Viaje a Costa Rica (III)

Por Ribalda
Volcán Arenal visto desde La Fortuna, Costa Rica
Volcán Arenal, La Fortuna 
La Fortuna de San Carlos, es el pueblo mas próximo al volcán Arenal, es muy pequeño, formado casi en su totalidad por hoteles, hostales, restaurantes, tiendas, agencias de tours y otros servicios dirigidos al turismo, las únicas casas son las viviendas de los dueños y empleados de todas las actividades turísticas. Debido a su proximidad del volcán hay actividades paralelas de aguas termales y actividades de aventuras. Otra maravilla natural es La Cascada Río Fortuna, un salto de agua de 70 metros rodeada de una exuberante vegetación.

Ante el Volcán Arenal y la Cascada Río Fortuna
Como llegamos de noche, ya que en  las zonas ecuatoriales oscurece a las 5:30h, nos quedamos a cenar en hotel, esa noche montaron junto a la piscina un gran buffet libre a base de asados y comida típica tica, después dimos una vuelta por los alrededores y terminamos tomando unas cervezas y cócteles servidos por Roberto, el atento camarero del Arenal Hostel Resort.
El Arenal Hostel Resort se encuentra justo en la Plaza Principal de La Fortuna. Su construcción de madera es muy atractiva. Tiene 20 habitaciones en dos plantas que dan a un jardín interior donde hay una pequeña piscina, bar y varias hamacas. Las habitaciones son muy confortables con dos camas de matrimonio y una baño con ducha, sin TV, pero lo importante, es que todo estaba muy limpio y el personal era muy agradable y atento. Hay un ordenador en el patio y wifi gratis a disposición de los viajeros.

 Patio y habitación del Arenal Hostel Resort 
Al día siguiente, como suelo hacer, me levanté temprano para ver el volcán que se puede divisar desde la misma puerta, hacerlo  a las primeras horas del día tiene la ventaja de poder ver la cima, ya que las nubes de vapor que emanan del cráter son desplazadas por la brisa matutina, pero la verdad es que en segundos se despejaba o cubría, aún así, pude realizar unas buenas fotos.
Volví al hotel a despertar a mi familia y contratar el tour “Jeep-barco-jeep” que nos llevaría a Monteverde al día siguiente, aunque en realidad no se trata de jeeps sino de minibuses. Para desayunar lo hicimos en Soda La Parada, que esta junto a la iglesia. Es un sitio para recomendar, nos sirvieron un completo gallo pinto con judías negras (frijoles), arroz, dos huevos fritos, tortillita de maíz y plátano frito, con una crema deliciosa, además de zumo natural y café, todo por 6 dólares.

Tomando un cóctel y desayunando un gallopintoA continuación nos dirigimos a la parada del taxis para contratar uno y visitar durante el día La Catarata Río Fortuna y el Parque Nacional Volcán Arenal. Por 8 dólares, con el taxista Enrique Valverde (Tel.83062805), recorrimos los 5 Kms. que separan las cascadas del pueblo y en un aparcamiento que hay a la entrada nos esperó hasta el regreso de la visita, con dos horas se puede visitar perfectamente.

Cascada vista desde arriba y densa vegetación
La entrada cuesta 10 dólares que se paga a ADIPORT, una asociación cuyas ganancias redundan en el beneficio del población de La Fortuna. Para llegar hasta la cascada hay que bajar 480 escalones, por unas  estrechas sendas rodeadas de una vegetación exuberante, pero nos fue imposible ver ningún animal, ya que estaban limpiando las hojas de la senda con algo tan poco ecológico como un soplador a motor que ahuyentaba a toda la fauna. Mientras bajas hay varios miradores de la catarata.

Limpieza de la senda y base de la cascada
La catarata tiene unos 70 metros y muchos aprovechan para refrescarse bañándose en las aguas cristalina de la poza de su base. La subida requiere un gran esfuerzo, pero que compensa por la belleza del lugar.
Una vez arriba tomamos nuevamente el taxis, un todo terreno y nos dirigimos a visitar el Parque Nacional del Arenal, pasando primero por Termas Balbi en la base del volcán. En la carretera nos encontramos un sin número de ciclista, ya que ese día se celebraba una tradicional vuelta a la Laguna de Arenal.
El taxista nos dejó a la entrada, pagamos los 10 dólares y nos adentramos por unos senderos que te llevan hasta una colada de lava de la última gran erupción que tuvo lugar el 29 de julio de 1968, hasta entonces el volcán había permanecido dormido y únicamente era conocido como el cerro del Arenal. Esa noche despertó de pronto destruyendo los pueblos de Tabacón y Pueblo Nuevo, murieron 87 personas. Tuvimos la suerte de hablar en el autobús con una persona que lo vivió en directo, su padre tenía una granja próxima y tuvieron que salir huyendo, la madre salió con los hijos y el padre se quedó buscando un caballo que se había extraviado, cuando pudo reunirse de nuevo la familia faltaba un hijo, que días después lo reconoció uno del pueblo y lo llevó antes los afligidos padres. Quien nos contó la historia fue el hijo menor que tendría actualmente unos 50 años.

