Viaje a Bélgica - Día 1

Por Srbaritono

Sábado 3 de abril de 2010

La salida del vuelo en Santander fue a la hora prevista, aunque uno de los viajantes casi no llega a facturar. Ya sabéis que en Ryanair cierran la facturación 40 minutos antes de la salida del vuelo y como llegó, como se dice en mi tierra, "con la hora pegada al culo", no le dio tiempo a pesar la maleta antes de facturarla. Se pasó de peso, así que 20 euritos de multa.
Tras el vuelo, llegamos a Weeze, en Dusseldorf (Alemania) y después de coger las maletas, fuimos al stand de Europcar a por las llaves del coche que teníamos reservado. Nos dieron un Renault Twingo Rip Curl y era gasolina, no diesel como en principio queríamos. Aquí pecamos de inexpertos ya que no miramos cual era el carburante del coche hasta que tuvimos que parar en una gasolinera. Nuestras sospechas (un gasolina no hace el mismo ruido que un diesel) se confirmaban, era gasolina, más consumo, más gasto. Aprovecho para decir que la gasolina en Bélgica y Holanda es bastante más cara que en España. En Bélgica, la Sin Plomo 95 estaba alrededor de los 1,486 € el litro y en Holanda pasaba del euro y medio. En España, concretamente en Santander, de donde soy, no llega a 1,19 € el litro.
Cuando llegamos al albergue, ya en Bruselas, nos encontramos la primera buena noticia, todos los recepcionistas hablaban español. Nosotros sabemos hablar inglés y un poco de francés, pero siempre es todo más fácil en tu idioma y más cuando estás recién levantado. Al lado del albergue había una estación de metro y aparcamiento gratuito, más buenas noticias. Lo del metro es un tanto ridículo. Hay máquinas para sacar los billetes, pero no hay barreras ni controladores así que cogimos un billete por si acaso aparecía de repente un revisor y nos metía multa. No fue así, por lo que... ¡¡¡otra buena noticia!!!, el metro en Bruselas sale baratísimo.
Llovía bastante, así que tuvimos que comer en el albergue. Después salimos en coche hacia Amberes. Las rutas en coche las saqué de Google Maps. Uno de mis compañeros de viaje, el mismo que llegó tarde al aeropuerto, iba a llevar GPS pero yo imprimí todas las rutas y ¡¡menos mal!! El GPS que llevó no tenía instalados los mapas de Europa, lo cual fue motivo de risas durante todo el viaje, pero podía no haberlo sido...
En Amberes, aparcamos al otro lado del río Escalda. Era totalmente gratuito. Para cruzar el río e ir al centropasamos por un túnel de más de medio kilómetro.

Es destacable en esta ciudad la plaza Grote Markt donde se encuentra la estatua de Brabo, el héroe de la ciudad a la que da nombre. La leyenda cuenta que Brabo cortó la mano del gigante Antígono y la lanzó lejos. De ahí el nombre de Ant-werpen (mano-lanzada). Podríamos decir que es el corazón de la industria del diamante, pero es un tema poco atrayente para nosotros y no vimos nada relacionado con ello. También es aconsejable la catedral. Por lo demás, callejear un poco por la zona vieja y tomar la cerveza local, Koninck. Está rica y es muy barata, las tres que pedimos (tostadas), nos costaron 5,40 €. Por cierto, el símbolo es una mano, qué original... jejeje.
Este día no dio más de sí. Regresamos a Bruselas y descansamos esperando que el domingo no fuera tan lluvioso.