Parque Nacional TortugueroEl Parque Nacional Tortuguero es el tercer parque mas visitado de Costa Rica, se creó en 1975 y comprende 26.000 hectáreas de frondosos bosques de una planicie aluvial surcada de ríos y canales, algunos creados artificialmente para transportar la madera por las compañías americanas como Atlantic Trading y Deslo Lumber Company, que instalaron allí a sus trabajadores, dando lugar al actual pueblo de Tortuguero, aún se pueden apreciar al lado de la población restos oxidados de este negocio maderero. Sus playas, desde siempre, fueron lugar de puesta de las tortugas de las especies verde, baula, carey y cabezona.
Selva y el pueblo en Tortuguero
Los mejores meses para observar el desove es de Marzo a Junio para ver a la casi extinguida tortuga baula y de Julio a Octubre para la tortuga verde, pero el punto álgido de puesta de todas las especies es entre Abril y Agosto. La puesta la realizan por la noche y únicamente se permite su observación si vas acompañado con un guía local acreditado. En Febrero, cuando nosotros visitamos Tortuguero, no era el tiempo apropiado, pero quien ha realizado estos tours nocturnos, lo califican de una experiencia inolvidable ver emerger del agua estos gigantescos reptiles, arrastrase por la arena, hacer su nido y poner los huevos. Pero el parque tiene mas fauna que tortugas, en él habitan mas de 375 especies de aves, 125 mamíferos, otros tantos reptiles... al igual que su flora con mas de 10.000 especies de plantas.
Playa donde desovan las tortugas y canal interior
Al pueblo de Tortuguero se accede por un canal interior paralelo al mar, que recorre media costa del Caribe costarricense, construido originalmente con el objetivo de transportar las maderas hasta el puerto de Limón. El barco es el único medio de transporte, ya que sus habitantes muy concienzudamente por votación, se opusieron a la construcción de una carretera que les haría perder toda su singularidad.Este minúscula población esta formado de pequeñas casitas multicolores de madera y tejado de chapa, entorno a una calle principal la única pavimentada, el resto de casas están junto a veredas entre el canal y el mar o aisladas en la selva a orillas del río. Sus habitantes son afrocaribeños descendientes de los pescadores, cazadores y madereros, admiradores de la música reggae que suena por doquier.
Casita y habitación de Cabinas Tortuguero
A la derecha, a escasos doscientos metros del muelle principal, están las Cabinas Tortuguero, unas sencillas casitas de suelo de madera, con todo lo elemental para pasar unas noches. La nuestra fue una triple con una cama de matrimonio y otra sencilla. El baño tenía ducha con agua caliente. Un ventilador suplía el aire acondicionado, suficiente para estar fresquitos en esta zona tan húmeda. La limpieza perfecta y el trato excelente, Wilfredo Pablo, el gerente, en todo momento estuvo pendiente de nosotros, a través de él contratamos al guía. Las cabañas están rodeadas de plantas tropicales y hay una pequeña hamaca en el porche para descansar. El precio fue excelente 30 dólares la cabaña triple sin desayuno (6 dólares). Tiene una buena conexión wifi. Hay una zona donde puedes cocinar tu mismo o bien encargar de un día para otro la comida, nosotros con el tiempo tan justo no lo pudimos hacer, en especial el plato de langosta que sirven por 15 dólares.
Para comer nos acompañó al Restaurante El Muellecito, donde comimos un buen casado con un filete de corvina, luego por la noche volvimos a cenar aquí, ya que además de las típicas comidas ticas también sirven pizzas, a buen precio (3 dólares).
Restaurante El Muellecito y entrada al Parque Tortuguero
Terminado de comer ya nos estaba esperando Castor Hunter (Tel.506-88708634), unos de los guías con mas de 18 años de experiencia, ir acompañado de un buen guía es vital, ya que los animales se encuentran escondidos y la mayoría pasan desapercibidos para los no entendidos.
Subimos a la canoa a remos, ya que las barca a motor, el ruido espanta a los animales y nos dirigimos hacia la entrada del Parque donde estaba la taquilla de venta de las entradas sobre una antigua barca. Esperando inútiles trámites, que ya relaté antes, terminamos pagando la entrada (10 dólares) y nos adentramos por los canales.