Taxista y Colada de lava de la erupción de 1992
Ahora el volcán todavía sigue activo, de los dos conos que se ha formado, solo del que da a la laguna sale una fumarola constantemente, cada cierto tiempo, ruge arrojando cenizas y piedras incandescentes. Curiosamente su actividad es la que atrae al turismo, tan solo dos turista y un guía han muertos desde que se despertó. La senda, de unos dos Kms. de longitud, te lleva a las cascadas de lava ya solidificada y a una tupida selva donde se encuentra un descomunal ceibo de 40 metros de altura. Es una preciosa excursión que no debéis perderos, pero no es necesario pagar 40 o 60 dólares en un tour organizado, la podéis hacerla vosotros mismos y ahorraros esos dólares.

Ceibo gigante y embarcando en la Laguna Arenal
Regresamos ya tarde y comimos en La Típica, un restaurante que esta en la carretera de vuelta a La Fortuna, no es barato, 3.000 colones el plato, pero son especialistas en comida tica de calidad, así que era el momento de probar el ceviche y la olla de carne, que según nos aconsejaron era donde mejor la hacían.
A la mañana siguiente, las 8:30 h. nos pasó a recoger la empresa de Aventuras Los Lagos  (Tel. 506-26457140) que nos llevaron en minibús hasta el lago Arenal en unos 30 minutos.  Se puede también ir en buses públicos desde La Fortuna a Monteverde, es muy barato, pero el viaje dura mas de 6 horas, en cambio,  así aunque cueste 25 dólares lo haces en dos horas. El lago Arenal se atraviesa en barco con unas vistas extraordinarias del volcán, desde la parte trasera se aprecia perfectamente la fumarola y vapor del cráter del volcán.

Fumarola del volcán Arenal y el árbol cortando la carretera
En la otra orilla opuesta, te recogen otra furgoneta, que circulando por una carretera de tierra, en una hora te lleva a tu hotel de Santa Elena (Monteverde), claro si no os encontráis con un contratiempo como el nuestro,
 un huracán arrancó un árbol y lo cruzó en el camino, lo que obligó a los conductores a tallarlo con rudimentarios machetes para que pudiéramos pasar.
Bosque nuboso de Monteverde
Santa Elena, MonteverdeEl inconveniente del árbol retrasó nuestra llegada a Santa Elena, así que José, el recepcionista del Hotel Camino Verde se comprometió a contratarnos el tour por los bosques nubosos de Monteverde y sacarnos los billetes del día siguiente para Puntarenas, mientras nosotros comíamos en la soda La Amistad, junto al hotel, por cierto, una excelente comida típica, un excelente trato de su dueña Cándida, buena higiene y muy barato, un casado con estofado de carne o pollo nos costó 2.900 colones.

Terminando de talar el árbol y comiendo en soda La Típica
A las 14:00 h. ya estaban recogiéndonos una furgoneta de Selvatura Park, para llevarnos hasta el bosque lluvioso de Monteverde. Esta empresa ha instalado unos cables de tirolíneas (canopy) que te permiten  sobrevolar la selva colgado de unos arnés con un recorrido de un kilómetro (45 dólares), pero eso era demasiado atrevido para mi esposa e hija, así que elegimos algo mas tranquilo como realizar una caminata (Walk ways) a lo largo de 8 puentes colgantes, que literalmente sobrevuelan la selva, con alturas sobrecogedoras cuando atraviesan el río Negro. Es impresionante la cantidad y variedad de árboles que ves en este tipo de selva lluviosa y el tamaño de muchos de ellos, cuando los aprecias desde distintas preceptivas: Desde sus copas y luego desde sus base. Pero lo que defrauda es la fauna que promete el folleto: Aves, monos, perezosos... ya que es imposible que no huyan asustados por el chirrido de los cables tiralíneas que sobrevuelan mientras caminas por los senderos, a tal velocidad, que resulta difícil  hacerles una foto sin resultar borrosa.

