Viaje a Cadaqués..

Publicado el 01 marzo 2010 por Adolfo Morales
Decir a estas alturas que Dalí fue un ser excepcional y un genial , no es para nada ser original, pero da igual, es lo que yo opino.
Estoy agradecido desde mi más temprana infancia a este admirable hombre, de exquisita sensibilidad, cuyo mundo además de hacerle mundialmente famoso como el máximo exponente del surrealismo del siglo XX, le debió granjear muchos quebraderos de cabeza, soledades y angustias, pues es inevitable que un ser tan excepcional no tenga con quien compartir de tu a tu, tan grande sensibilidad. No obstante, esa especial sensibilidad, propia de estos seres únicos, le hacen conectar con quienes le admiran "sin más" estén donde estén. Así es que, mientras estuvo entre los vivos, allí dónde se encontrase, la simpatía que emergía de su mágico mundo, de su extraordinario universo, rebotaba con aquellos -como yo, incluso siendo niño- que admiraban sus ocurrencias, su extraordinaria capacidad creativa, su desfachatez con los medios, su "locura" que tanto nos divertía.
Ahora cuándo pasan delante de un Dalí, los más lejanos al autor descubren a un pintor de además de saber utilizar la técnica reconocen que detrás de aquella figura, se alojó un hombre especial, único, un pequeño y mundano genio, casi un dios.
He tenido la buena idea de ir a Cadaqués, a su casa-estudio, a este rincón escondido del Cap de Creus, en dónde respirar los aires del mediterráneo, los mismos que un día inundaron de oxigeno sus pulmones y le embriagaron con aromas de romero. La calma del lugar invita a la creación, al encuentro, al trabajo, o a una buen almuerzo junto a amigos y explotadores.
Más tarde Púbol, aquel "castillo" que regalara a su Gala, para que se cumpliera el hechizo de que a toda reina le corresponde tener un castillo, aunque Gala más mundana lo llenara de sus sueños más oníricos, aún así es un lugar encantador.
En fin, he respirado y he estado justo donde Dalí junto a su musa vivió, soñó, creó, ha sido algo magnífico. El ambiente te traspasa y te perfuma. Es una suerte que tengamos estos sitios tan cerca.