Viaje a Galicia: Pontevedra por libre (1)

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Llegué tan tarde el sábado que solo pude llegar al hotel y caer rendida, pero por la mañana madrugué, porque había mucho que hacer en Pontevedra antes de ir al tour que había contratado.
La primera parada fue la estación de autobuses. Estaba en obras y sin señalizar, así que di más vueltas que una tonta hasta que pasó una paisana y me dijo cómo entrar. Allí fui al punto de información para averiguar horarios del autobús que me llevaría al otro hotel donde haría el tour. El hombre no supo decirne, pero prometió preguntar al conductor del bus y me dio el teléfono para que llamara más tarde. Lo hice varias veces, pero nunca me lo cogieron. Habría que arriesgarse.
Luego di un paseo por el centro (muy bonito, y con una temperatura maravillosa después de llegar de un Madrid en plena ola de calor) antes de ir al hotel a hacer check out (menos mal que me permitieron dejar la mochila en consigna) y llegar al punto de encuentro del Free Tour Centro Histórico de Pontevedra. Por alguna razón, no les había llegado la reserva, pero por suerte tenían aforo.
El tour comenzaba bordeando la antigua muralla de la ciudad y luego se internaba por las diferentes plazas que podemos encontrar en Pontevedra, una ciudad muy asequible para verla a pie en un día porque todo está muy cerca. Vimos conventos, iglesias, escudos nobiliarios, estatuas, unas ruinas preciosas que hay en la Plaza de España, muchas callecitas y muchas plazas.

También nuestro guía, David, nos dio bastantes evidencias de que Cristóbal Colón pudo ser un héroe local, Pedro Álvarez de Sotomayor (conocido como Pedro Madruga). Por lo que nos contaron (demasiadas coincidencias) no es una teoría descabellada, auque hay tantos que se atribuyen ser el lugar de origen del ilustre personaje que... Quién sabe. Quizás las pruebas de ADN aclaren algo.
El caso es que la ciudad me gustó mucho y nos topamos con gaiteros y otros grupos de músicos porque estaban de fiestas, así que quedé muy satisfecha cuando acabamos en el mercado de abastos. Allí había un mini mercadillo en el que estuve un rato, luego comí y vagabundeé por la ciudad porque tenía que hacer tiempo hasta las 5:30. Me tomé el mejor helado de chocolate negro que he probado en Stromboli, volví a ver con calma todos los puntos y aun así me sobró tiempo, pena que fuera domingo y festivo y que estuviera todo cerrado...
Luego, recuperé en el hotel mi mochila y fui para la estación. Nuevamente, en el punto de información no supieron decirme... Comenzaba la aventura... Di bastantes vueltas hasta que llegué a un autobús que supuestamente era el que salía para mi hotel, pero hasta que no llegó el conductor no pude salir de dudas. Por suerte, era ese y llegué al hotel sana y salva, con tiempo suficiente para ir hasta una iglesia cercana y ducharme antes de la cena, para la que los miembros de mi grupo todavía no habían llegado (por eso pillé un día extra y billetes de tren: no aguanto nueve horas en un autobús llegando a las tantas).

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