Puentes colgantes sobre la selva lluviosa de Monteverde
Dentro de esta área hay otras atracciones como un jardín de colibríes, mariposas, exhibición de reptiles y anfibios, pero nosotros no teníamos tiempo, salir mas tarde de las 4:00 h. suponía perder el minibús que te había traído y pagarte nuevamente por tu cuenta el transporte con un taxis de regreso, cuando éste estaba incluido en los 30 dólares que valía la entrada. Quien no haya visitado la selva, es una experiencia interesante pero cara, a nosotros nos pareció mas de lo mismo.
El microbús nos dejó nuevamente en el hotel cuando empezaba a llover, lo que unido al constante viento procedente del Océano Pacífico, convierte el clima de Monteverde en muy desagradable. No se te olvide llevar una prenda de abrigo ni un impermeable, seguro que lo necesitarás. Es precisamente esta chimenea de aires húmedos los que han propiciado este tipo de bosque nuboso de características tan singulares.

Sobre las copas de los árboles de 40 metros y en una tirolínea
De vuelta, José nos entregó los billetes del autobús para Puntarenas (1.475 colones) y las llaves de nuestra habitación, asignada en un edificio continuo con el rótulo Hotel El Amanecer, según nos aseguró es parte del Hotel Camino Verde, la verdad es que era muy bonito. El edificio, totalmente de madera maciza, tiene dos plantas, la superior con una balconada que daba al valle. Hay un amplio restaurante  con un PC e internet gratis, así como de una cocina a disposición de los clientes donde puedes servirte gratis el excelente café costarricense cuando gustes.

Hotel Camino Verde (El Amanecer) y habitación, Santa Elena
El hotel únicamente dispone de 10 habitaciones, con baño y ducha, no tienen TV. Todo nos pareció muy limpio y acogedor, así como su dueño José muy amable y solícito, aunque en último momento nos falló, nos contrató los servicios de un taxista para que a las 5:30 h. del día siguiente, nos llevase a la Terminal de los Buses y no se presentó, por nuestros medios, llegamos a punto de salir el autobús, desconocemos si la irresponsabilidad hay que achacársela a él o al taxista. El precio fue razonable 55 dólares en habitación triple con desayuno, no comentamos el desayuno porque aunque incluido, no lo tomamos.
La situación es muy céntrica, ya que Santa Elena es un conjunto de casas y hostales bastantes diseminados, pero donde esta el hotel es justo en el grupo de casas donde se encuentra el banco con cajero, la iglesia, restaurantes, el supermercado Supercompro y la Woods Art Galley, una tienda donde se pueden comprar a buen precio souvenirs, pero en especial una selecta artesanía local realizada con madera, su propietario Enrique Cruz atiende personalmente.

Enrique Cruz en su tienda Woods Art Gallery
No olvidarse de comprar en el supermercado el famoso queso de vaca elaborado en una fábrica creada por los colonos cuáqueros, una secta protestante que en 1950 se establecieron aquí huyendo de Estados Unidos donde encarcelaban a sus hijos por no querer ir a la guerra de Corea, Costa Rica era el lugar idóneo por que había abolido el Ejército.
Dormimos tranquilamente, aunque al principio lo dudábamos, ya que estaban alojadas un grupo de jóvenes canadienses con ganas de juerga, pero a las 10 de la noche todo quedó en un remanso de paz.
Playa de Puntarenas
De Monteverde a Manuel AntonioA las 6 de la mañana, ya estábamos subiendo en autobús de la compañía Transmonteverde que te lleva hasta Puntarenas, de haberlo perdido, nos hubiera alterado el programa, ya que no hay otro hasta las 15:00 h. de la tarde. Fue también un acierto comprar el billete el día anterior, porque fueron muchos los que viajaron de pie, cosa que resulta un martirio circular por una carretera de tierra, estrecha, llena de baches y rodeada de precipicios, trayecto que resulta horroroso e interminable incluso sentados, según nos ha contado nuestra amiga la Dra. Riquelme, fue toda una odisea hacerlo ella conduciendo su marido con un coche alquilado en época de lluvia ¡Imaginaros lo que es un autobús, que debía retroceder buscado una lugar mas amplio, cuando se cruzaba con un camión !

