
Volvimos hasta la estación de Toledo, que es una de las estaciones de metro más impresionantes de Europa. Con un diseño basado en el agua y la luz, es realmente como sumergirse en el mar. Tomamos el metro para ir hasta la estación de Vanvitelli y de ahí caminar hasta el Castel Sant’Elmo, que nos lo habían recomendado mucho por las vistas y más para ver el atardecer. Lamentablemente llegamos tarde y estaba cerrado, pero sigue siendo un punto desde el que se puede ver la ciudad de noche y tuvimos la suerte de que era la noche de la luna roja.
Decidimos ir a cenar a una de las famosas pizzerías del centro y elegimos la de Gino Sorbillo, considerada una de las mejores de Nápoles (y para nada cara). El problema es que cuando llegamos, había tanta gente esperando que no nos sabían decir cuándo íbamos a poder entrar (un amigo me contó que hizo cola por 2 horas). Por suerte, si quieren pedir para llevar se puede hacer súper rápido y por la zona hay lugares para sentarse, además de barcitos que venden Aperol por €2.
En total por un día y dos noches en Nápoles gasté unos €70 con el hospedaje incluido.
Día 2 – Capri
Al día siguiente arrancamos temprano para Capri. Este fue uno de los días más caros de todo el viaje, sólo por el transporte: el pasaje ida y vuelta en ferry nos salió €40. En Marina Grande, compramos el pasaje de vuelta a Nápoles y un pasaje para ir hasta Anacapri en colectivo (€2). También pueden tomar el funicular hasta Capri y ahí hacer combinación. Tengan en cuenta que siempre hay mucha gente. Aunque los colectivos pasan cada 15 minutos puede llevar un buen rato lograr subirse a uno.
Nosotras, por impacientes, decidimos ir caminando. Es una experiencia de la que no me arrepiento pero que no la recomiendo para nada. La caminata en sí lleva unos 40 minutos pero es en subida (unos mil escalones). En pleno Agosto fue una tortura. Las vistas son impresionantes, pero pueden hacer el recorrido a la inversa y verlas mientras van bajando.
Pasamos un buen rato en Anacapri reponiéndonos, almorzando (comida que llevamos con nosotros) y simplemente caminando. Fue lo que más nos gustó de la isla, nos pareció más tranquilo y aunténtico dentro de lo turístico que es.
En Anacapri nos subimos a la aerosilla que va hasta la cima del Monte Solaro. Sale €11 ida y vuelta, u €8 sólo ida, pero después de la caminata yo no quería hacer un solo paso más. La vista es hermosa y vale la pena si les gusta ver paisajes, pero no es nada que no se pueda ver desde otros puntos.
Desde ahí bajamos en colectivo hasta Capri, donde paseamos un rato y nos tomamos un café frío. Ya con más ganas de caminar, arrancamos para Marina Piccola, la playa más recomendada. Se supone que es la menos concurrida, pero honestamente no cabía ni un alfiler. De cualquier forma el agua es transparente y cálida, y es donde van a pasar más tiempo. Cenamos un panini en un bar en la playa (€7 con bebida).Volvimos en colectivo a Capri, y de ahí caminamos hasta el puerto.
Pasar un día en Capri salió unos €60 euros, llevando comida con nosotras.
Día 3 – Pompeya
Desde Nápoles nos tomamos el tren de la línea Circumvesuviana hasta Pompeya (€2.80). El viaje dura media hora, pero el tren suele ir lleno y no tiene aire acondicionado.
Nos quedamos en Agora Hostel y pagamos €22 la noche (más €2 de city tax). El hostel está súper bien ubicado, cerca de la estación y de las ruinas, pero por lo demás es bastante básico. Compramos algo de comida en el supermercado para llevar al recorrido y arrancamos.
La entrada al parque arqueológico sale €15, y si quieren pueden contratar una audio-guía por unos €8. Nosotros no la compramos, la perspectiva de pararme frente a un número con tanto calor, mientras una voz monótona me explica lo que veo me parece un bajón. Hay buenos documentales en YouTube que duran una hora y los pueden ver en la comodidad de su casa.
El recorrido lleva unas 4 horas y está bien marcado en el mapa que les dan con la entrada. Hay recorridos más largos y más cortos, y además depende mucho de ustedes. Hay partes del parque a las que sólo se puede acceder de mañana, pero no es tanto lo que se pierden.
Si no llevan comida, hay un bar ahí adentro, un poco más caro de lo normal, y hay fuentes de agua por todas partes para recargar sus botellas y refrescarse. Vayan con calzado cómodo y gorra, casi no hay sombra y se camina un montón.
Después de una merecida ducha, salimos a cenar. Comimos pasta en WeLove Puro por €5, y nos tomamos un limoncello spritz en la plaza como buenas pompeyanas.
Por un día en Pompeya, con el ingreso a las ruinas y el hostel, gasté unos €50.