DE ZADAR A SPLIT PASANDO POR SIBENIKA
Zadar es una de las poblaciones más hermosas de Croacia. Situada en la orilla del Adriático, tiene delante varias barreras de islas que actúan como grandes diques, por lo que la costa es serena, tranquila como un río que descansa.Su casco antiguo es todo un tesoro de iglesias, palacios y restos arqueológicos a la vista, entre los que destacan los romanos, aunque lo “llamativo” para los turistas, por lo original e ingenioso, suele ser el llamado “Órgano de mar”: bajo unos escalones del paseo marítimo se encuentra oculto un sistema de tubos depolietilenoy unacavidad resonanteque transforma este sitio en un gran instrumento de viento. Y en un extremo se encuentro el llamado “Saludo al Sol”: compuesto de trescientas placas de vidrio de múltiples capas, montadas al mismo nivel que la ribera adoquinada formando un círculo de 22 metros de diámetro, que acumula energía con lo que se ilumina espectacularmente por la noche.
De allí, la ciudad de Split -protegida por numerosas islas que suavizan el empuje del mar- se nos presenta tras un corto recorrido costero. Nuevamente estamos ante un Patrimonio de la Humanidad, declarado en 1979: lo es su núcleo histórico, donde destaca el Palacio de Diocleciano.Diocleciano mandó construir este palacio para pasar sus últimos días tras su abdicación en mayo del año305, combinando características de una lujosa villa con un campamento militar. Se encuentra amurallado y en sus tiempos logró albergar hasta 9.000 personas. En la actualidad residen dentro unas tres mil.
Moisés Cayetano Rosado