Fuente del gimnasio
Perséfone
La historia sagrada también está relacionada con esta ciudad. El apóstol Bernabé, que viajaba con el apóstol Saulo, convenció a éste para visitar su tierra natal, Chipre. Ambos desembarcaron en Salamis para proclamar la palabra de Dios en las sinagogas judías. Desde aquí recorrieron la isla hacia occidente hasta llegar a Pafos, donde conocieron al procónsul romano Sergio Paulo. Fue entonces cuando Saulo decidió romanizar su nombre, transformándolo en Paulo, Pablo, que es con el que todos conocemos al santo.El área que ocupa el yacimiento es extensa, y no todo está excavado y ni mucho menos reconstruido. Ver lo más importante puede llevar un par de horas, o medio día si se desea curiosear todo, que no fue nuestro caso por culpa de la lluvia.
La palestra
El gimnasioUn edificio de origen típicamente griego que servía no solo para la formación física sino también para la intelectual, y que era más como un club social-escuela que como un gimnasio de nuestros tiempos. La dirección de un gimnasio, junto con la de las termas, era uno de los cargos públicos más prestigiosos de una ciudad, ya que se manejaba una gran cantidad de fondos. El gimnasiarca se encargaba no solo de los programas de entrenamiento de los jóvenes, sino también del mantenimiento del edificio. Solo el suministro de aceite podía suponer un gasto anual de 21.000 denarios (unas 70 veces el sueldo de un legionario).
Piscina de las Termas
Fuente del frigidarium
Restos de pintura de los baños bizantinos
Junto al gimnasio o incluso formando parte del mismo edificio, era común la existencia de unas termas.
Desde el gimnasio, a través de unos recios muros, quedan unos baños reestructurados por última vez en época bizantina, con sus típicas salas (tepidarium, caldarium, frigidarium...), que hoy día apenas lucen por haber perdido sus mármoles.Letrinas
Teatro de Salamis
Restos de una calle porticada
Entre los distintos edificios, encontramos una pescadería, con los mostradores donde los tenderos manipularían sus artículos.
Pescadería
Cuando la ciudad pasó a ser controlada por el imperio bizantino, cambió de nombre, llamándose Constancia en honor del emperador Constancio II. La ciudad, que había sido castigada por los terremotos, se reconstruyó en parte. Es de esta época de cuando datan los restos de muralla que se conservan. Con el paso del tiempo, el puerto quedó inútil por los sedimentos, y con los ataques árabes la población se terminaría mudando a Famagusta.Murallas bizantinas