Embarcados en la canoa y la vegetación de los márgenes
Es asombrosa la capacidad que tienen estos guía de avistar animales, de pronto comienza: Miren, allá hay un garzón azulado, ese sonido es de un mono aullador, allí hay otro de cola larga, allí una garza, una tortuga de agua dulce... pero lo que mas me emocionó fue ver un basilisco (algo muy difícil de localizar) y un caimán en su nido, al que nos aproximamos temerariamente a escasos dos metros, me levanté sobre la barca y le hice varias fotos.
Caimán en su nido y vegetación reflejada en el agua
Ya atardecía y en las oscuras aguas, a modo de un inmenso espejo, se reflejaba toda la vegetación con una singular belleza, las dos horas nos pareció cortísimas ¡Que diferente nuestra tour exclusivamente para los tres, que el que vimos de turistas masificados sobre lanchas a motor a toda velocidad! Vale la pena pagar 45 dólares por ver esta maravilla.
Tours masificados y amaneciendo en Tortuguero
A la mañana siguiente, nos levantamos temprano para sacar los billetes y tomar la barca de las 5:30 h, si pierdes ésta no podrás a las 10:30 h. enlazar con el autobús de Coopetraca que te lleva a Guápiles y deberás tomar una lancha canal abajo hasta Moin, pagando el desorbitado precio de 40 dólares por persona. Aunque madrugas, es todo un espectáculo ver amanecer en la selva mientras escuchas el sonido de los animales que empiezan a desperezarse.
Durante el regreso, seguimos conversando con lo nativos sobre la necesidad de aumentar la frecuencia de las barcas que unen La Pavona con Tortuguero, la construcción de un muelle en La Pavona, de un camino al Cerro de Tortuguero, ya que se convierte en intransitable en épocas de lluvia...
Puerto ViejoLlegamos con tiempo de sobra a Guápiles, pero allí nos encontramos que debíamos cambiar de estación de autobuses, aquí en Costa Rica cada empresa tiene su propia estación, no estaba muy lejos, 500 metros, pero en ese momento un gran chaparrón nos sorprendió. Un agradable joven, Gustavo, nos dijo que él también se dirigía a Buses Caribeños (Corporación Terminales del Caribe), así que decidimos tomar un taxis y compartir el gasto, pero al llegar, se adelantó a pagar y no consintió que contribuyéramos con nuestra parte. Todo un ejemplo del carácter generoso tico, como el de Cristina León, una oficinista de Buses Caribeños, que nos ayudó llamando a buses MEPE que nada tenía que ver con su empresa, para que supiera que le estábamos esperando y nos recogiera frente a la terminal, un gesto que agradecemos no solo porque no quiso cobrarnos la llamada ni aceptar una propina sino porque el autobús iba a tope y no nos hubiese parado. Gran parte del trayecto debimos hacerlo de pie, ya que todos los asientos estaban ocupados.
Terminal Buses Caribeños y soda donde desayunamos
Hasta Limón el paisaje es una sucesión de fincas con ganado y latifundios de plantaciones de plátanos (bananos) o piña de marcas internacionales como Dole, Del Monte, Chiquita..., luego la carretera circula paralela a la costa caribeña llena de cocoteros y con muy pocas edificaciones. La carretera se estrecha en algunos lugares, hasta tal punto, de permitir únicamente la circulación en un sentido.
Playas de arena blanca y negra en Puerto Viejo
La población de Puerto Viejo es afrocaribeña, originarios de Jaimaica, y los menos, indios de la tribu Bribri, a estos se han unido europeos en busca de aventuras empresariales o simplemente turistas ya afincados que vinieron atraídos por su vida despreocupada, buen clima, mar o por su singular belleza.
Personalmente, aunque no me sentí inseguro, en Puerto Viejo periódicamente se dan casos de delincuencia, robos o incluso muertes por el popular consumo de drogas, prohibidas legalmente, pero fácil de conseguir en sus calles. Ya de vuelta en la carretera, nos sorprendió un control policial, pararon el autobús y un policía subió al bus para pedirnos a los viajeros el pasaporte, es posible que por la cercanía de la frontera con Panamá, intentando controlar la inmigración ilegal, un problema que tienen con sus vecinos, especialmente los “nicos”, que acuden en masa atraídos por el gran desarrollo y nivel económico de Costa Rica.
