Viajar, una forma de vivir y de ser

Por Pilag6 @pilag6

Siempre tuve ganas de viajar. Tengo recuerdos desde muy chica viendo mapas y leyendo nombres de países remotos. Imaginando historias, lugares, paisajes. Sueños lejanos que me transportaban a otro mundo. Ahora que lo recuerdo, era muy soñadora. Eso, mezclado con el hambre de independencia y libertad que siempre tuve, fue la combinación perfecta para convertirme en lo hoy soy. Para vivir la vida que ahora estoy viviendo.

Según lo que recuerdo, fui una nena un tanto anormal. Me gustaba estar sola y amaba leer cuentos y novelas cortas. Pero, por sobre todo, disfrutaba y me ponía muy contenta cuando lograba hacer cosas por mi misma, sin la ayuda de nadie.

Como cuando aprendí a usar la cocina y no tuve que depender más de mi mamá para que me haga la merienda cuando volvía de la escuela. O la libertad que sentía al saber que con la bicicleta podía ir a donde yo quisiera, con sólo pedalear un rato. Esa es una sensación que el dinero jamas te puede dar. Una bicicleta era sinónimo de volar, poder estar en donde yo quería estar. Hoy esa sensación es mi forma de vida, lo que me alimenta el alma. Viajar es mi nueva bicicleta y el combustible es la libertad de elegir que caminos recorrer.

Miro atrás, mi vida pasada y todo concuerda. Las pequeñas cosas que hice, las decisiones que tome, me trajeron adonde estoy ahora y hoy todo tiene sentido, todo tiene un porqué. Y lo más hermoso es que no me arrepiento de nada. En mi cabeza no existen los ¿Qué hubiera pasado si…?

Llevo viviendo un año y siete meses en Nueva Zelanda y me acuerdo de esa nena que soñaba con lugares increíbles, lejanos, casi imposibles. Hoy, esa nena esta contenta porque está viviendo sus sueños. Se subió a la bicicleta y no puede ni quiere dejar de pedalear. Como un pájaro que aprende a volar, a quién se le ocurriría pensar que optaría por quedarse en el nido viendo la vida pasar, viendo a otros volar.

Viajar es un viaje de ida, te cambia, te transforma en otra persona. Despierta algo en vos que no sabías que existía.

Siempre quise viajar, pero hasta que no lo experimente en carne propia, no supe lo que era. Créanme que vale la pena, los dolores de pansa, los miedos, la incertidumbre, las extrañitis agudas, todo.

Hoy estoy a dos meses de emprender otro viaje, y los nervios y dudas están presentes. Pero, a pesar de todo, sigo sin tener los Qué hubiera pasado si..?

…y vos?

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