Carretera de Monteverde y Terminal de buses de Puntarenas
A las 9:00 h., rendidos por el ajetreado camino, llegábamos a Puntarenas, una ciudad costera puerto de salida de la producción bananera, piñas y café. Antes un tren de mercancías la unían con la capital, pero hace tiempo que las vías quedaron abandonadas y sustituido el transporte por carretera.
Desde el lugar donde te deja el bus tienes que caminar hasta llegar al restaurante ”El pollazo” ¡Qué nadie piense con segundas!, es uno de los dos o tres establecimientos de pollo frito que hay en cada calle.  Está justo debajo de unas antenas de comunicación que se divisan desde todas partes, ahí torcer hacia la playa (unos 300 metros) donde está la Terminal de Buses del paseo marítimo. La ventanilla donde venden los billetes a Quepos  se encuentra en el exterior de la terminal, pregunta, los ticos son muy amables y seguro que te ayudarán encantados.

El Pollazo y alambreras espinosas en las viviendas
Aprovechamos para sacar el billete (2 dólares) y almorzar en la Terminal, aunque sus precios son bastantes caros. Dimos una vuelta por la playa y alrededores, haciendo tiempo para la salida del autobús hacia Quepos que lo hace a las 11 h. Nos contaron que aquí suelen darse bastantes robos a turistas y la verdad, que vimos alambre de espinos en muchas casas, incluso hasta en las terrazas superiores. La playa estaba desierta, pero tenía buen aspecto.

A las 11 h. partíamos para Quepos. A los 20 minutos de trayecto, hay un espectáculo que  no se puede perder, es ver los cocodrilos al atravesar el puente del río Tárcoles, quedas asombrado verlos tomando el sol y a escasos metros las vacas pastando ¡Eso si que es una buena convivencia vecinal! Haz click sobre la foto para comprobarlo.Si te acercas aquí con coche alquilado ¡cuidado!, es el lugar habitual para robar las pertenencias, mientras dejas el coche en aparcamiento y te diriges andando al puente, los nativos nos dijeron que son los “nicas” (nicaragüenses), pero es de suponer, que los ladrones puede ser de cualquier nacionalidad.
A las 14 h. llegábamos a la Terminal de Quepos. Lo primero que hicimos fue comprar el billete (4.510 colones) en Bus Morales para el regreso a San José del día siguiente a las 14: 30 h., ya que si lo pierdes únicamente te queda el de las 16:00 h., puesto que los otros no son directos y tardan 5 horas.Desde ahí nos dirigimos a comer en La Soda Sánchez que esta a un par de manzanas (cuadras) de ahí, junto a la Cruz Roja, comimos un pargo rojo acompañado de patatas fritas, excelente y a muy buen precio. Sin prisa, porque el autobús que une Manuel Antonio sale cada media hora, nos dirigimos a tomar el bus, se paga ya subidos (285 colones).
Playa del Parque Nacional de Manuel Antonio, Costa Rica
Parque Nacional de Manuel AntonioEl viaje dura 30 minutos y para enfrente del campo de fútbol (cancha), a lo largo de la carretera y luego a la entrada del Parque de Manuel Antonio, nosotros lo hicimos en el campo de fútbol porque  a 300 metros estaba nuestro hotel Natural Pacific Suites.

Apartamento y sala común del hotel Natural Pacific Suites
Mas que un hotel son cuatro apartamentos de lujo a las afueras del parque nacional, una maravilla que lamentamos no haber tenido mas tiempo para disfrutar de ellos. Están decorados con gusto en madera y materiales de calidad. Son unos apartamentos amplísimos con dos habitaciones separadas con aire acondicionado, cocina para hacerte tu propia comida, sala de televisión y baño con jacuzzy, todo un lujazo. Desde su terraza, al atardecer o amanecer, se escucha la algarabía de los animales del parque e incluso divisé un tucán que se posó en una palmera cercana. Además tiene una amplia sala común con billar. Todo esta impecablemente limpio y sus empleados superamables con un trato exquisito. A escasos 100 metros tienes el supermercado Super Blanco. El desayuno incluido, te lo sirven en el apartamento y puedes elegir entre varias opciones, todo por un lujo por un precio muy normal: 84 dólares los tres. Lo recomiendo muy encarecidamente, si vuelvo, sin duda me hospedaré nuevamente aquí.

