Viaje a Italia - La ciudad toscana de Arezzo
Por Carlos Thode Mayoral
Los etruscos ocupaban aproximadamente lo que hoy día es la región italiana de Toscana. Fueron coetáneos al inicio de la civilización romana; y prácticamente se puede decir que Roma es su heredera (algunos de los antiguos reyes de Roma fueron etruscos).Los etruscos no tenían una nación propiamente dicha, sino que se trataba de una coalición de varias ciudades (Arezzo, Chiusi, Volterra...). Cuando los griegos llegaron a Italia en busca de recursos y territorios, influyeron sobre ellos, de manera que los etruscos tomaron muchísimos elementos (mitología, arte, algunas costumbres...) que los convirtió en la civilización más importante de la Italia de aquella época.Sin embargo, los etruscos están rodeados de un cierto halo de misterio; porque se han conservado auténticas maravillas en cuestión de arte, arquitectura e ingeniería; pero la mayoría ha desaparecido bajo la cultura romana, y su escritura solo ha podido descifrarse en una pequeña parte, por lo que hay mucho que se desconoce de ellos.Como ciudad etrusca, Arezzo no fue de las más antiguas, ya que comenzó su urbanización hacia el siglo VI a.C. Ocupaba una posición excelente en lo alto de una colina del valle del Chiani, que conecta con el río Arno.Uno de los principales productos era la cerámica fina de mesa de barniz rojo, llamada aretina, que se producía a nivel industrial, llegando a encontrarse hasta en la India.No hay duda de que Arezzo debía ser extremadamente rica, pues Tito Livio cuenta que para la expedición de Escipión el Africano, esta ciudad debió aportar más de un millón de litros de trigo y una ingente cantidad de armas y herramientas de bronce, es decir, el equipamiento necesario para más de cuarenta barcos. Y es que se había convertido en una gran productora de bronce.Sin embargo, gran parte de su prosperidad se disipó cuando la vía comercial que la atravesaba (la vía Cassia) perdió importancia.
Sacerdote etrusco marcando los límites sagrados de la ciudad
La ininterrumpida vida de la localidad ha impedido que se conservaran los edificios etruscos, sepultados bajo los posteriores. Pero la ciudad dispone de un soberbio museo muy recomendable. En la foto superior puede verse un sacerdote etrusco arando. Cuando se fundaba una ciudad o un edificio público, una de las primeras cosas que se hacían era marcar los límites con una yunta de bueyes. Dicha costumbre la adoptaron los romanos.
Fortaleza Medici
En el siglo XIV Florencia conquistó la ciudad para poder controlar la zona. En lo que había sido la ciudad etrusca, los Medici edificaron una fortaleza, lo que exigió la demolición de los barrios medievales.
Palacio Pretorio
El Palacio Pretorio, fácilmente reconocible por los escudos de su fachada, era el palacio renacentista del gobernador. Actualmente es la sede de la biblioteca municipal. Junto a este edificio nació el famoso poeta humanista Francesco Petrarca, que universalizó el amor como guía de cualquier aspecto de la vida.
Ábside de Santa María
Construida entre los siglos XII y XIII, la parroquia de Santa María constituye uno de los mejores ejemplos del románico toscano. Si se mira la segunda arcada del ábside, la quinta columna por la izquierda, se puede observar que aparenta estar partida; no lo está, se realizó de esa manera, no se sabe si por motivo simbólico o como broma del arquitecto.
Plaza Grande
Catedral
A pesar de haberse iniciado sus obras en el siglo XIII, la catedral de San Donato no se finalizó hasta principios del siglo XX, aunque conservando el estilo original. En la iglesia de San Doménico podemos encontrar el magnífico crucifijo pintado por Cimabue, pintor gótico de influencia bizantina del siglo XIII.
Cristo de Cimabue en San Doménico