Viajar por Menorca en cinco calas

Por Oscar Oscar López Castedo @oscarcastedo

Cala Turqueta

Miraba los apartamentos, no dejaba de pensar en la tranquilidad y relajación que nos aguardaba para esos días. No era una zona aislada ni perdida, pero la placidez del entorno y el profundo conocimiento autóctono de Damian, nuestro casero, nos auguraron que necesitaríamos muchos más días.

Cala Turqueta. Aguas cristalinas, arena fina y blanca, rodeados de bosque de pino mediterráneo y unos 100m de longitud entre arena y rocas. Esta es una de esas calas paradisíacas que ves en los documentales de viajes a lugares remotos, pero en este caso está más cerca de lo que imaginas.

Cala Turqueta

Situada a unos 10km de Ciudatella, cuando tomas el desvío desde la Me-1 por la RC-2 y sales por el “Son Encinar” A medida que te acercas los carteles electrónicos te van avisando de la ocupación del parking. Hay que ir temprano porque este pequeño edén se llena muy pronto. Siguiendo varios desvíos por carreteras estrechas, llegarás al parking de tierra en un prado. Es ahí donde está el único bar/chiringuito de toda la zona, es por eso que sus precios son demasiado elevados (bocadillos a 5€). A partir de ese punto empieza un camino de tierra que después de 10min te asombra con un paisaje de aguas turquesas y arena blanca. Puedes comer tranquilamente en alguna de las mesas de picnic a la sombra de los pinos (dejando todo perfectamente recogido). Si hay que poner alguna pega, sería que en ocasiones llegan los ferries y descargan todo su pasaje en la cala durante unas horas. Tal sobrecarga de bañistas es algo que a duras penas es capaz de absorber la naturaleza de este rincón mágico.

Cala en Porter

Cala en Porter. Familiar, creo que es la mejor palabra para describir esta cala. Situada a menos de 1km del pueblo de urbanizaciones Cala en Porter. Un pueblo principalmente enfocado al turismo extranjero. La cala es más amplia que la mayoría y además tiene zona de tumbonas. Adentrándose hacia el interior es todo un festival de vida gracias al humedal con patos y diversa fauna. Está dotada de servicios básicos, un par de bares/chiringuitos (con platos combinados, bocadillos, etc. a un precio razonable) y se pueden alquilar kayaks. Rodeada de acantilados, de los que se descuelgan casas y apartamentos, que pueden parecer intrusivos sin respetar la ley de costas, pero que realmente no resultan especialmente desagradables.

Cala Trebaluger. Situada en el sur de la isla y de difícil acceso. Se caracteriza por sus arenas blancas y aguas turquesas. Accesos por barco y kayak (así es como llegamos) o a pie siguiendo un sendero desde las calas Mitjana (a la que se puede llegar en coche) o Binigaus. Si cruzas la arena puedes surcar un pequeño río que se adentra en el bosque. Es un humedal que puede recorrerse con el kayak, observando la frondosa flora que crece a lo largo del pequeño cañón. Esta cala es un auténtico lujo de la naturaleza, no sólo por el entorno también por la tranquilidad que se respira. No hay chiringuitos, así que no te olvides de tus provisiones y tampoco ninguna clase de servicio. En kayak está a unos 50min de Cala Galdana, así que ánimo y a remar, que el esfuerzo merece especialmente la pena.

Cala Trebaluger

Cala Cavallería. Prácticamente virgen, situada al norte de la isla, muy cerca de la localidad de Fornells, aunque lo suficientemente lejos como para no ser una playa habitual. Desde Es Mercadal, siguiendo la Me-15, te desvías por varias carreteras locales estrechas. Está indicado la dirección a la playa y también al faro de Cavallería. Al llegar se accede a un parking amplio de tierra no cubierto por árboles. Desde ahí unos 10min andando que terminan en un acantilado que ofrece unas vistas de la playa y la costa magníficas. También se puede acceder a la cala Roja. La arena rojiza y gruesa, contrasta especialmente con las playas del sur de arena fina y blanca. Aquí los turistas se embadurnan con el barro rojizo en busca de las bondades curativas y regenerativas. La playa está rodeada de una zona de dunas en recuperación, con gran variedad de fauna, de ahí que ya en los letreros se avise de que no es posible caminar por estos senderos. Pero si buscas hacer algo de deporte puedes recorrer una parte del Camí de Cavalls.

Cavallerias

Cala Sa Mesquida. Sa Mesquida es un pequeño pueblo de pescadores que alberga esta familiar y acogedora cala. Es de fácil acceso, sólo 5 minutos caminando desde las zonas habilitadas para dejar el coche/moto. Un gran punto a favor es que justo antes de llegar a la arena se encuentra un puesto de furgoneta que vende un granizado de limón riquísimo y helados. En uno de los extremos de la cala se encuentra el Pa Gros, un montículo que ofrece unas fantásticas vistas de la zona. En el otro extremo de la playa hay una de las torres de vigilancia que construyeron los ingleses para la defensa de la isla. Recomendación para comer, el restaurante Sa Mesquida regentado por Josefina, ofrece cocina completamente casera sin más pretensiones (ojo porque no siempre está abierto). Si buscas algo más refinado, el restaurante Cap Roig, se encuentra en un desvío a la derecha antes de llegar al pueblo. Con una terraza que ofrece vistas a la costa, el pueblo y la cala, el arroz caldoso es su especialidad y si además estás en la terraza contemplando y disfrutando del Mediterráneo en calma y transparente es un lujazo.

Sa Mesquida

Buscando motivos para volver a Menorca en 2.017 y sin esforzarme mucho me han salido estos 5, aunque seguro que vosotros tendréis muchos más… decídete!

Cala Trebaluger

Sa Mesquida

Cavallerias

Cavallerias

Cala en Porter