Habitación matrimonio y jacuzzy del Natural Pacific Suites
Después de tan largo viaje estábamos realmente cansados, tomamos un baño en el jacuzzi, donde lamentamos no haber tenido una botella de champán y decidimos comprar comida en el supermercado, quedarnos a cenar y descansar mientras veíamos atardecer desde la terraza.
A la mañana siguiente nos sirvieron el desayuno temprano y a las 7:30 horas estábamos tomando el bus público que nos dejó en la puerta del parque, las primeras horas son las mejores para ver mas animales.

Playa de Moreno Antonio y mono carablanca
El parque Nacional de Manuel Antonio es un parque que se creó en 1972 al ser adquirido por el Gobierno a una compañía norteamericana, United Fuit Company, que curiosamente al ser zona privada, no permitía la entrada a los indios quepos ni lugareños, lo que ha preservado toda sus fauna.
La presión de las tierras del interior dedicadas al cultivo, hizo que los animales se refugiaran en esa franja minúscula de bosque húmedo tropical junto al mar. Es el mas pequeños de los parques nacionales pero es el que mas número de animales alberga por hectárea, muchos únicos y en peligro de extinción. Actualmente es el que mayor número de turistas recibe al año. La entrada cuesta 10 dólares, a esto, debes añadir el coste de guía, por lo que recomiendo si quieres ahorrarte el guía, te acerques a los numerosos grupos y mires en la dirección que lo hacen estos profesionales expertos en descubrir la fauna, ellos suelen llevar unos potentes teleobjetivos que plantan en un trípode cuando descubren un animal, así lo hicimos nosotros y pudimos observar ¡por la cara! animales como serpientes, monos carablanca y titis, iguanas, mapaches, coatí (pizote), varados, ranas...

Turistas con sus guías y varado en hueco de un tronco
Los senderos están muy bien señalizadas y no tienen pérdida, el mas popular es el sendero que lleva a Puerto Escondido, pero también me gustó el nuevo de Punta Catedral que tiene unos miradores preciosos sobre el mar, contrariamente al primero que es completamente llano, este último, requiere subir muchas escaleras.

Iguana y playa Espadilla en Manuel Antonio, Costa Rica
La playa mas hermosa, de arena blanca, es la de Manuel Antonio, te puedes bañar tranquilamente, pero cuidado con tus pertenencia, los mapaches (coatíes) vienen en busca de comida y se llevan las bolsas.
A las 12 estábamos tomando el bus para el hotel, comimos y tomamos nuevamente el bus que nos llevó hasta Quepos y desde aquí a San José donde llegábamos a las 17:30 h.
San José, Costa Rica
San José de Costa RicaDejamos las maletas en el Conoon Hotel y nos dirigimos a cenar en el McDonalds en la Avda. Central - Calle 1, aquí no existen los números de los portales, únicamente indican la manzana (cuadra) ¡pobres carteros!San José es la capital política y económica de la nación, se encuentra en la meseta del Valle Central, no tiene aspecto de gran ciudad que le correspondería por los el millón y medio de habitantes, ya que sus edificios son de pequeña altura debido al potencial peligro de los constantes terremotos al estar rodeada de volcanes. No tiene mucho que ver, es una ciudad de paso, aún así quien tenga tiempo puede dedicarle un día a visitar lo que nosotros vimos ya de noche, únicamente con las fachadas iluminadas: Teatro Central y el cercano Museo de Oro Precolombino, la Catedral Metropolitana junto al Parque Central, el Museo de los Niños, el Parque Nacional, la Plaza de la Democracia y el Mercado Central.Paseamos por la peatonal Avenida Central y volvimos a dormir, había que acostarse pronto.

Aeropuerto y área metropolitana de San José (Costa Rica)
Al día siguiente a las 6:30 h. en recepción, nos estaba esperando el taxista Juan Carlos, el mismo que nos había traído el día de la llegada a Costa Rica.
Pagamos el impuesto de 29 dólares de salida y puntuales a las 9:10 h. embarcábamos en el vuelo AA-614 de American Airlines que nos llevaría a Nueva York y desde allí a Madrid.
Atrás quedaban unos maravillosos días, en un país que nos impresionó por la calidez de sus gentes, el amor y respeto a la naturaleza, os dejo una frase de un mural que apunté y me hizo reflexionar: “Cuando hayas talado el último árbol, contaminado el último río y pescado el último pez, comprenderás que con el dinero no se puede comer”.
Os invito a visitar Costa Rica, ¡¡Pura vida!!
ContinuaráViaje a Costa Rica (II) Posts relacionados: Otros viajes por el mundo
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