Las aldeas armonizan con el paisaje
A pocos kilómetros al norte de Ioannina se encuentra una región montañosa llamada Zagoria que, honestamente, desconocía totalmente antes de organizar este viaje.Los tres encantos de esta provincia son los pueblos, los puentes y la naturaleza.
Casa en Tsepelovo
Farmacia en Tsepelovo
Tsepelovo (a unos 50 km de Ioannina) es el más grande de los pueblos de Zagoria. Sus calles empedradas y sus casas edificadas en el estilo tradicional pueden verse por cada una de las aldeas de la región. En consecuencia, todos los pueblos parecen iguales; pero la quietud y el paisaje la convierten en una excursión tan relajante, que merece la pena dedicar al menos un día para recorrer lo que nos de tiempo.
Esta provincia tuvo entre los siglos XVIII y XIX un florecimiento del comercio que permitió un gran desarrollo, de modo que se llegaron a construir hasta 45 puentes para facilitar el transporte de bienes y personas.
Puente de Kokori
La iniciativa para la construcción de los puentes podía partir del conjunto de una población, de un monasterio cercano o de un residente rico, y el puente solía adquirir el nombre del donante.El material básico de construcción era el esquisto, tan abundante en la región, trabado mediante cal, piedra pómez, agua, hierbas secas, pelo de animal y clara de huevo. A pesar de tratarse de una mezcla bastante extraña, ha demostrado ser muy resistente a las bajas temperaturas de invierno.Podemos encontrarnos con diferentes tipos de puentes, dependiendo del espacio que tuvieran que salvar y del número y la forma de los arcos, como los ligeramente apuntados de reminiscencia islámica.
Garganta de Vikos