La Avenida 71, la calle principal de Puerto Viejo
La cultura jamaicana predomina en los souvenir, motivos de camisetas y artesanías, como la música reggae que se escucha en sus calles a todo volumen. La Avenida 71 es la principal calle donde se encuentran las tiendas, la farmacia, el banco con cajero, un supermercado y restaurantes.
Cenamos en Casa Tomara un casado de pescado y ya de noche, regresamos al hotel Boutique Indalo. Este hotel es una preciosidad, todo nuevo. Aunque esté en el pueblo, limita con una selva de enormes árboles de los que descienden monos, mapaches o perezosos. Precisamente, avisados por los encantadores dueños Carlos y Cristina, fuimos a ver un perezoso que había cruzado delante del hotel y se había encaramado a una palmera del Café Rico, aunque el establecimiento ya lo estaban cerrando, el dueño muy amable, nos permitió hacerles fotos.
El hotel es minúsculo, de planta baja, con tan solo ocho habitaciones con un jardín central y el bar con mesas, donde por las mañanas te sirven un excelente desayuno, que incluyen alguna mermelada elaborada artesanalmente por ellos mismos.
Porche de cada habitación y comedor
Es muy limpio y acogedor con unas sillas en el exterior, donde puedes presenciar colibríes que se acercan sin ningún temor a libar las flores del jardín. Los dueños españoles son encantadores y buenos anfitriones, a mi me prestaron el equipo de snorkel y su tablet para poder comunicarme con mi banco, ya que por precaución no quise acudir a un local de internet que hay próximo a la boletería MEPE (400 colones los 30 minutos). Por la habitación triple pagamos 50 dólares, mas 6 por cada desayuno, un excelente precio-servicio, totalmente recomendable.
Habitación de matrimonio y baño impecable
El día siguiente lo dedicamos a ver el pequeño pueblo, pero no nos apeteció bañarnos, ya que estuvo intermitentemente lloviendo. Nos quedó un deseo sin cumplir: Comer una langosta que habíamos acordado por 20 dólares en Soda Las Delicias, junto a la boletería Mepe, donde habíamos ido a sacar los billetes para el regreso, pero resultó que ese día no habían salido los pescadores por las malas condiciones del mar y no entró pescado en el mercado. Su dueña y cocinera, una honesta mujer, se disculpó, pero nos sirvió una excelente comida, especialmente una carne de res deliciosa, su precio muy barato, 3.500 colones.
Comiendo en Soda Las Delicias y punto de salida del autobús
Al día siguiente, después de desayunar, salíamos a a las 7:30 h. con Autobuses MEPE hacia San José (5.415 colones), fue un acierto sacar anteriormente los billetes, ya que el autobús partió con mucha gente de pie. A las 12:30 h. llegábamos a la Terminal del Caribe de la capital. Desde ahí, conociendo ya la insegura zona, tomamos un taxis (2 dólares) hasta la Terminal de Transportes San Carlos. Desde esta terminl salen bastantes autobuses hasta Ciudad Quesada, basta hacer cola y según se llenan van poniendo otro. A penas nos dio tiempo a comprarnos comida para el camino, porque a las 13 h. salíamos hacia Ciudad Quesada (1.880 colones).
Control policial y Terminal Mepe en Limón
La carretera hacia Ciudad de Quesada es una subida continua con infinitas curvas y precipicios, siempre franqueada por plantaciones de café. Ya casi en la cima de la cordillera, el calor tropical se suaviza y comienza aparecer cultivos de huerta, sobretodo unas calabazas blancas (zapallo) que venden en tenderetes al lado de la carretera y se utiliza para hacer sopa o mermelada de cabello de ángel para elaborar pasteles.
En esta ciudad,que se muestra muy hermosa al cruzarla en autobús, se debe hacer el trasbordo a otro autobús de Transpisa. Afortunadamente el autobús no se retrasó ya que llegamos a las 15 h. y cinco minutos después salíamos hacia La Fortuna (1.100 colones), si lo pierdes no tienes otro hasta las 20:00 h., lo que supone llegar en plena noche.
Todo salió perfecto y a las 17 h. ya estábamos entrando por la puerta de nuestro hotel de La Fortuna, después de rechazar los continuos ofrecimientos de excursiones que te hacen a la bajada del autobús, lo ideal es, con tranquilidad, contratarlos o hacerlos por vuestra cuenta al día siguiente.
Continuará←Viaje a Costa Rica(I)← Posts relacionados: Otros viajes por el mundo
.